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Unai Sordo, secretario general de CCOOAPIE - Archivo

El secretario general de CCOO, Unai Sordo, ha asegurado este jueves estar “convencido” de que el Gobierno alargará los ERTE y ha señalado que “no me obsesiona la fecha”, pero que será importante ir pasando de los ERTE de fuerza mayor a causas económicas, productivas y organizativas mientras no haya demanda.

Así lo indicó durante su comparecencia en la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica en el Congreso de los Diputados, en la que también resaltó que la reforma laboral que el PP realizó en 2012 “sobra y es contraproducente y antieconómica” y que España “no puede basar su modelo de competitividad en los salarios bajos”, por lo que abogó por “cambiar de una forma radical el modelo de legislación laboral”.

En esta misma línea, Sordo subrayó la necesidad de reforzar la negociación colectiva y acabar con los contratos precarios y el despido fácil, para acto seguido recordar que la reforma laboral de 2012 se realizó para acometer una devaluación interna que no ha solucionado problemas ya existentes entonces como la alta temporalidad y un mercado laboral “dual, segmentado y precario”.

En cualquier caso, Sordo indicó que no se trata de derogar la reforma de 2012 para volver a la de 2010, “a la que le hicimos una huelga general” sino que se trata de reformar “con perspectiva hacia delante”. “Cómo vamos a querer volver a la legislación de 2010, para nada, no sirve”, afirmó.

Asimismo, aseguró que no hay que tener “ningún miedo a hablar de flexibilidad interna en las empresas” pero que dicha flexibilidad debe ser sobre la adaptación de las condiciones y los tiempos de trabajo, y no que la empresa aplique de forma unilateral los convenios ni facilitar la explotación. A este respecto, añadió que “la flexibilidad podría ganar a la palabra más pervertida de la última década”, al indicar que flexibilidad es “lo opuesto a rigidez”, pero que esta palabra se ha confundido con “otorgar capacidad de decisión unilateral al empresario”, y denunció que la legislación laboral en España “destila una concepción autoritaria en la gestión de la empresa”.

En este sentido, también resaltó la importancia de sacar un aprendizaje de cómo han funcionado los ERTE como alternativa al despido, indicando que antes de esta crisis eran vistos como algo que no funcionaría cuando ahora han recurrido a ellos hasta 500.000 empresas. Por ello, abogó por dificultar los despido y plantear modelos alternativos al despido como el existente en Alemania, donde antes que al despido se acude a la reordenación de la jornada de trabajo y existe una prestación para compensar la consiguiente pérdida de salario.

CONSENSO

Por ello, Sordo apuntó que “España necesita más que nunca de la política, con P mayúscula” y de “grandes consensos de país, sociales e institucionales” para planificar las estrategias de futuro, “hacer de la necesidad virtud” y corregir las “series deficiencias históricas en el modelo productivo”.

Así, el líder de CCOO consideró que, hasta el momento, “en el corto plazo algunas de las cosas que se han hecho son cosas bien orientadas”, ya que “en España siempre que ha habido crisis la destrucción de empleo ha sido la forma de regulación” y que en la actual crisis “por primera vez la reducción del empleo ha sido inferior a la reducción de la actividad económica”, gracias a los ERTE y otras medidas como los avales para dar liquidez a las empresas, y destacó que se trata de cuestiones acordadas en el diálogo social.

Sin embargo, advirtió que “el primer impacto está pasando” y que en la siguiente fase es necesario “meter recursos públicos” en sectores importantes e intensivos en mano de obra como el turismo, la automoción, el comercio y la construcción.

Por otro lado, también señaló la necesidad de acometer una reforma fiscal que recorte la diferencia de siete puntos en corresponsabilidad fiscal respecto a la media de la zona euro, que supone una pérdida de más de 70.000 millones de euros, y que permitiría reforzar los servicios públicos.

En esta línea, aunque ensalzó el fondo de reconstrucción diseñado por la Comisión Europea, advirtió que cuando finalice el levantamiento de las normas fiscales europeas no deberían volver las políticas de austeridad de la crisis anterior, y subrayó que la condicionalidad de los fondos procedentes de la UE debería estar relacionada con que la economía española acometa su digitalización y la transición hacia la sostenibilidad, así como a la internacionalización de las empresas, la mejora del sistema de formación profesional.

Además, abogó por realizar “un trabajo de prospección” para mejorar la estructura productiva y la política industrial, identificando en qué sectores económicos tiene futuro España, y recomendó utilizar como referencia la política de clústeres llevada a cabo en Euskadi en los años ochenta del pasado siglo para reasignar los recursos y reconvertir la industria.

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