• La derrota de Renzi alumbraría el debate sobre la salida del país transalpino de la 'moneda única'
  • El frente político seguirá siendo fuente de incertidumbre en los mercados en 2017
pour-renzi-le-sommet-europeen-de-bratislava-n-etait-qu-une-jolie-croisiere-sur-le-danube

La Europa del euro está forjada a golpe de paradojas. Pero ahora camina hacia una que incluso para la 'moneda única' puede adquirir tintes grotescos. Porque un italianio, Mario Draghi, reforzó sus costuras cuando en julio de 2012 se comprometió a "hacer lo que sea necesario para salvar al euro" y otro italiano, Mateo Renzi, las puede volver a hacer jirones ahora si pierde el referéndum del próximo 4 de diciembre.

Esta cita constata el creciente protagonismo adquirido por la incertidumbre política que se respira en los países desarrollados, que periódicamente desata una tormenta de nervios y ventas en los mercados internacionales. La falta de emociones en el plano del crecimiento de las principales economías del planeta ha provocado que el foco vire hacia la incertidumbre que genera la coyuntura de ciertos gobiernos o las turbulencias de algunas decisiones de los líderes mundiales. Las elecciones de EEUU, el referéndum sobre la reforma de la constitución en Italia y el omnipresente Brexit agitan la actualidad y pesan sobre la salud económica del mundo occidental.

Si bien parece que la tensión que generaba la carrera hacia la Casa Blanca -que se decidirá el 8 de noviembre- se ha rebajado por la ventaja que Hillary Cliton ha tomado en las encuestas frente a Donald Trump, antes de fin de año se celebrará otra votación que tiene al mundo en vilo. La decisión de los italianos sobre la reforma de la Constitución que ha impulsado el primer ministro del país, Mateo Renzi, tendrá un “impacto macroeconómico internacional”, como ha llegado a escribir John Mauldin, columnista de Forbes.

El Gobierno de Renzi ha ligado su destino a la victoria en el referéndum para reformar 47 de los 137 artículos que integran a la Carta Magna italiana y la victoria del “no” puede desencadenar un efecto dominó que lleve a una votación sobre la salida del país transalpino de la Eurozona y Unión Europea si toman el poder los partidos antieuropeístas de Italia. “El mercado siente una creciente preocupación por que el resultado de la votación sea un ‘no’, lo que podría desencadenar cierta agitación política", comentan estrategas de BNP Paribas. Mauldin es mucho más osado: “La victoria del ’no’ será una sentencia de muerte para el euro”.

De hecho, este economista cree que el referéndum en Italia es una amenaza mucho mayor para “los Veintiocho” que el Brexit, cuyos efectos se han dejado notar en la libra, que se ha depreciado más de un 13% contra el euro y un 26% contra el dólar, pero que aún no ha hincado el diente en el crecimiento de Reino Unido. Desde el banco de inversión alemán Berenberg también inciden en la cuestión italiana como un “riesgo prioritario para Europa” especialmente en 2017, ya que las encuestas muestran que Mateo Renzi puede perder la votación.

...Y AÚN HABRÁ MÁS EN 2017

Pero incluso aunque Renzi triunfe, la incertidumbre política ha venido para quedarse, porque 2017 vendrá cargado de citas electorales. Desde Berenberg señalan las elecciones en Francia del mes de marzo como uno de los hitos en el calendario, aunque creen que el peligro de que Marine Le Pen se imponga ante el candidato que gane las primarias de la centro-derecha, ya sea el ex presidente Nicolas Sarkozy o Alain Juppé, es “escaso”. También en 2017, pero en septiembre, Alemania celebrará elecciones en las que Berenberg espera que Angela Merkel revalide la cancillería germana.

