• El rechazo de estas propuestas podría provocar su dimisión y el ascenso de los antieuropeos
  • Su victoria reafirmaría su poder en Italia y en Europa
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Europa se enfrenta a un nuevo asalto en el combate por su supervivencia. Tras las derrotas en el referéndum de Grecia en julio de 2015, la victoria del Brexit en Gran Bretaña el 23 de junio de 2016 y la incertidumbre creada con la elección de Donald Trump como presidente de EEUU el pasado 8 de noviembre, Bruselas se encuentra contra las cuerdas e Italia podría darle el golpe definitivo.

Este 4 de diciembre, los italianos acuden a las urnas para votar la reforma constitucional propuesta por el primer ministro del país, Matteo Renzi. Al contrario que griegos y británicos, en esta ocasión la ciudadanía no mostrará su opinión sobre la UE o la gobernanza internacional. No obstante, que desde Italia se diga ‘Sí’ o ‘No’ a la propuesta de Renzi tiene consecuencias directas en el actual frágil escenario europeo.

¿QUÉ VOTA ITALIA?

Matteo Renzi somete a votación la columna vertebral de la Constitución italiana de 1947. En esta Carta Magna, se estableció un poder legislativo basado en dos cámaras. El Senado (cámara alta) y la Cámara de Diputados (cámara baja), que tienen la peculiaridad de que, a diferencia de España, poseen la misma capacidad legislativa.

Es decir, la actual ley italiana obliga a que cualquier proyecto legislativo sea aprobado de manera idéntica por las dos cámaras del Parlamento, lo que impide el desarrollo de cualquier reforma si no hay mayoría a favor en ambas sedes. Un sistema que según Pablo Martín de Santa Olalla, profesor de relaciones internacionales en la Universidad Europea de Madrid, ha tenido como consecuencia “la dificultad para sacar adelante las leyes, más aún cuando a finales de los ochenta la mayoría democracristiana dejó de tener la hegemonía y pasamos al sistema de "pentapartitos" (gobiernos formados por cinco partidos diferentes)”.

Un hecho que se demuestra en que, como señala Martín de Santa Olalla, “tras 63 gobiernos, en Italia apenas ha habido aprobación de leyes realmente significativas, salvo las electorales y poco más”, apunta el autor de ’El laberinto italiano. Del fenómeno Berlusconi a la crisis actual, 1994-2014’.

La reforma de Renzi busca acabar con el bicameralismo perfecto, recentralizar el poder y suprimir las provincias

La propuesta de Renzi es que el Senado pierda su función legislativa y pase a establecerse como una cámara de representación territorial sin potestad para legislar. Además, esta reforma vendría acompañada de una reducción del número de senadores de 315 a 100. Asimismo, este centenar de representantes de la Cámara alta no cobraría un sueldo como senador con esta modificación.

En este proyecto se incluye que el partido ganador de unas elecciones legislativas conseguiría un “premio de mayoría” con 50 escaños más. Una iniciativa que Víctor Solé Ferioli, politólogo y jefe de la sección de Internacional de Finestra d'Oportunitat, apunta que tiene la intención de que “el poder ejecutivo saliente de unas elecciones tendría un cojín legislativo holgado, y las coaliciones serían más pequeñas (en Italia se han hecho coaliciones de gobierno de hasta 7 partidos)”.

Pero para el primer ministro italiano el problema no se limita al Senado. Con su reforma constitucional busca recentralizar el poder. Las regiones ya no serían las encargadas de supervisar la energía, las infraestructuras estratégicas y la protección civil. La responsabilidad pasaría al Gobierno central.

Otro de los aspectos es la modificación de la actual división administrativa de Italia. El país se divide en municipios, provincias, ciudades metropolitanas y regiones. La reforma de Renzi propone suprimir las provincias, cuyas funciones se han visto notablemente mermadas en los últimos años.

Además, la propuesta del primer ministro incluye el concepto de “referéndum propositivo”, con el que los ciudadanos podrán proponer una ley si recogen 150.000 firmas. También se ofrece la opción de una consulta para derogar total o parcialmente una ley y para ello con la recogida de 50.000 firmas.

Por último, la reforma de Matteo Renzi apuesta por la Supresión del Consejo Nacional de la Economía y el Trabajo (CNEL), un organismo consultivo compuesto por 64 expertos y representantes del ámbito laboral y productivo. El CNEL es desconocido entre la población italiana y su mantenimiento cuesta alrededor de 20 millones de euros al año al Estado.

¡E IO PAGO!

Renzi supedita su futuro a la aceptación de estas reformas. “Si gana el no, me voy a casa y ya no me veis más; no soy un político a la antigua usanza que se queda pegado al sillón…”, aseguraba el primer ministro. Según los sondeos, y si se mantiene fiel a sus palabras, Matteo Renzi deberá buscar nuevas labores si el presidente de la República, Sergio Mattarella, da el visto bueno a esta renuncia.

