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Donald Trump quiere volver a ser presidente en 2020

El próximo año será alcista para las bolsas y el peligro de una recesión económica ha desaparecido de cara al próximo año. Esa es la previsión que manejan la mayoría de analistas y firmas de análisis para los próximos doce meses. Es difícil encontrar algún banco de inversión o estratega que maneje previsiones negativas para 2020, sobre todo después del triunfo de Boris Johnson en Reino Unido y del acuerdo comercial entre China y EEUU.

Entre los pocos expertos que se atreven a ser negativos aparecen los del banco holandés Rabobank, que anticipan una recesión en Estados Unidos durante "el segundo semestre de 2020". Un periodo clave porque coincide con la elección presidencial en EEUU, donde Donald Trump aspirará a ser reelegido para un segundo mandato en los comicios que se celebrarán en noviembre.

Las opciones de Trump para volver a ganar, pese al proceso de 'impeachment' al que será sometido en el Senado, dependerán en gran medida del estado de la economía. Si EEUU sigue creciendo al ritmo actual en noviembre, las posibilidades de que el millonario siga siendo el inquilino de la Casa Blanca serán mucho mayores. Por el contrario, si se produce una crisis económica antes de los comicios, aumentarán de manera notable las opciones del candidato demócrata, que todavía no se conoce.

¿POR QUÉ PREOCUPARSE POR UNA RECESIÓN?

“La inversión de la curva de tipos se ha deshecho, el crecimiento del empleo es fuerte, la tasa de paro es baja, el gasto del consumidor permanece sólido y EEUU y China han alcanzado un acuerdo comercial, ¿por qué preocuparse por una recesión?”, se preguntan desde Rabobank.

En su opinión, es necesario prestar atención a los indicadores adelantados que anticipan la actividad futura y no a los datos que muestran el estado actual o pasado de la economía. Por ejemplo, el crecimiento actual del empleo no anticipa cuánto crecerá el PIB el próximo año. Por ello, su análisis se basa en los indicadores líderes.

Así, comentan que la inversión de la curva de tipos que se produjo en agosto, pese a que se deshizo en octubre, es una clara señal de recesión que debe ser tenida en cuenta. El hecho de que la Reserva Federal (Fed) y su presidente, Jerome Powell, hayan comentado que “esta vez es diferente” reafirma su tesis de que la inversión de la curva anticipa una recesión en EEUU en la segunda mitad del próximo año.

El principal argumento del 'esta vez es diferente' es que la política monetaria de la Fed, a través de sus programas de compras de activos, ha provocado un aplanamiento de la curva. Para Rabobank, este razonamiento “ignora la naturaleza de la dinámica de los bonos”, por lo que no es válido.

Para estos analistas, el hecho de que la curva de tipos ya no esté invertida sólo muestra “la calma antes de la tormenta” y “no significa que el peligro de recesión para EEUU haya bajado”. De hecho, esto sucedió antes de las tres últimas recesiones de la economía americana y es una “consecuencia lógica” de las tres rebajas de tipos realizadas por la Fed en los últimos meses.

GOTERAS EN LA ECONOMÍA

Rabobank observa otras señales que anticipan recesión en EEUU, como la caída de la inversión residencial, que ha sido contrarrestada por la fortaleza del consumo privado.

Además, la inversión empresarial también ha bajado por la desaceleración global y la incertidumbre creada por la guerra comercial entre China y EEUU. En su opinión, el acuerdo de fase 1 anunciado por ambas naciones no eliminará la incertidumbre que los empresarios están sufriendo porque “las dos super potencias se encuentran en una senda de colisión” durante los próximos meses y años.

El ISM manufacturero de EEUU comenzó a contraerse en agosto, y aunque su peso en la economía es reducido, afirman que “las recesiones comienzan frecuentemente en las manufacturas antes de expandirse al resto de la economía”. Según su valoración, el ISM servicios ya está siendo lastrado por la caída de las manufacturas, lo que confirma su “sospecha de que las fuerzas que provocan una recesión ya se encuentran activadas”.

Para estos analistas, “cuando la desaceleración del sector servicios fuerza a las empresas a congelar o reducir sus plantillas, el frenazo del empleo afecta al principal pilar del PIB americano: el gasto del consumidor. Cuando suceda esto, la recesión habrá llegado”.

Rabobank añade que EEUU se encuentra en la etapa final del ciclo económico más largo de su historia y que comenzó en 2009. Y aunque la entidad reconoce que los ciclos “no mueren de viejos”, añade que la holgura (slack) de la economía americana “ha caído a niveles muy bajos” y que la brecha de producción (output gap) ha tocado techo, lo que confirma el final del ciclo.

Todos estos razonamientos les llevan a concluir que “hay una amplia evidencia de que una recesión es probable” porque están basados en “evidencias empíricas”. Su escenario base es que la recesión se produzca en el “segundo semestre” de 2020 y que fuerce a la Fed a recortar los tipos hasta el 0% antes de fin de año. Donald Trump estará contento con la estimación de los tipos al 0%, pero no con el anticipo de una recesión que puede arruinar su reelección y hundir los mercados.

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