• La Cuba comunista que tanto amaba queda muy lejos tras los nuevos acuerdos con Estados Unidos
  • Fidel Castro atraviesa momentos delicados de salud
fidel castro

Fidel Castro cumple este sábado 90 años. Muchos más de los que nadie habría imaginado con más de 700 planes para asesinarlo, contando solo los reconocidos por la todopoderosa CIA. Y lo hace con una Cuba en plena metamorfosis.

Castro, criado en el seno de una familia acaudalada de origen español, entró en contacto con su espíritu revolucionario -del que ya jamás se desprendería-- en los foros estudiantiles de La Habana y Santiago, epicentro de la lucha anticapitalista que cambiaría para siempre los designios de Cuba.

El golpe de Estado contra el Gobierno de Carlos Prío Socarrás para poner a Fulgencio Batista en el poder, apoyado por Estados Unidos, fue el punto de inflexión que le hizo pasar de la lucha política que había emprendido de la mano del Partido Ortodoxo de Eduardo Chibás a las trincheras.

El 26 de julio de 1953, convertido ya en el líder de la oposición clandestina, Castro encabezó a un grupo de 130 rebeldes en Santiago para derrocar con un golpe maestro a "la tiranía batistiana". Divididos en tres comandos, Fidel se encargaría de tomar el Cuartel Moncada; su hermano Raúl, el Palacio de Justicia; y Abel Santamaría, el Hospital Civil.

En un primer momento, su Golpe de Estado falló aunque más tarde se encargó de que saliese adelante

"Compañeros, podrán vencer dentro de unas horas o ser vencidos, pero de todas maneras el movimiento triunfará. Si vencemos mañana, se hará más pronto lo que aspiró Martí. Si ocurriera lo contrario, el gesto servirá de ejemplo al pueblo de Cuba para tomar la bandera y seguir adelante", arengó a las tropas insurgentes.

La acción rebelde no resultó como esperaba y, aunque su hermano y Santamaría hicieron su trabajo, Castro no pudo rendir el Moncada. El plan había fracasado y los supervivientes fueron detenidos, procesados y sentenciados. "Condenadme, no importa, la historia me absolverá", espetó Fidel al tribunal que le juzgó en un alegato final ya mundialmente célebre.

Tal y como había augurado, el 26 de julio quedó marcado en el calendario revolucionario como la primera batalla de una larga guerra. Con esta derrota estratégica había nacido un Movimiento de jóvenes hombres y mujeres que aún hoy pinta de rojo y negro las calles de todo Cuba.

El 25 de noviembre de 1956, junto a 81 rebeldes, incluidos el 'Che' y Raúl, Fidel se embarcó en un pequeño yate de recreo bautizado con el apelativo cariñoso de abuela en inglés --'Granma'--, decidido a morir o ganar en el intento. "Si salgo llego, si llego entro, si entro triunfo", dijo. No se equivocó.

CUBA COMUNISTA

Estas y otras hazañas, como la victoria en la bahía de Cochinos o la gestión de la crisis de los misiles ya en la década de los 60, alimentaron la épica que envuelve sin remedio la figura de Fidel Castro y que le permitió gobernar con mano de hierro un país incandescente por su importancia en la geopolítica de la Guerra Fría.

Quizá lo que nunca imaginó es que el 17 de diciembre de 2014 Cuba se echaría en brazos del 'imperialismo yanki'

Castro hizo realidad su sueño comunista gracias al apoyo político y económico de la URSS. Nacionalizó hasta el último metro cuadrado --excepto el cementerio de Colón, en La Habana, plagado de tumbas de españoles y estadounidenses cuyos descendientes aún hoy se reparten la propiedad--, creó un mastodóntico sector público y lo sometió al férreo control del partido único.

Fue la Venezuela de Hugo Chávez en los 90 la que rescató 'in extremis' a una Cuba hambrienta y aislada, a base de la renta petrolera y consignas bolivarianas. Años después se sumarían los distantes camaradas chinos y el poderío de la Rusia emergida de las cenizas soviéticas.

UN AMIGO 'YANKI'

En 2008 Fidel tuvo que dejar el Gobierno en manos de su hermano Raúl, a causa de una enfermedad intestinal que estuvo cerca de llevárselo, confiando en que su legado se mantendría gracias a "la vieja guardia" que todavía domina el Partido Comunista de Cuba (PCC).

Quizá lo que nunca imaginó es que el 17 de diciembre de 2014 Cuba se echaría en brazos del "imperialismo yanqui" que tanto había maldecido para sobrevivir con una nueva catarsis a la agonía económica y política de la Venezuela 'chavista'.

Sin embargo, el verdadero indicativo de que ya no es la Cuba "irrevocablemente socialista" pensada por Fidel es la despedida que él mismo anunció durante el congreso general del PCC celebrado el pasado abril --"tal vez sea una de las últimas veces que hable"-- y los planes de Raúl de ceder en 2018 la Presidencia a alguien sin el apellido Castro.

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