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Inflación, proteccionismo económico y menos liquidez global. Es el 'triángulo de las Bermudas' económico que puede provocar una recesión global en 2020, según estiman los analistas de Oxford Economics.

“Una recesión global no está en nuestro escenario base, pero la actual constelación de riesgos cíclicos no tiene precedentes históricos, por lo que el mercado tiene razones para estar nervioso”, afirman estos expertos.

En su opinión, los tres riesgos mencionados están estrechamente conectados. La inflación puede repuntar más de lo esperado por la situación de empleo en EEUU y otras economías desarrolladas. A su vez, estas presiones pueden ser agravadas por el proteccionismo económico de la Administración Trump, lo que obligaría a la Reserva Federal (Fed) a seguir subiendo los intereses pese a los crecientes riesgos para el crecimiento.

En este escenario, los bancos centrales de todo el mundo han iniciado el proceso para reducir la liquidez a nivel global, lo que probablemente reforzará el papel del dólar y aumentará los problemas de las economías emergentes. “Más allá de 2019, pensamos que estos riesgos cíclicos serán aún mayores”, explican desde Oxford Economics.

SEÑALES DE ALARMA

La recuperación económica global está bien soportada actualmente, ya que el riesgo de una recesión en EEUU o China es bastante bajo en 2019. “Pero nuestros análisis indican que las señales de alarma que indican una recesión global se han puesto en ámbar”, añaden desde la firma británica.

En su opinión, hay varios factores adicionales preocupantes. Los periodos de alta estabilidad económica como el actual siempre suelen preceder a crisis económicas. La posibilidad de un error por parte de los banqueros centrales a la hora de retirar los estímulos, junto a la enorme montaña de deuda global apilada para combatir la crisis, pueden magnificar los efectos de un parón económico.

Otro factor a tener en cuenta es el precio del petróleo, cuya subida suele anticipar una recesión posterior. El ascenso del crudo se produce cuando la actividad económica global demanda más bombeo de crudo a los países productores, que en la actualidad siguen una política de no aumentar la producción.

“Incluso si los precios del petróleo no provocan un aumento sostenido de la inflación, una fuerte subida puede aumentar la incertidumbre y condicionar la respuesta de los banqueros centrales y los Gobiernos, lo que a su vez puede impactar en las bolsas y la economía real”, señalan desde Oxford Economics. Su conclusión es que una recesión global no es probable en 2019, "pero que los riesgos de cara a 2020 están aumentando".

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