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Producción del BMW i7 en la planta de Dingolfing (Alemania)TOM KIRKPATRICK

El plan de Alemania para limitar el precio del gas está tensionando los bonos europeos, debido a que el Gobierno germano está estudiando un paquete de ayuda a hogares y empresas frente a los elevados precios del gas, que supondrá el desembolso por parte del Ejecutivo de 96.000 millones de euros. La propuesta provocó ayer fuertes subidas en los rendimientos de los bonos alemanes.

"La subida de ayer de los rendimientos de los bonos alemanes asustó a los agentes del mercado, y el diferencial entre los rendimientos de los bonos alemanes e italianos ha empezado a estrecharse, lo que significa que Alemania, que antes se consideraba el lugar seguro de los bonos, ya no es el lugar donde los operadores pueden sentirse cómodos cuando miran su mercado de deuda", comenta Naeem Aslam, director de análisis de la firma británica AvaTrade.

Las medidas más destacadas propuestas por una comisión de expertos incluyen un cheque a los hogares en diciembre y limitación de precios durante un año desde marzo. Para las empresas, el tope al gas se iniciará en enero.

El gasto directo de 96.000 millones está incluido en un plan más amplio presentado el mes pasado, que está valorado en 200.000 millones de euros y que no ha gustado a varios países europeos por el riesgo de "fragmentación" del mercado único.

Los expertos de Oxford Economics comentan que el plan supone "un importante apoyo fiscal adicional", aunque añaden que "la incertidumbre sobre la implementación sigue siendo alta".

En este sentido, señalan que el Gobierno alemán todavía no ha tomado una decisión definitiva y que las medidas podrían ser "impugnadas por la Comisión Europea" por socavar la competencia leal entre países de la UE.

Desde Danske Bank, afirman que "los cuantiosos paquetes de ayuda de Alemania han provocado la ira de otros países de la UE que carecen de la misma potencia fiscal y temen distorsiones en el mercado interno de la UE".

En su opinión, las ayudas que se plantean "sólo comenzarán a sostener la economía a partir de 2023"; y remarcan que la financiación se plantea "mediante un 'presupuesto sombra' (Fondo de Estabilización Económica - FSM), que sortea el freno de la deuda".

Por otro lado, dudan de que "los topes a los precios de la energía puedan evitar que la economía caiga en recesión", aunque añaden que "es probable que sea menos profunda" con estas ayudas.

En cualquier caso, remarcan que "con la disminución de los incentivos para el ahorro de energía, el riesgo de racionamiento de gas sigue siendo importante a finales de este invierno, lo que afecta especialmente a los sectores que consumen mucha energía, como la industria química".

Al analizar el efecto sobre la inflación, reconocen que la tasa general bajará, pero observan "riesgos de que las altas presiones de la inflación subyacente continúen durante algún tiempo, debido a los efectos de segunda ronda y a la protección de márgenes de las empresas".

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