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Los datos del crecimiento económico de 2022 "dejan a la economía española en el buen camino para evitar una recesión invernal". Sin embargo, incluso evitando una recesión, el avance del Producto Interior Bruto (PIB) en 2023 "será modesto" y el crecimiento "mucho más lento", debido principalmente a la debilidad que tendrá lugar durante el primer trimestre del año.

España cerró 2022 dando la sorpresa: esquiva la contracción y su economía avanza un 5,5%, por encima de las previsiones de organismos y entidades, incluso superando las proyecciones del mismo Gobierno. "El aumento confirma que la economía española está bien situada para evitar una recesión a corto plazo", destacan los analistas de Oxford Economics.

Sin embargo, creen que no todo es alentador en el informe del PIB: "Los datos apuntan a tendencias débiles en áreas clave de la demanda, como el gasto de los consumidores y la inversión, y las exportaciones también registraron un retroceso en el cuarto trimestre, dejando la caída de las importaciones como motor clave del crecimiento en el cuarto trimestre".

"Así pues, incluso evitando una recesión, el crecimiento español parece que será modesto en 2023", apuntan. Una opinión compartida por los expertos de Pantheon Macroeconomics. Reconocen que "a España probablemente le fue mejor que a las demás grandes economías de la zona euro en el cuarto trimestre" y los datos muestran que "la economía creció un decente 5,5% el año pasado, lo mismo que en 2021, a pesar del aumento sin precedentes de la inflación, y terminó el año solo un 0,9% por debajo de su nivel anterior a la crisis".

Sin embargo, consideran que para 2023 "el crecimiento del PIB será mucho más lento, debido principalmente a la debilidad del primer trimestre".

Como detallan, el descenso de los ingresos reales y la continua subida de los tipos de interés, en línea con la política del Banco Central Europeo (BCE), harán que el gasto de los consumidores vuelva a caer. Mientras, las nuevas ayudas fiscales contribuirán a aliviar algunas presiones inflacionistas, "pero no cambiarán las reglas del juego y la restricción de los ingresos seguirá siendo acuciante hasta el segundo trimestre, cuando la inflación caerá bruscamente gracias sobre todo a los efectos de base de la energía".

A esto se sumará que la subida de los tipos de interés, el endurecimiento de los criterios de concesión de créditos, los costes aún elevados de los insumos y un entorno geopolítico incierto volverán a pesar sobre el apetito inversor de las empresas en el primer trimestre, contrarrestando el aumento del gasto público y del comercio neto.

Así, prevén que el crecimiento del PIB en 2023 se ralentizará hasta un crecimiento del 1,5%. "Los riesgos para nuestra estimación se inclinan probablemente al alza, dada la resistencia de la economía a la crisis energética hasta ahora y la perspectiva de un mayor apoyo fiscal y mayores esfuerzos para gastar rápidamente los fondos de recuperación de la UE, especialmente con las elecciones generales de este año", matizan.

Algo menos optimistas son en Ibercaja. Estiman que de cara a 2023 habrá un crecimiento del PIB del 0,4%. Esperan que la economía nacional "siga mostrando una recuperación, aunque en menor medida que este ejercicio", teniendo en cuenta la mejora de expectativas de forma generalizada y a pesar de continuar con todas las incertidumbres económicas, "que seguirán afectando". "No hay que olvidar que las incertidumbres que rodean la economía son todavía elevadas", añaden.

Respecto a los datos de 2022, comentan que, pese a la incertidumbre económica vivida en el año, con la guerra de Ucrania, la inflación, las subidas de costes y de tipos de interés, "hemos conseguido acabar el ejercicio con un crecimiento del PIB de un 5,5%, similar al del ejercicio anterior, y superior a las estimaciones y expectativas, mostrando la resiliencia de nuestra economía y alejando el miedo sobre una recesión". En eToro creen que "la economía española presenta cierta capacidad de no caer en esa temida recesión", pero señalan que la incógnita ahora será cuál va a ser la fortaleza para aguantar 2023, un año "en el que ya se pueden observar con mayor fuerza esos incrementos de costes y la reducción del ahorro de las familias y, por tanto, la posibilidad de que todo eso acabe mermando el consumo, que sigue siendo el principal indicador que impulsa el crecimiento de España".

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