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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.Pool

El ridículo del innecesario pacto con EH Bildu, nada menos, para derogar de inmediato e íntegramente la reforma laboral, y el posterior desmentido a las 12 de la noche, culmina la carrera de despropósitos, disparates y continuas rectificaciones en que se ha convertido la gestión gubernamental de la crisis. La sensación general es que el Gobierno va como pollo sin cabeza, que no tiene ningún plan sino que improvisa todo el tiempo, y que es capaz de lo que sea por unos votos (que, además, no le hacían falta). Pero hay otra posibilidad: que Sánchez sea un genio maquiavélico aunque nadie se dé cuenta.

Lo ocurrido anoche ha conseguido soliviantar a todo el mundo: a la oposición por negociar algo tan serio con una formación como EH Bildu (y en medio de nuevos actos de violencia contra dirigentes socialistas vascos) y con la que está cayendo en la economía; a Ciudadanos, que se siente traicionado tras apoyar el estado de alarma; al PNV por el capote a los abertzales en víspera de elecciones; al propio Bildu y a Podemos, que se sienten traicionados por la rectificación; a sindicatos y CEOE, que ayer mismo se reunieron con Trabajo y nadie les dijo nada; y en general a los ciudadanos, que ya no entienden nada.

La lista de despropósitos y rectificaciones es larguísima a estas alturas. Sin contar la gestión de la crisis sanitaria, que da para un libro (con el último capítulo de "no impusimos las mascarillas porque no había"... ¿y por qué no había?), estos son algunos de los más sonados:

  • Las rebajas: donde dije digo digo Diego, digo digo y digo Diego otra vez
  • La renta básica, con la pelea entre Escrivá e Iglesias y el anuncio de que la CEOE la apoyaba... sin haber hablado con ellos
  • Las moratorias y aplazamientos de la Seguridad Social: unas en abril, otras en mayo, unos sectores sí, otros no...
  • El impuesto a los ricos: Podemos lo anuncia con todo detalle, Montero lo enfría, Sánchez no lo apoya...
  • Los ERTE: la distinción entre por fuerza mayor por el coronavirus y por causas económicas derivadas del coronavirus, los sectores esenciales y no esenciales (que dejaron de serlo en una semana), la ampliación del plazo, el lío de si se podrá despedir después y quién podrá hacerlo, y el caos del SEPE, que tiene a 900.000 trabajadores sin cobrar
  • La cuarentena a los viajeros extranjeros, cuando todo el mundo que la había puesto (cuando debió ponerse) la está quitando y la propia Comisión Europea nos lo ha pedido
  • Las fases de la desescalada, ocultando los criterios y los responsables de la decisión, y con argumentos como la mayor movilidad... cuando está prohibida entre provincias
  • La negativa a adoptar rebajas fiscales para salvar empleos en vez de gastar el dinero en subsidiar a los que lo pierdan

Ante este caos, caben dos explicaciones:

OPCIÓN A) EL GOBIERNO VA COMO POLLO SIN CABEZA

La más extendida y que da verdadero miedo: si Sánchez es capaz de entregar la reforma laboral a cambio de una abstención innecesaria -¿para qué? ¿Para lanzar un mensaje a ERC y al PNV?-, es capaz de todo. Lo del mercado laboral es especialmente grave en un momento de grave crisis económica como el actual puesto que, si se asusta a los empresarios con una mayor rigidez, decidirán tirar por la calle de enmedio y acometer despidos masivos por miedo a no poder asumir unas mayores cargas en el futuro. Todo lo conseguido con los ERTE se irá al garete, como aseguraba esta mañana CEOE en un durísimo comunicado. No se puede jugar de esa manera con la vida y el futuro de la gente.

OPCIÓN B) SÁNCHEZ ES UN GENIO MAQUIAVÉLICO

Por incomprensible que parezca, es posible que detrás de esta actuación haya un plan del presidente. ¿Cuál podría ser ese plan? Pues si partimos de que, tal como publicó ayer Bolsamanía, la UE va a obligar a Sánchez entre elegir entre el rescate y Pablo Iglesias (y el resto del bloque de la moción de censura) al imponerle recortes y reformas estructurales, Sánchez podría estar preparando el terreno para esa ruptura con desplantes como el del impuesto a los ricos o esto de la reforma laboral. En ese caso, necesita el apoyo de Pablo Casado para formar una gran coalición que sería muy bien vista en Europa, y es de suponer que estén manteniendo conversaciones ya para ello. ¿Nos lo creemos?

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