pedro pablo reunion

Tras el pacto en el centro PSOE-Ciudadanos, Podemos tenía evidentemente la llave de la gobernabilidad ya que una negativa cerrada, o absorta en las inaceptables líneas rojas planteadas por Pablo Iglesias antes y durante la investidura fallida de Sánchez, nos hubiera abocado inevitablemente a unas nuevas elecciones.

El cambio de Podemos ha sido radical: Pablo Iglesias ha retirado su precondición de ser vicepresidente y de que Podemos ocupe varios ministerios en un gobierno de coalición.

Pues bien: después de la entrevista de hoy entre los líderes del PSOE y de Podemos, la cuestión no está resuelta pero sí desbloqueada y en un estado tal de fluidez que permite afirmar que lo más probable es que cuaje un gobierno progresista antes del 2 de mayo, fecha límite según marca la Constitución. O, si se prefiere, se puede utilizar para describir la situación la expresiva frase de Pedro Sánchez pronunciada durante la rueda de prensa posterior a la entrevista: “hoy estamos más cerca de un gobierno del cambio y más lejos de repetir elecciones”. De eso no hay duda.

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Un Pablo Iglesias muy cambiado ha ofrecido un cúmulo de concesiones al Partido Socialista para formar un gobierno ‘a la valenciana’, que no tendría que suponer necesariamente –y esta es la novedad- la ruptura del pacto PSOE-Ciudadanos y que permitiría incluso que Ciudadanos se sumara “por activa o por pasiva” al acuerdo. Además, ante la evidente dificultad del PSOE de aceptar a Iglesias en un gobierno presidido por Sánchez –este no ocultó a aquel el rechazo que su figura suscita en el PSOE después de sus insultos y falta de consideraciones durante el proceso de investidura-, el secretario general de Podemos manifestó su disposición a mantenerse al margen del nuevo gobierno.

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EL NUEVO DISCURSO...

En otro lugar de su rueda de prensa, Iglesias dijo para asombro de la concurrencia que en este momento de la negociación “no toca hablar de nombres” sino “de políticas y de programas”; no hace falta recordar seguramente que la primera vez que ofreció una coalición al PSOE dijo que él debía ocupar la vicepresidencia, y con el control del CNI, del CIS y del BOE, entre otras razones porque los socialistas “no eran de fiar”.

Con respecto al otro escollo insalvable que Podemos había sembrado en el camino del entendimiento con el PSOE, el referéndum en Cataluña, la propuesta que Iglesias ha efectuado a Sánchez y que este ha recibido con buen talante ha sido la de que los líderes del PSC, Iceta, y de En-Comú-Podem, Domenech, trabajen “juntos en una propuesta de consenso”.

En resumidas cuentas, el cambio de Podemos ha sido radical: Pablo Iglesias ha retirado su precondición de ser vicepresidente y de que Podemos ocupe varios ministerios en un gobierno de coalición; ha levantado el veto a Ciudadanos, o, como ha dicho textualmetne Pedro Sánchez, 'El señor Iglesias ha dicho sí a entrar en una negociación con el PSOE y Ciudadanos', y ha renunciado a un referéndum inexcusable de autodeterminación en Cataluña. Sería absurdo, pues, no advertir en esta mudanza una actitud positiva de cara a la formación de gobierno, en línea –seguramente, porque no hay declaraciones explícitas- a las propuestas más conciliadoras y pragmáticas de Errejón, quien reapareció significativamente ayer, a tiempo para estar entre bastidores mientras se producía la trascendental reunión

Queda sin embargo bastante trayecto por recorrer. Pedro Sánchez, de momento, no va a sacrificar su valioso pacto con Ciudadanos, que le asegura la plena centralidad y le convierte en primera fuerza, y ha respondido a la propuesta de un gobierno basado en 161 diputados con la del gobierno de los 199 diputados, que es la suma de PSOE, Podemos y Ciudadanos. Obviamente, un tripartito parece imposible pero no lo es en absoluto un bipartito con el apoyo activo o pasivo de la tercera fuerza.


Antonio Papell
#30.03.2016

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