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Las intenciones del presidente de EEUU, Donald Trump, de imponer aranceles para beneficiar al país parece que no están teniendo el efecto deseado. Es cierto que ha conseguido convencer a algunas empresas estadounidenses que habían trasladado sus industrias a China de que abandonen ese país, pero no están regresando a EEUU. Es el caso de las fabricantes de tablas de surf.

Esta semana, Trump aseguraba a través de su cuenta personal de Twitter que EEUU estaba "ganando, a lo grande, contra China". Sin embargo, hay algunos economistas que no opinan lo mismo. El presidente está "totalmente equivocado", "argumentar que esto no está causando daños económicos es simplemente incorrecto", afirman en Moody’s Analytics a CNBC, que esperan que, en algún momento, Trump se dé cuenta de que la postura dura con China en la guerra comercial "no está funcionando".

Por ahora, uno de los objetivos de los aranceles, el de hacer que las empresas estadonidenses regresaran a producir en el país, no se está cumpliendo. Al menos es lo que se puede deducir de las acciones que están emprendiendo una serie de fabricantes y minoristas estadounidenses que reconfiguran las cadenas de suministro a raíz de la guerra comercial.

Entre ellos, los que se dedican a la fabricación de tablas de surf, que hace un tiempo trasladaron su industria de California a China huyendo de las estrictas normas ambientales y los elevados costes laborales. La decisión de Trump de aplicar aranceles del 10% a estos productos convenció a sus responsables de cerrar sus fábricas de China, pero sin la intención de regresar a EEUU, sino que buscan otras localizaciones como Tailandia y Vietnam.

Según Reuters, hay hasta una docena de ejecutivos de compañías de surf estadounidenses que apoyan la política comercial para proteger a su industria local de la competencia internacional. Sin embargo, se muestran escépticos sobre la última ronda de aranceles del presidente. Aunque el último acuerdo con China implica retrasar la implantación hasta mediados de diciembre, esta decisión no incluye a muchos productos, entre los que se encuentran las tablas de surf.

Un sector nada desdeñable en EEUU, ya que el sur de California representa la cuna del surf, un negocio que genera miles de millones de dólares. Según el censo estadounidense, las importaciones de tablas de surf alcanzaron los 916.246 unidades en de 2018, en comparación con las 102.850 de hace 15 años. Ahora, las tablas importadas suponen más del 90% de las ventas del pequeño comercio y China representa más del 67% de las que llegan a las costas de EEUU.

Moody’s Analytics señala que si Trump cumpliera con sus amenazas arancelarias pendientes, "incurriría en un coste de 100.000 millones de dólares para empresas y consumidores estadounidenses el próximo año. Aproximadamente la mitad del recorte de impuestos que los estadounidenses tuvieron el año pasado. Eso es muy significativo".

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