La televisión pública RAI3 otorga en su encuesta un 42% al “no” frente a un 37% del “sí”. Mientras, el diario 'La Repubblica' cifra los resultados en un 41% y un 34%, respectivamente. Los resultados de 'La Stampa' son de un 54% del “no” frente a un 46% del "sí". El 'Corriere della Sera' también muestra datos de 54-53% del “no” frente a un 46-47% del "sí”.

Un fiel reflejo del descontento que existe en la sociedad italiana. La continua pérdida de credibilidad de la clase política sumado a la situación económica. El porcentaje de desempleo está cerca del 12% y entre los jóvenes llega incluso al 40%. La producción económica es más baja que hace diez años y la deuda nacional es del 130% del Producto Interior Bruto, la segunda más alta de la zona euro después de Grecia.

La situación provoca que italiano entonen el ‘E io pago’ con su gesto tradicional. “Los italianos llevan mucho tiempo hastiados de una clase política que le resuelve muy pocas cosas y cada vez sienten más desapego hacia el mundo de la política”, valora Pablo Martín de Santa Olalla. Asimismo, añade que, tras los tiempos de incertidumbre de Berlusconi, Napolitano, Monti y Letta, Renzi es “con gran diferencia el mejor político que tiene Italia en este momento y serían muchos los que le pedirían que volviera. Ha sido un auténtico "soplo de aire fresco" en la viciada política italiana”, apunta Martín de Santa Olalla, autor también del libro ‘Matteo Renzi. El hombre que ha cambiado la política italiana’.

El porcentaje de desempleo en Italia está cerca del 12% y entre los jóvenes llega incluso al 40%

No obstante, el contexto italiano no invita a la valoración pausada del trabajo de su primer ministro y la efectividad de sus propuestas. Italia votará de manera visceral. Esto se refleja en la crecida de votantes en los últimos comicios del populista de izquierda Movimiento Cinco Estrellas, liderado por el humorista Beppe Grillo, hasta la Liga del Norte, contraria a la inmigración con Matteo Salvini a la cabeza.

Líderes de la campaña a favor del ‘no’ en el referéndum, y como señala Víctor Solé Feriol con “una verborrea” y “un grado alto de crispación” que han resultado de gran eficacia en los últimos referéndums y comicios internacionales. Aunque hay que recordar que también figuras más cercanas al primer ministro como, Mario Monti o Pier Luigi Bersani, también se han mostrado en contra de la reforma.

Si Renzi es el triunfador del ‘sí,’ los grandes beneficiados del ‘no’ serían Beppe Grillo y su Movimiento Cinco Estrellas. Un partido que ha liderado el rechazo a la permanencia de Italia en el euro y han clamado en contra de los políticos del 'establishment'. El fracaso de Renzi sería un gran impulso al poder en las próximas elecciones generales, que se celebrarán como muy tarde a principios de 2018. Una receta que enciende todas las alertas en Bruselas.

ACCIÓN ITALIANA, REACCIÓN EUROPEA

Los dos escenarios posibles se sentirán en los cimientos de la Unión Europea. Por un lado, la victoria del ‘no’ provocaría la marcha de Renzi, el nombramiento de Sergio Mattarella de un Gobierno de transición y la convocatoria de unas elecciones para principios de 2018. Un largo proceso de incertidumbre donde, todo apunta, que Beppe Grillo aprovechará para coger fuerza para llegar al Gobierno y sacar del euro a la tercera mayor economía de la eurozona.

Un escenario que “podría provocar un efecto "dominó" de consecuencias impredecibles en Europa”, apunta Martín de Santa Olalla. “Italia tiene que afrontar una gravísima crisis en su sector financiero, que necesita recuperar 350.000 millones de euros prestados desde el año 2009 y que, en muchos casos, las entidades bancarias saben que no podrán recuperar”, pronostica.

Para Víctor Solé Ferioli, este escenario provocará que “a corto plazo, si gana el ‘no’ los mercados responderán con alarma (a la baja), como siempre han hecho cuando un hecho “inesperado” (Brexit, Trump) ha ocurrido”, augura el politólogo. “A medio y largo plazo, si la inestabilidad política italiana aumenta por culpa del No, la política en la Unión Europea se resentiría: los radicales (Lega Nord y Movimento Cinque Stelle) se verían alentados a tomar más posiciones, acompañados por sus colegas europeos (Front National, Alternative für Deutschlad, UKIP, etc), con Italia pidiendo más dinero, y más mano dura de la UE hacia su política de refugiados”, señala.

La otra posibilidad y, en contra de las encuestas, es la aceptación de los planes reformistas del primer ministro. Un gran éxito para Renzi en su trayectoria como jefe de Gobierno, porque supondría la confirmación de la confianza por parte de la población. Un escenario que le podría convertir en uno de los líderes más fuertes de Europa, y reafirmar su posición combativa en sus encuentros en Bruselas. Un mal menor que Europa firmaría con los ojos cerrados.

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