Cansado del trabajo o con prisa para subir a casa. Nada, no hay sitio en todo el barrio, ¿y si aparco en el vado permanente del edificio? Una brillante idea que todos hemos tenido y que, pese a la insistencia de tu cuñado en la cena de Navidad, puede acarrear que la grúa se lleve tu coche.
Partamos de que un vado permanente es una licencia expedida por el ayuntamiento donde se encuentra, quien reconoce y reserva al propietario el derecho de entrada y salida de un determinado acceso durante las 24 horas del día y los 365 días del año, o por su defecto, durante un periodo de tiempo que permanece especificado en la placa.
Su coste es de unos 70 euros anuales y garantiza el derecho a pisar la acera y atravesarla con el coche. Sin embargo, el mencionado vado no reconoce ningún derecho de propiedad sobre un tramo de la vía pública pues se trata de "una modificación de las aceras y bordillos de las vías públicas para facilitar el acceso de los vehículos a los locales y viviendas", estipula el código de circulación.
La ley no indica que esté prohibido estacionar mientras no se obstaculice el acceso y salida normal del garaje. En otras palabras, si estacionas y permaneces en el interior o cerca del coche con la posibilidad de moverlo, no pasa nada. Pero si la pregunta es si puedes estacionar en tu propio vado, la respuesta es 'no'. La grúa podría llevarse tu coche.
Por otro lado, las licencias presentan caducidad y hay muchos usuarios que mantienen su uso pese a carecer de licencia. Esta actitud acarrea sanciones por parte de los agentes de movilidad. Y mucho más grave será la multa si colocas una placa de vado falsa, unos 900 euros.
Por tanto, tendrás que seguir dando vueltas hasta encontrar sitio. Quizás tu coche sea demasiado grande y difícil de aparcar. ¿Has pensado en buscar un coche nuevo? Carfy.es podría ayudarte. Esta start-up española busca para ti en apenas 24 horas las cinco mejores ofertas del panorama nacional de forma totalmente gratuita. Con más de medio millón de clientes, Carfy.es ha conseguido un ahorro de 4.500 euros de media para aquellos que finalmente se decidieron a aceptar una oferta.
