El miedo a que la subida de tipos de interés general por parte de los bancos centrales y la alta inflación desencadenen una recesión económica mundial continúa afectando al mercado bursátil. El sentimiento negativo se instala en el inversor y hace que el desplome siga en la bolsa asiática, que ha cerrado este lunes en rojo.
El Nikkei 225 cayó un 2,56%, el Topix, un 2,59% y el Kospi, un 3,2%. Por su parte, el índice Hang Seng se dejó cayó un 1,1% a un mínimo de 11 años, y el Shanghái Composite, un 0,2%, mientras que el Shenzhen subió un 0,647%. En Australia, el S&P/ASX 200 perdió un 1,21%.
En el terreno macroeconómico, los datos mostraron que la actividad empresarial japonesa creció ligeramente en septiembre. Sin embargo, las perspectivas de la economía japonesa continúan presionadas por la alta inflación y el debilitamiento del yen. El sector manufacturero de Japón creció a su ritmo más lento en casi dos años.
En China, persisten las preocupaciones sobre la desaceleración del crecimiento, con el gobierno del país elevando los requisitos de reserva de riesgo cambiario para las instituciones financieras con el objetivo de frenar la caída en el yuan.
Tras esto, el yuan ha tocado mínimos de 28 meses frente al dólar. La divisa abrió a 7,1400 por dólar y se debilitó a un mínimo de 7,1690 en un punto, el nivel más bajo desde el 27 de mayo de 2020