MolFX: la inestabilidad que sufren los gobiernos de la zona euro es consecuencia en parte de la economía y en parte de dudosas decisiones políticas

“Los riesgos políticos inciden siempre en la divisa, porque la incertidumbre política no gusta y los mercados de inversión se retraen, como le está ocurriendo a la libra”, comenta Ramon Morell, analista de ETX Capital. Para Fernando Piqueras, operador docente de MolFX, la inestabilidad que sufren los gobiernos de la zona euro es consecuencia en parte de la economía y en parte de dudosas decisiones políticas. “En cuanto a la economía, era sabido desde el comienzo de la crisis, allá por el 2009, que para la zona euro sería más complejo que para el resto de los países, poner en marcha políticas económicas correctas, en tiempo y forma”. “Al tratarse de una ‘zona’, con administraciones diferentes y con políticos que deben responder a demandas diferentes, a la autoridad económica central se le hace mucho más compleja la toma de decisiones”, explica el experto.

RESTANDO EFECTIVIDAD AL BCE

Morell también cree que los problemas que afrontan los estados de la zona euro afectan al crecimiento económico. "La recuperación está ahí, pero no va al ritmo esperado a pesar de las medidas expansivas del Banco Central Europeo (BCE)”.

Robert Casajuana, gestor de carteras de SLM y profesor de ISEFi, se muestra duro con el uso que están dando los países del euro al programa de compras de activos de la entidad presidida por Mario Draghi. “Están perdiendo la oportunidad de oro que les brinda la QE (siglas en inglés de Quatitative Easing, como se conoce a los estímulos cuantitativos de los bancos centrales en el mercado) de Draghi”, lamenta. Y añade: “La política monetaria ultraexpansiva del BCE tiene menor impacto si no se complementa con reformas estructurales y políticas fiscales expansivas de los estados miembros, algo que no esta sucediendo”.

Que la economía de la zona euro no ha mejorado sustancialmente a pesar de la flexibilización monetaria del BCE es un hecho en el que coinciden todos los expertos consultados. Por este motivo, Adrián Aquaro, fundador de Trader College, cree que el banco central extenderá su plan de estímulos “al menos septiembre de 2017”. Casajuana coincide con esta visión y apuesta que, como poco, el QE se amplíe en seis meses: “Así lo dicen las previsiones de inflación, que el BCE sitúa en el 1,6% en 2018”. Analistas de bancos de inversión tan destacados como Bank of America Merrill Lynch también se inclinan por pensar que el BCE prolongará "en diciembre el programa de compra de activos de 80.000 millones de euros hasta septiembre de 2017”.

Desde ETX, Ramon Morell ofrece una visión opuesta ya que opina que “el programa del BCE empezará a frenarse según lo previsto, a finales del primer trimestre del año próximo y después veremos qué ocurre”. “El problema es que el BCE se está quedando sin deuda que adquirir, dadas las restricciones impuestas en el programa. Si pasa a sustentarse más en la compra de activos de países con un endeudamiento elevado, Italia por ejemplo, se encontrará con la resistencia de los más potentes, como Alemania, cuyos bonos ya no puede seguir comprando como antes”. “Para mí la cuestión no es si se extenderá sino si llegará tal como está planteado ahora”, puntualiza el analista.

Eso es precisamente lo que Draghi aclarará en el último cónclave monetario de 2016, que se celebrará el 8 de diciembre. El banquero italiano se ha encargado de anticipar esta semana que esa cita acogerá novedades. Las expectativas caminan en esas direcciones: o anuncia una prórroga del QE, para mantenerlo activo hasta septiembre de 2017 y no hasta marzo del próximo año, que es lo que está definido hasta ahora; o comunica un ajuste de las condiciones y las características del programa; o una mezcla de ambas.

Preguntados por qué incide más en el precio de la moneda única, si los vaivenes de la política o las decisiones del BCE, Ramon Morell lo tiene claro: "La incertidumbre irá aclarándose, pero lo que haga el BCE va a mover montañas".

No obstante, el creciente sentimiento antieuropeo que ha provocado el Brexit también presenta una amenaza en el seno de la zona euro. Italia mueve ficha y sólo una victoria del 'sí' en el referéndum de Mario Renzi sobre las reformas de su Constitución puede disipar los nubarrones que se ciernen sobre el euro. Por ahora parece condenado a visitar el nivel de los 1,05 dólares entre finales de 2016 e inicios de 2017, vaticinan los expertos. Pero es una 'condena' asumible. La auténtica condena será una victoria del 'no'. Ahí no estará en juego su tipo de cambio. Lo que estará en juego será futuro.

contador