• Argumenta que no se puede atacar a las entidades que dan servicio a poblaciones pequeñas
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El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban.Europa Press

El proyecto de un nuevo impuesto a la banca para financiar el agujero de las pensiones se ha topado con el PNV, que solicita al Gobierno que deje fuera a las entidades medianas y pequeñas, según fuentes conocedoras de la situación. Argumenta que no se puede penalizar a las que dan un servicio en pequeñas poblaciones en sus territorios, aunque su objetivo es evitar que perjudique a Kutxabank. Para salirse con la suya, la tasa se impondría solo a partir de un determinado volumen de depósitos.

Un portavoz de la formación nacionalista asegura que no se ha fijado todavía posición y que no han entablado aún ningún diálogo con el Gobierno sobre este asunto, que califica de "globo sonda". No obstante, el nuevo tributo fue objeto de debate la semana pasada e incluso José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, Carlos Torres, CEO de BBVA, y Javier Alonso, subgobernador del Banco de España, criticaron duramente la propuesta.

Como es sabido, el PNV fue vital para el éxito de la moción de censura que llevó al poder a Pedro Sánchez. Por tanto, ahora su apoyo también será fundamental para sacar adelante el nuevo impuesto, que de momento solo cuenta con el respaldo explícito de Podemos. Ello implica que sus demandas deben ser tenidas en cuenta por el Gobierno. De ahí su importancia. Precisamente, este lunes Sánchez se reúne con el lehendakari Íñigo Urkullu.

Y esas peticiones pretenden que Kutxabank se salve del impuesto puesto que, de lo contrario, el partido teme que tenga que acometer un importante ajuste de plantilla -es de las entidades que menos empleo ha recortado-. Un ajuste que se daría también en el resto de bancos medianos herederos de antiguas cajas: Abanca, Liberbank, Unicaja e Ibercaja.

MÍNIMO EXENTO ELEVADO

El argumento del empleo es uno de los más importantes que está esgrimiendo el sector ante el Ejecutivo, según las fuentes consultadas. La tesis que hay detrás es que estas entidades son las únicas pegadas al territorio y que dan servicio a poblaciones pequeñas que no son rentables para los grandes bancos. Si les ponen un impuesto igual para todos, se verían obligada a cerrar muchas de estas sucursales con la consiguiente destrucción de empleo y exclusión financiera de estos núcleos.

¿Cómo se podría diseñar el impuesto para que los bancos medianos queden exentos? En principio, el plan del Gobierno es que el tributo se aplique como un porcentaje sobre el volumen de activos. Así que la demanda del PNV se traduciría en establecer un mínimo exento elevado que dejaría fuera a las entidades regionales y a Bankinter entre los bancos nacionales. Por tanto, se aplicaría solo a Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia y Sabadell.

SÁNCHEZ EMPIEZA A DAR MARCHA ATRÁS

El PNV ya se salió con la suya en el terreno financiero en 2014, cuando consiguió que el Gobierno de Mariano Rajoy introdujera una enmienda a la Ley de Cajas en la que dejaba exenta a Kutxabank de la obligación de vender el 51% de la entidad o dotar un fondo de reserva. El truco era considerar la participación de cada una de las tres cajas vascas fusionadas individualmente, en vez de como una sola participación conjunta, que es lo que se hizo en los demás casos.

La presión del sector y de sus aliados políticos ha provocado que Sánchez empiece a dar marcha atrás en sus planes. En una entrevista con 'El País', este domingo ya no lo dio por hecho sino que se limitó a decir que "nosotros tenemos la intención política" y que los Ministerios de Economía y Hacienda "están haciendo los números". "Vamos a ver" y "vamos a abrir el debate" fueron otras expresiones que abundaron en esa vaguedad.

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