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La resiliencia del sector servicios ayuda a sostener un sólido crecimiento económico de la zona euro en mayo, pero el impulso se debilita. Según el índice PMI, la economía continuó expandiéndose a un ritmo fuerte a mediados del segundo trimestre, ya que la reciente relajación de las restricciones por la COVID-19 respaldó una mejora sostenida en los niveles de actividad total.

El Índice Compuesto de Actividad Total de la zona euro, elaborado por S&P Global y ajustado estacionalmente, cayó hasta el nivel 54,8 en mayo, su mínima de cuatro meses, por debajo de 55,8 registrado en abril. Si bien el índice sigue indicando un crecimiento económico en la zona euro, también destacó una pérdida de impulso. Esta desaceleración se debió exclusivamente a una expansión más lenta del sector servicios en medio de señales de que el repunte observado tras los confinamientos está perdiendo algo de fuerza.

No obstante, la actividad del sector servicios continuó aumentando a un ritmo robusto y encubrió una clara debilidad dentro del sector industrial. Aunque el crecimiento de la producción manufacturera superó ligeramente su mínima de 22 meses registrada en abril, el ritmo de expansión fue moderado y estuvo por debajo de su promedio a largo plazo.

La principal fuerza impulsora detrás de la última expansión fue una vez más el dominante sector servicios de la zona euro, ya que los persistentes trastornos de suministro, la guerra en Ucrania y la débil demanda de productos restringieron el crecimiento de la producción manufacturera.

A pesar de la resiliencia del sector servicios, hubo una pérdida general de impulso en este sector en mayo, conllevando a que la actividad total del sector privado aumentara al ritmo más lento desde enero pasado en medio de la desaparición de los efectos de recuperación posteriores a la pandemia, una creciente incertidumbre y una rápida inflación.

No obstante, los nuevos pedidos recibidos por las empresas manufactureras y del sector servicios conjuntamente continuaron creciendo en mayo, mientras que de nuevo hubo evidencia de presiones en la capacidad a medida que una vez más aumentaron las cargas de trabajo. El crecimiento del empleo se aceleró hasta su máxima de diez meses en medio de una mejora generalizada en las tendencias de contratación a nivel sectorial.

Respecto a la inflación, los precios cobrados aumentaron en mayo a la segunda tasa más fuerte jamás registrada debido a otro aumento importante en los costes operativos de las empresas.

De los países estudiados de la zona euro, Irlanda fue la economía de más rápido crecimiento en mayo. Dicho esto, la expansión en este país se ralentizó hasta su mínima de cuatro meses. Las desaceleraciones fueron más o menos generalizadas a nivel de país en mayo; España fue la única excepción, ya que su ritmo de crecimiento se mantuvo sin cambios desde abril. Por el contrario, Italia registró el peor resultado y solo indicó una modesta expansión de la actividad total del sector privado.

Los últimos datos de la encuesta indican que los nuevos pedidos recibidos por las empresas del sector privado de la zona euro aumentaron de nuevo en mayo. No obstante, la expansión de la demanda de productos y servicios se desaceleró hasta su mínima de cuatro meses en medio de una caída de los nuevos pedidos de fabricación y señales de que el repunte tras los confinamientos en el sector servicios está comenzando a disiparse. La demanda de clientes extranjeros también fue un lastre para los volúmenes de pedidos en mayo, ya que los nuevos pedidos de exportación cayeron al ritmo más rápido en casi dos años.

No obstante, hubo evidencia de que persisten las restricciones de capacidad en el sector privado de la zona euro en mayo, ya que los pedidos pendientes de realización aumentaron por decimoquinto mes consecutivo. Los problemas de personal, la escasez de materiales y el aumento de la entrada de nuevos pedidos contribuyeron a la acumulación de las cargas de trabajo. Para ayudar a poner al día los pedidos pendientes y adaptarse a la demanda prevista, el nivel de empleo en el sector privado de la zona euro aumentó en mayo.

A pesar de ello, la confianza empresarial disminuyó ligeramente y estuvo entre las más débiles desde mediados de 2020. La guerra en Ucrania, el aumento de los precios, las dificultades de suministro y la desaceleración en general de la economía fueron mencionados por las empresas encuestadas como fuentes de preocupación.

Respecto a los precios, los datos de la última encuesta continuaron destacando severas presiones inflacionistas en la zona euro. Aunque el aumento de los precios pagados fue el más lento en tres meses, este se produjo a la tasa más rápida jamás observada hasta la fecha. El aumento de los salarios y las facturas de la energía se sumó a unos mayores costes de las materias primas y los combustibles, según las empresas. Para proteger los márgenes de beneficios, los precios cobrados subieron en mayo. En general, la tasa de inflación de los precios cobrados fue la segunda más alta registrada y solo fue superada por la observada en abril.

SECTOR SERVICIOS

Por su parte, el Índice PMI de Actividad Comercial del Sector Servicios de la zona euro registró 56,1 en mayo. Aunque el índice señaló una disminución con respecto a 57,7 registrado en abril, fue consistente con un fuerte aumento de la actividad en el sector servicios de la zona euro. De hecho, registró la segunda expansión más rápida de la actividad del sector servicios desde septiembre del año pasado.

Los nuevos pedidos recibidos siguieron aumentando en el sector servicios en mayo, respaldados por un incremento renovado de los nuevos pedidos de clientes en el extranjero. No obstante, la demanda en general de servicios aumentó a un ritmo más lento en comparación con abril. Las presiones en la capacidad se intensificaron, tal y como lo indica un aumento más rápido de los pedidos pendientes. El ritmo de acumulación de las cargas de trabajo fue el más rápido en diez meses. Para impulsar los niveles de actividad, el empleo aumentó a la tasa más rápida desde julio de 2007.

Mientras tanto, se produjo un nuevo aumento pronunciado de los gastos operativos, que conllevó a que las empresas aumentaran los precios de la prestación de servicios en la zona euro a un ritmo acelerado. En general, la tasa de inflación de los precios cobrados fue la segunda más rápida registrada después de la máxima observada en abril.

Desde S&P Global Market Intelligence señalan que "la fuerte demanda de servicios ayudó a mantener un ritmo sólido de crecimiento económico en mayo, indicando que la zona euro se está expandiendo a una tasa subyacente equivalente a un crecimiento del PIB de poco más del 0,5%. No obstante, los riesgos parecen estar inclinados a la baja para los próximos meses".

El sector manufacturero "sigue estando preocupantemente limitado por la escasez de suministros, y tanto las empresas como los hogares siguen afectados por los elevados costes. También hay señales de que el impulso de la economía creado por la demanda reprimida de servicios a medida que disminuyen las restricciones por la pandemia está comenzando a desvanecerse. Como era de esperar, la confianza empresarial ha caído aún más y se encuentra entre las más sombrías desde los primeros confinamientos por la pandemia, ya que las empresas redujeron sus expectativas de crecimiento para el próximo año", apuntan.

Por lo tanto, creen que "el destino a corto plazo de la economía de la zona euro dependerá de la medida en que el decreciente viento de cola de la demanda reprimida pueda compensar los vientos en contra de la incertidumbre geopolítica en medio de la guerra de Ucrania, los problemas en las cadenas de suministro y el aumento del coste de vida, este último probablemente exacerbado por el endurecimiento de las condiciones monetarias. Claramente, los próximos meses serán desafiantes para la región y no se puede descartar una recesión económica a pesar de la alentadora expansión del sector servicios", añaden.

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