ep archivo   caf coloca bonos por 771 millones para apoyar la reactivacion en america latina
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A estas alturas, no es novedad decir que la alta inflación y la respuesta agresiva de los bancos centrales fueron los principales causantes de un 2022 negro para los mercados. Sin embargo, los inversores esperan que la situación dé un giro de 180 grados este año. La remisión de la inflación y la ralentización del crecimiento en Estados Unidos, así como una posible ralentización de las subidas de tipos están aliviando las presiones a las que se enfrentan los mercados, tanto de renta variable como fija. Sobre este último, Schroders señala que están surgiendo “oportunidades interesantes” ya que las valoraciones de los bonos se han vuelto “atractivas”, con rendimientos “muy superiores a los de hace un año”.

“Aunque creemos que el camino hacia el objetivo de inflación del 2% puede resultar difícil en última instancia debido a la mayor rigidez de la inflación de los servicios, las mejoras iniciales relativamente rápidas que esperamos ver en el primer semestre de 2023 deberían ser acogidas muy favorablemente por los mercados”, explican Paul Grainger, responsable de renta fija global y divisas de Schroders, y James Bilson, estratega de renta fija de la firma británica.

Según estos expertos, se están empezando a ver “pruebas más claras” de que la inflación se está invirtiendo, como apuntan los costes mundiales del transporte y las últimas lecturas PMI e ISM, y que está tendencia continuará en 2023. “Esto se traducirá en un contexto más favorable para la renta fija mundial, una menor volatilidad de los bonos y oportunidades en activos como la deuda de determinados mercados emergentes en divisa local y las divisas de mercados emergentes”, apuntan.

Asimismo, los expertos de la compañía londinense creen que el endurecimiento de las condiciones financieras en 2022 no se ha reflejado “plenamente” en los principales datos económicos, ya que indicadores “más retardados”, como el gasto de los consumidores o el mercado laboral, siguen mostrando resistencia a pesar del acusado debilitamiento de otros como la vivienda. Pero eso podría estar a punto de cambiar, ya que su previsión es que en los próximos meses se vean “señales más claras” que animen a los bancos a pausar el endurecimiento de la política monetaria y a reevaluar la situación.

“Será una noticia positiva para los bonos soberanos mundiales. Sin embargo, deja un panorama más complicado para los activos cíclicos como los bonos corporativos, con el viento de cola de una menor inflación y la volatilidad, frente al reto del impacto de una economía más débil en los beneficios de las empresas”, explican.

Esteos analistas también manifiestan su preocupación por “la velocidad y la escala” que el endurecimiento de la política monetaria a nivel mundial pueda tener en economías en las que la deuda de los hogares y la relación entre el precio de la vivienda y la renta son elevadas, ya que podría reducir la capacidad de los bancos centrales para endurecer su política antes de que las vulnerabilidades de estos sectores les hagan fracasar.

“Creemos que esto ofrece importantes oportunidades de valor relativo, para estar largos en una base cruzada de mercado de los bonos de los países más vulnerables (Suecia, Canadá, Reino Unido) frente a los menos afectados (EEUU y Europa), o alternativamente estar cortos en las divisas de estas naciones más vulnerables” apuntan.

No todo es negativo. Paralelamente, aunque desde Schroders que la crisis energética y del gas que atraviesa Europa no ha terminado, hay motivos para ser “prudentemente optimistas” y pensar que lo peor de la crisis ha pasado. “Esta calma, de mantenerse, implicaría un descenso de la actividad más moderado de lo que se temía. Para los mercados financieros esto es crucial. Creemos que podría dar lugar a una rentabilidad inferior de los bunds alemanes frente a los bonos del Tesoro estadounidense”, subrayan.

Asimismo, la firma británica destaca la reapertura de China, así como una batería de apoyos para su castigado sector inmobiliario, como una “fuente adicional de apoyo” para el Viejo Continente, ya que “cualquier mejora de las perspectivas para China también beneficiaría significativamente a Europa”. Con todo, desde Schroders advierten que sigue habiendo un “alto grado de incertidumbre sobre la velocidad y la magnitud del cambio” en el gigante asiático en el primer semestre de 2023, así como un sentimiento “muy negativo” hacia los activos vinculados al ciclo económico chino (como las divisas asiáticas) y su escasa rentabilidad en lo que va de año, por lo que el listón para que haya “sorpresas positivas” sigue siendo bajo.

“Como siempre, el momento es importante. Una vez que los participantes en el mercado empiecen a dar menos importancia a la inflación y a tener en cuenta el deterioro del crecimiento, se materializará un potencial de rentabilidad muy bueno en todos los mercados mundiales de renta fija. Los inversores en renta fija necesitan ver una menor amenaza de aumento de la inflación. Y lo que es más importante, también esperamos que la volatilidad de la renta fija disminuya a medida que maduren los ciclos alcistas, lo que será bien acogido por los inversores”, concluyen.

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