ep 31 august 2019 saxony leipzig president of the european central bank ecb christine lagarde
Jan Woitas/dpa-Zentralbild/dpa

"Los bancos centrales a menudo cometen un error clave: actúan muy tarde, pero luego demasiado, exacerbando las inevitables oscilaciones del crecimiento y la inflación en lugar de amortiguarlas". Así lo ven en Berenberg, donde avisan de que si el Banco Central Europeo (BCE) se pasa de frenada recortando los tipos de interés "podría verse obligado a subirlos en 2026".

De hecho, los analistas se preguntan si el organismo europeo corre el riesgo de volver a exagerar. Como explican, aunque la economía ya se estaba recuperando rápidamente de la pandemia del COVID-19 en 2021, el BCE siguió citando un riesgo de deflación percibido para justificar el mantenimiento de su postura de emergencia ultralaxa hasta finales de 2021.

"A raíz de las agresivas subidas de tipos del BCE por un total de 450 puntos básicos desde julio de 2022 en adelante, la economía de la eurozona se estancó en gran medida durante 2023".

En sus próximas proyecciones, que se darán a conocer en marzo, creen que es posible que el BCE tenga que rebajar sus previsiones del Producto Interior Bruto (PIB) una vez más.

"Si bien los shocks no monetarios contribuyeron más al actual malestar económico de la eurozona que las políticas del BCE, el resultado todavía sugiere que hubiera sido mejor para el BCE detenerse antes", dicen.

Bajo su punto de vista, centrarse en los datos retrospectivos del mercado laboral "podría meter al BCE en problemas": "El propio rastreador salarial experimental del BCE aún no apunta a una desaceleración de la inflación salarial muy por debajo del 4%. Eso podría dificultar la explicación de los recortes de tipos. Por supuesto, los salarios son sólo una parte de la historia. Es probable que la débil demanda obligue a las empresas a absorber en parte salarios más altos a través de menores ganancias durante algunos trimestres más, como en 2023. La caída de los precios de algunos insumos importados también ayudará".

Esperan que los aumentos salariales se estabilicen cerca del 4% en 2025 y 2026. "Por supuesto, los enormes aumentos del salario mínimo en algunos países miembros de la eurozona, por ejemplo, del 25% en Alemania en octubre de 2022 y del 13,4% en España en el primer trimestre de 2024, probablemente no se repitan. Además, el aumento de las demandas salariales en respuesta al aumento de los precios de la energía y los alimentos en 2022 probablemente seguirá siendo algo excepcional", añaden.

Con este panorama, en Berenberg vaticinan que la inflación de la eurozona probablemente caerá a aproximadamente el 2% a finales de 2024. Pero calculan un repunte gradual de las presiones inflacionarias a lo largo de 2025 hacia el 2,5% interanual. Y, con este escenario de fondo, anticipan que el BCE recortará los tipos de interés en 25 puntos básicos cada trimestre a partir de junio, hasta situarlos en el 3,25% al cierre de este año y dejándolos en un mínimo del 3% a principios de 2025.

"En nuestras previsiones suponemos que el BCE habrá aprendido la lección de que no debería reaccionar exageradamente a los datos actuales, al menos hasta cierto punto, a finales de 2024. Por tanto, esperamos que se detendrá en el 3% en lugar de recortar los tipos al 2,75% a finales de 2024 y al 2,25% a finales de 2025. De lo contrario, el BCE podría verse obligado a subir los tipos en 2026 para corregir el posible error de haber bajado demasiado los tipos en 2024 y 2025", concluyen.

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