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Nicolás Maduro, presidente de VenezuelaTWITTER/@PRESIDENCIALVEN

“Probablemente estamos ante el principio del fin del régimen bolivariano, aunque todavía no sepamos cuándo ni cómo llegará”. Son las palabras de Carlos Malamud, investigador principal de América Latina del Real Instituto Elcano y catedrático de Historia de América Latina en la UNED.

En este escenario, “marcado por el enfrentamiento entre el presidente encargado Juan Guaidó y el presidente Nicolás Maduro, la ayuda humanitaria se presenta como un factor clave”, añade este experto. Guaidó ya ha señalado la fecha del 23 de febrero para la entrada de esta ayuda a través de la frontera colombiana.

En su opinión, “su llegada masiva o su rechazo abierto gracias a una dura represión podría decantar la actual correlación de fuerzas favorable al chavismo en un escenario más proclive a los intereses de la oposición. Esto ocurriría, o comenzaría a suceder, si el apoyo de los militares al gobierno chavo-madurista se resquebraja”.

Malamud afirma que “si (Maduro) pensara que sus opciones de arrinconar a la oposición son mayores que en el pasado o que está en condiciones de desprenderse de Guaidó como hizo en su día con Leopoldo López, Antonio Ledezma, Henrique Capriles o el general Isaías Baduel, ya lo hubiera hecho”.

Desde Barclays, comentan que “los desafíos de Maduro para mantenerse en el poder son cada vez más evidentes” y añaden que, si el régimen chavista actual no cae “en días”, Venezuela puede sufrir una “situación totalmente anárquica que, si no se aborda rápidamente, podría comprometer la capacidad económica del país para recuperarse”.

En este sentido, desde el Instituto Internacional de Finanzas (IIF) afirman que el colapso económico de Venezuela sólo es comparable al de Zimbabue y al de la Unión Soviética y añaden que “la profundidad de la recesión aumenta el riesgo de una recuperación incompleta incluso aunque se produzca un cambio político”.

En su opinión, será más sencillo atajar el problema de la hiperinflación que sentar las bases para una recuperación económica sostenida. Su previsión es que la producción de petróleo vuelva a caer un 10% en 2019, lo que aumentará la crisis del país.

Barclays espera que los principales actores de este conflicto “tomen medidas para acelerar el proceso de transición en las próximas semanas”. En este sentido, afirman que “los activos líquidos” que mantiene Maduro en países amigos como Rusia y China “no cubrirán más de dos semanas de importaciones”.

Según The Wall Street Journal, funcionarios chinos han entablado conversaciones con partidarios de Juan Guaidó para asegurar sus inversiones en Venezuela. Si el presidente pierde el apoyo de Pekín, su final estará mucho más próximo, aunque un portavoz del Gobierno chino citado por Reuters ha calificado la noticia como “falsa”.

En cualquier caso, Barclays considera que si Maduro tiene problemas para importar productos de primera necesidad, “la presión interna aumentará”. El banco británico también considera, como Carlos Malamud, que la entrada de ayuda humanitaria puede ser la puntilla para el régimen, ya que supondrá “un test clave para comprobar el apoyo de los militares”. En su opinión, “será un desafío para la cohesión del régimen y un catalizador para más deserciones”.

Para Barclays, los militares tienen un “problema de coordinación que limita su habilidad para negociar una transición ordenada”, lo que a su vez crea un frágil equilibrio en el que incluso pequeños eventos pueden provocar una “implosión similar a la que provocó la caída del muro de Berlín”.

Su conclusión es que si una resolución del conflicto no se produce en “30 o 45 días”, la situación del país se volverá aún “más peligrosa”. Por ello, su previsión es que Guaidó y sus aliados “aumenten la presión para provocar un cambio político” antes de que termine el primer trimestre. “Un reconocimiento forzado por parte de las fuerzas armadas de Juan Guaidó como presidente interino tras el aumento de la presión interna y externa sigue siendo, en nuestra opinión, el escenario más probable”, concluye Barclays.

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