abengoab en 2018

Los hermanos Benjumea han sido amos y señores de Abengoa durante muchos años hasta que su castillo de arena se vino abajo en 2016 y perdieron el control de la empresa a cambio de que la empresa la salvara del concurso de acreedores. Ahora han intentado un truco para impedir que las acciones de su antigua empresa sigan bajando en bolsa, pero la CNMV les ha pillado.

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Después del derrumbe de marzo de 2017 provocado por el rescate de Abengoa por la banca para evitar su quiebra, sus títulos han caído todo lo posible en bolsa: el 99,84% en el caso de la serie B (la que estuvo en el Ibex hace años). ¿No el 100%? No, no se puede caer el 100% porque el mínimo de cotización en bolsa es 0,01 euros, es decir, no se puede llegar a valer cero. Como se aprecia en el gráfico adjunto, la cotización lleva desde abril clavada en ese nivel mínimo, salvo algún rebote puntual.

Este freno daba una falsa seguridad a los accionistas de Abengoa: aunque han perdido prácticamente todo su dinero, ya no pueden dejarse más, y algunos prestidigitadores de la bolsa empezaban a ilusionarles con una posible remontada. Un sueño que se ha venido abajo este verano porque el holding de mercados, BME, ha decidido reducir el mínimo de cotización hasta 0,0001 euros, precisamente para evitar casos de cotización artificial como el de Abengoa, Urbas o Vértice 360.

Es decir, esta medida permitía a las acciones de Abengoa bajar un 99% adicional respecto a los niveles actuales: de 0,01 euros a 0,0001. Alarmado por este abismo que se abría bajo los pies de los accionistas, Felipe Benjumea (cuya instrumental Inversiones Corporativas todavía posee el 2,99% de la compañía), tuvo una idea genial: hacer un 'split' (desdoblamiento) de 10 acciones nuevas por cada una actual, para que los nuevos títulos coticen a 0,001 euros... y no puedan bajar más. Igual que ahora.

LA CNMV EVITA LA JUGADA

Pero su gozo en un pozo. La CNMV se ha dado cuenta de la jugada y, tras recibir el miércoles la convocatoria de junta extraordinaria para aprobar el 'split' el próximo 2 de octubre, le cerró el paso. Envió una comunicación a la empresa en la que advierte de que, "en el caso de que prosperaran tales iniciativas, que supondrían prolongar la actual situación de negociación desordenada y la fijación de precios en niveles artificiales, la CNMV valorará en su momento si esta conducta pudiese constituir un supuesto de manipulación de mercado".

En ese caso, podría aplicar las medidas que le otorga la ley, como la suspensión o exclusión de negociación, así como la impugnación de la junta de accionistas. Antes de llegar a eso, requiere al consejo de Abengoa que tome las medidas a su alcance para evitar el desdoblamiento de acciones planteado.

Por tanto, los Benjumea no van a salirse con la suya, sino que va a continuar el dolor de los accionistas atrapados en las acciones de la empresa que trataron de hacer pasar por solvente hasta que fue insostenible. En esos casos, es mejor aceptar que nunca se va a recuperar el dinero y que la bolsa tiene estos riesgos: las empresas pueden quebrar. En todo caso, el problema es para los pequeños accionistas: Felipe Benjumea fue absuelto por la Audiencia Nacional y no tendrá que devolver los 11,5 millones que se llevó de indemnización pese a hundir la compañía.

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