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Es China y va a ser China. La desaceleración económica del gigante asiático ha sido el gran asunto de la primera sesión bursátil de este 2019 y gana posiciones para situarse en el 'top one' de la lista de los problemas para este año. Aunque esto acaba de empezar, es más que probable que la ralentización de China -que ya preocupaba, y mucho, en los últimos meses de 2018- se convierta en el gran lastre de las bolsas durante los próximos doce meses.

En la memoria de todos está el crash que sufrieron las bolsas chinas en 2015 y cómo esta circunstancia hundió al mundo. El mercado tiene claro que si la economía china se resfría, el resto del mundo coge una pulmonía, una expresión que se emplea habitualmente a la hora de comparar el comportamiento de Wall Street y el de las bolsas europeas y que con China cobra aún más sentido y fuerza.

Rabobank avisa de que 2019 será un año "salvaje sólo apto para los buscadores de emociones"

La actividad del sector manufacturero de China experimentó en diciembre su primera caída en 19 meses, según mostró este miércoles el Índice de Gerentes de Compras (PMI) elaborado por Caixin/Markit. Éste despidió 2018 en los 49,7 puntos frente a los 50,2 del mes de noviembre. Es su primera lectura por debajo de 50 desde mayo de 2017, nivel que separa el crecimiento de la contracción, y es el primer dato negativo proveniente del gigante asiático del año 2019, lo que no augura nada bueno.

En su discurso de fin de año, el presidente de China, Xi Jinping, se ha referido a la desaceleración económica mundial como uno de los asuntos clave de 2019. Esta circunstancia, sumada a las fuertes caídas con las que Wall Street cerró 2018, invita a los expertos a pensar que China y Estados Unidos alcanzarán un acuerdo comercial que ponga coto a este freno económico del gigante asiático y a los desplomes bursátiles al otro lado del Atlántico.

Coincidiendo con el 40 aniversario de las relaciones diplomáticas entre China y Estados Unidos, Donald Trump y Xi han intercambiado mensajes en los que expresan su intención de impulsar "la coordinación, la cooperación y la estabilidad". Tras la tregua de 90 días en su guerra comercial alcanzada entre ambas potencias a finales de noviembre, lo cierto es que el mercado espera que lleguen a acuerdo. Aun así, la duda está en si éste podrá evitar las recesiones en EEUU y China que algunos esperan ya para este mismo año.

LA POLÍTICA EN TODAS SUS VERSIONES

El primer ministro italiano, Sergio Matterella, también en su discurso de fin de año, se ha referido a otro asunto que igualmente se perfila como un problema importante para las bolsas en 2019: la inestabilidad política. Las elecciones al Parlamento Europeo se celebran en mayo y existe el riesgo de que las turbulencias políticas en Europa, muy presentes durante 2018, se intensifiquen a medida que se acerca la fecha y tras estos comicios, si finalmente las fuerzas más extremistas se imponen.

Mattarella, que aprovechó para amonestar a los vice-primer ministros Matteo Salvini y Luigi Di Maio por haber impulsado unos presupuestos que suponen aumentar la deuda de un país ya muy endeudado, dijo que mantiene la esperanza de que se mantenga un "clima sereno" a medida que se acercan estos comicios.

Hay otro asunto político, en este caso al otro lado del Atlántico, que tiene tensos a los inversores: la posibilidad de que el Gobierno estadounidense no llegue a un acuerdo sobre los presupuestos y se produzca el cierre del mismo. Dicen los expertos de Rabobank que este es el primer 'regalito' que podría traernos el año nuevo y advierten de que, mientras el asunto de la financiación del muro de la frontera con México "siga actuando como un divisor más eficaz entre los partidos estadounidenses que entre dos países, persistirán los riesgos a un cierre prolongado" de la Administración.

Con todo, en lo que para estos analistas será un año "salvaje sólo apto para los buscadores de emociones", el cierre del Gobierno en Estados Unidos supone un problema mínimo. "Basta con mencionar la geopolítica, con Kim Jong-Un advirtiendo a Trump de que no ponga a prueba su paciencia; la política europea, ya se trate de los problemas presupuestarios italianos o del Brexit; el cambio de poder político en Brasil; o los problemas económicos en China" para subrayar que el año no se va a caracterizar precisamente por la escasez de riesgos globales, señalan desde Rabobank, y avisan de que será necesario usar "cinturones de seguridad" para afrontar 2019.

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