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Jonathan Ernst/Reuters

Estados Unidos y China comienzan las negociaciones comerciales este 7 y 8 de enero con el objetivo de establecer algún tipo de acuerdo que ponga fin o, al menos, rebaje las tensiones entre ambos países y las tensiones arancelarias que ambos mantienen. En este contexto, recordemos que los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y China, Xi Jinping, acordaron una tregua de 90 días desde el pasado día 1 durante la cumbre del G20 celebrada en Argentina en 2018.

Si bien las conversaciones, que serán a nivel de puestos intermedios, probablemente no desembocarán en un gran avance en las relaciones bilaterales, las apuestas son altas ya que ambas partes se enfrentan a una reanudación de los aranceles en marzo si no logran un acuerdo. Además, se esperan más conversaciones a un alto nivel a finales de este mes. De hecho, según ha informado South China Morning Post, se espera que Trump se reúna con el vicepresidente chino Wang Qishan en el Foro Económico Mundial en Davos que se celebra en Suiza.

En este sentido, los expertos de Bloomberg han señalado cuáles serán las siete claves a tener en cuenta y que serán determinantes en las negociaciones estos dos días:

1. Propiedad intelectual

La acusación de Estados Unidos de que China obliga a las compañías estadounidenses a transferir tecnologías sensibles y de que también hurta la propiedad intelectual de los usuarios es uno de los problemas más espinosos, y podría hacer o deshacer cualquier acuerdo potencial. Las negociaciones que se producirán durante los 90 días de tregua se centrarán en "cambios estructurales" en la forma en que China maneja las transferencias de tecnología, la protección de la propiedad intelectual, el robo cibernético y otros problemas, señaló EE. UU. tras la reunión entre Trump y Xi Jinping en el marco del G20.

Por su parte, China ha anunciado una serie de sanciones que podrían restringir el acceso de las empresas al endeudamiento y al financiamiento estatal si éstas roban propiedad intelectual, y para ello está redactando una ley para prevenir la transferencia forzosa de tecnología. Pero "el diablo estará en los detalles y en la ejecución", apuntan desde la agencia.

2. Huawei y 5G

Huawei, el mayor fabricante de equipos de telecomunicaciones de China, ha negado durante mucho tiempo las acusaciones de Estados Unidos y sus aliados de facilitar el espionaje a Pekín. La compañía está compitiendo para desarrollar la tecnología 5G y posee una décima parte de las patentes esenciales en todo el mundo. Pero sus esfuerzos se vieron frustrados por Estados Unidos, que prohibió sus productos para la contratación pública y alentó a otras naciones a hacer lo mismo.

Por su parte, China ha exigido que Canadá libere a la directora financiero de Huawei, Meng Wanzhou, quien fue arrestada en este país a petición de Washington por presunto fraude bancario. Además, el FBI también está investigando posibles infracciones a las sanciones impuestas por Estados Unidos a Irán por parte de la empresa.

3. "Fabricado en China 2025"

El plan “Fabricado en China 2025” de Pekín busca convertir a China en un líder de fabricación de alta tecnología, como la robótica, los vehículos de energía limpia y la biotecnología. La ambición industrial ha provocado la ira de la Casa Blanca, que sostiene que la intervención del estado chino en el sector viola las reglas de la OMC y podría crear un terreno de juego injusto para los inversores extranjeros. De hecho, los aranceles impuestos por Trump apuntaron a muchas de las industrias objetivo del plan.

Sin embargo, China ha reculado y ha indicado que está dispuesta a retrasar el plan una década si eso ayuda a solucionar las tensiones comerciales.

4. Energía

Las tensiones comerciales han interrumpido lo que debería ser un buen acuerdo para los dos países: Estados Unidos se está convirtiendo en un importante exportador de petróleo y gas natural, mientras que China se ha convertido en el mayor comprador mundial de ambos.

5. Importaciones agropecuarias

Los inversores están vigilando a ver si China elimina aranceles de represalia en los productos agrícolas de EE. UU. La supresión de estas tasas podría alentar a los compradores privados a reanudar inmediatamente las compras de productos agrícolas en los Estados Unidos. No obstante, si las conversaciones fracasan, China puede cancelar algunos pedidos agropecuarios que ha realizado en las últimas semanas a Estados Unidos y complicar aún más la situación.

6. Los aranceles al automóvil

Después de imponer un arancel de respuesta del 25% a los vehículos importados de EE. UU., China lo eliminó temporalmente a partir del 1 de enero, ya que las dos economías más grandes del mundo buscaban una manera de aliviar las tensiones comerciales. El impuesto adicional ha afectado a todos los fabricantes de automóviles que venden automóviles fabricados en Estados Unidos en China, incluidos Tesla., BMW y Daimler. Las ventas de automóviles en China han caído durante seis meses consecutivos hasta noviembre, y los datos de diciembre deben presentarse esta semana.

7. Acceso al mercado para los bancos

China se ha comprometido a aumentar el acceso de las entidades financieras extranjeras. En noviembre, UBS se convirtió en la primera en formar una joint venture de valores locales bajo las reglas que se simplificaron en 2018. JPMorgan y Nomura Holdings aún esperan la aprobación para obtener el 51% de las participaciones en sociedades ubicadas en China. Bloomberg Economics estima que, a menos que se produzca una desaceleración o un cambio económico, los bancos extranjeros y las compañías de valores podrían obtener ganancias de más de 32 mil millones de dólares al año en China para el 2030.

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