• El documento recuerda que las autonomías no pueden firma acuerdos con otras regiones extranjeras que sobrepasen sus competencias respectivas
  • Pide a las autoridades mundiales que ignoren posibles notas verbales de las delegaciones autonómicas

El ya ex ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, envió un último informe a los Gobiernos internacionales antes de abandonar el cargo que mantenía en funciones. En él, se recordaba que las autonomías no tienen la potestad de firmar acuerdos bilaterales que excedan sus competencias.

Explica El Punt Avui que antes de ceder la cartera ministerial a su sucesor, Alfonso Dastis, García-Margallo hizo llegar un último informe de tres páginas (un non paper) a las principales cancillerías europeas, así como también a los Estados Unidos, para informar sobre el tratamiento que tienen que dispensar a los delegados de las autonomías y a los gobiernos autonómicos españoles.

El documento interceptado recalca que “las delegaciones de las comunidades autónomas al extranjero no son embajadas” y “no tienen autoridad legal para utilizar los instrumentos diplomáticos para comunicarse con las autoridades gubernamentales”. El texto solicita que todas las comunicaciones que vengan de comunidades como Cataluña pasen necesariamente por la embajada española.

El texto comprara las delegaciones con “cualquier oficina española privada instalada en el extranjero”

Este rotativo explica que se trata de una actualización de un documento que el ministerio ha ido remitiendo a los Ejecutivos internacionales durante la etapa de García-Margallo y que insiste en el hecho que ignoren las comunicaciones oficiales escritas por una misión diplomática a un Ministerio de Asuntos Extranjeros, utilizadas de manera generalizada en la diplomacia internacional, las llamadas “notas verbales”.

“La embajada de España igualmente pide la colaboración del Ministerio de Asuntos Extranjeros de evitar responder a posibles notas verbales de la delegación de una comunidad autónoma española, reza el texto. El Punt Avui también revela que llega a comparar las delegaciones con “cualquier oficina española privada instalada en el extranjero”.

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