- Alemania advierte: la pena capital en Turquía pondría fin a las negociaciones de adhesión a la UE del país
- 'Rechazamos categóricamente la pena de muerte", ha sido la contestación del portavoz del Gabinete de Ministros alemán, Steffen Seibert
- Este tipo de condena fue abolida en Turquía en 2004 como un requisito de ingreso en la UE
"Alemania y otros países miembros de la UE tenemos una posición clara: rechazamos categóricamente la pena de muerte". Así de tajante se ha mostrado el portavoz del Gabinete de Ministros alemán, Steffen Seibert, sobre una posible reintroducción de la pena capital en Turquía por parte del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. Seibert ha subrayado que "un país donde existe la pena de muerte no puede ser miembro de la UE".
Erdogan anunció que mantendría conversaciones con la oposición para reestablecer la pena de muerte
El mandatario alemán ha avisado por tanto a Erdogan de que la introducción de la pena de muerte en Turquía "significaría el fin de las negociaciones sobre la adhesión", según recoge RT. Erdogan anunció el pasado domingo que mantendría conversaciones con la oposición para tratar un posible reestablecimiento de la pena de muerte en el país, para así poder juzgar con la pena capital a los autores del fallido golpe de Estado, tal y como afirmó ante sus seguidores en Estambul. Este hecho podría privar al país de continuar con las negociaciones sobre su entrada en la Unión Europea.
"Ningún Estado del Consejo de Europa tiene derecho a imponer la pena de muerte. Es una obligación enunciada en la Carta de Consejo de Europa", ha asegurado por su parte el secretario general del Consejo de Europa, Thorbjorn Jagland, en una entrevista a Der Tagesspiegel. Jagland ha subrayado que Turquía ratificó en 2004 su posición sobre la abolición de la pena de muerte y que tiene que cumplir con este compromiso europeo. La pena capital no debe ser aplicada "bajo ninguna circunstancia, añade.
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ERDOGAN: "NO SE PUEDEN IGNORAR LAS PETICIONES DEL PUEBLO"
Erdogan informó hace unos días sobre la finalización del intento de golpe de estado, liderado por una facción del Ejército turco, después de que miles de personas se echaran a la calle en Ankara y Estambul. Tras los acontecimientos, el balance de víctimas es de casi 265 muertos, entre ellas 104 golpistas y 47 civiles, así como más de mil heridos y 2.800 militares detenidos. Desde el Gobierno turco se indicó que los rebeldes pagarían "un alto precio".
Tras los reclamos de sus seguidores en una concentración en Estambul para reimplantar la pena de muerte para los militares sublevados, Erdogan aseguró que "en una democracia no se pueden ignorar las peticiones del pueblo". "En democracia la demanda de la población no puede ser ignorada. Es su derecho. Los organismos correspondientes efectuarán la evaluación de la demanda de acuerdo a la Constitución y luego se tomará una decisión", aseguró el máximo dirigente del país.
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Las autoridades turcas destituyeron el pasado sábado a 2.745 jueces tras el intento de golpe de Estado contra el Gobierno turco, algo que es visto por algunos como una maniobra del mandatario turco para "purgar" a sus adversarios. El Alto Tribunal de Jueces y Fiscales (HSYK) asegura que los jueces destituidos serían afines a la "estructura paralela" liderada por el clérigo Fetulá Gulen, exiliado en Estados Unidos.
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