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La presidenta del Parlament, Laura Borràs, ha advertido este miércoles que no piensa dimitir de su cargo, alegando: "Los que me quieran muerta, tendrán que matarme y ensuciarse las manos". Pese a que miembros de la dirección de Junts le pidieran este martes que se apartara voluntariamente antes de que la Mesa la suspenda el jueves, después de que el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) le haya abierto juicio oral por presuntamente fraccionar contratos cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes (ILC).

Así lo han explicado diversas fuentes consultadas a Europa Press después de la reunión extraordinaria que la ejecutiva de Junts celebró el martes por la tarde, tras la cual aseguraron, en un comunicado, que se había dado apoyo a Borràs "sin fisuras".

Sin embargo, según las citadas fuentes, en la reunión hubo "bastantes voces de peso" que reclamaron a Borràs que diera un paso al lado, sin embargo, el secretario general de Junts, Jordi Turull, salió en su defensa.

La presidenta del Parlament rechazó dimitir, como ha reiterado en diversas ocasiones, y, de hecho, este mismo martes por la noche, en un hilo de Twitter ha instado a los miembros de la Mesa del Parlament a actuar "como diputados demócratas, respetuosos con los derechos fundamentales, y no como jueces o inquisidores".

Todo ello después de que el PSC-Units, ERC y la CUP pidieran a la presidenta del Parlament que se apartara voluntariamente y, en caso de no hacerlo, anunciaron que votarán a favor de la suspensión de la presidenta del Parlament.

Según las fuentes consultadas por Europa Press, Borràs quiere que su caso se dilucide en la Mesa para focalizar sobre ERC y la CUP "toda la responsabilidad de su suspensión", y no quiere que nadie de Junts la substituya.

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