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El sector manufacturero español regresó a territorio de expansión en julio a medida que las reaperturas de los negocios continuaron tras el confinamiento. Los nuevos pedidos, las compras y la producción aumentaron, mientras que la demanda fue mayor tanto en el mercado nacional como internacional. Sin embargo, los recortes de empleo continúan a medida que la confianza a futuro sigue siendo moderada.

Después de tener en cuenta los factores estacionales, el índice PMI del sector manufacturero en España se situó en 53,5, por encima de 49 registrado en junio, con lo que alcanzó su nivel más alto desde abril de 2018, según la encuesta elaborada por la consultora Markit.

La producción y los nuevos pedidos regresaron simultáneamente al crecimiento en julio. En ambos casos estos fueron los primeros incrementos registrados por el estudio desde febrero y los mejores observados desde principios de 2018. Las empresas encuestadas informaron ampliamente que la cada vez mayor reapertura de la economía tras el confinamiento conllevó a un nuevo aumento de la demanda. Factores similares también ayudaron a respaldar la recuperación de las ventas al exterior. Los últimos datos indicaron que los nuevos pedidos procedentes del extranjero se incrementaron de manera sólida y por primera vez en más de un año.

Pese a los incrementos en la producción y los nuevos pedidos, las empresas continuaron operando muy por debajo de su capacidad

Los fabricantes también optaron por aumentar sus actividades de compra y su crecimiento sólido reflejó un aumento de la demanda y unas mayores necesidades de producción. No obstante, las empresas continuaron observando retrasos en las entregas. Los plazos medios de entrega se alargaron por octavo mes consecutivo y las firmas mencionaron las persistentes dificultades a las que los proveedores se enfrentan con el transporte debido al COVID-19. Para cumplir con unas mayores necesidades de producción, los fabricantes españoles continuaron utilizando sus inventarios de materias primas y productos semielaborados.

A pesar de los incrementos en la producción y los nuevos pedidos, las empresas continuaron operando muy por debajo de su capacidad. A juzgar por los últimos resultados de la encuesta, los pedidos pendientes disminuyeron por quinto mes consecutivo y puesto que las cargas de trabajo en general siguieron siendo bajas, de nuevo se registraron recortes de empleo. Así, el nivel de empleo en general disminuyó por decimoquinto mes consecutivo y algunas empresas prevén experimentar un exceso de capacidad en el futuro previsible. Unas expectativas inciertas también afectaron el mercado laboral.

A pesar de que la confianza sobre el futuro siguió en territorio positivo por segundo mes consecutivo, el sentimiento aún se mantiene muy por debajo de la tendencia. Si bien algunas empresas esperan que la recuperación se mantenga durante los próximos doce meses, otras siguen preocupadas por los nuevos brotes de la COVID-19 y la posibilidad de una persistente debilidad en la demanda y la actividad económica.

Respecto a los precios, los costes de los insumos en el sector manufacturero continuaron disminuyendo en julio. Las empresas informaron que la demanda mundial subyacente aún débil tuvo un impacto en los precios de las materias primas, aunque el grado general de deflación fue el más débil registrado por la encuesta en casi un año. Las presiones competitivas y la persistente debilidad en las carteras de pedidos en general significaron que los fabricantes continuaran ofreciendo descuentos de precios. Los últimos datos indicaron que las tarifas disminuyeron por undécimo mes consecutivo.

Desde Markit comentan que la progresiva reapertura de la economía "ayudó a respaldar un aumento de la demanda y a impulsar el incremento de pedidos procedentes de fuentes nacionales e internacionales. No obstante, aún queda mucho camino por recorrer hasta que veamos un retorno a los niveles de actividad registrados antes de la intensificación de la pandemia de la COVID-19, y la última encuesta muestra nuevamente una disminución de los pedidos pendientes y recortes en el empleo".

"Los fabricantes son generalmente cautelosos en su opinión sobre cómo se presentará el resto del año y el primer semestre de 2021 y muchos esperan una recuperación constante, pero con notables riesgos a la baja dado el claro potencial de un resurgimiento de la COVID-19 y el impacto negativo asociado en la actividad económica en general", añaden.

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