• Los analistas alertan que la presidente de la Reserva Federal será cauta y no se comprometerá a más subidas
  • Expertos de Rabobank creen que 2017 se desarrollará como 205 y 2016 y Yellen echará un jarro de agua fría en los alcistas del dólar
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La exultante fortaleza exhibida por el dólar desde la victoria en las elecciones de EEUU de Donald Trump está en manos de la presidente de la Fed, Janet Yellen. El ‘billete verde’ se ha visto alimentado en gran parte por la perspectiva de que el presidente electo impulsará un paquete de estímulos fiscales que espolearán la economía del país y de que la Reserva Federal de EEUU (Fed) avanzará en la senda de las subidas de tipos y la normalización monetaria. Pero las previsiones de los analistas más atrevidos, que han llegado a apostar por hasta cuatro incrementos de las tasas en 2017 -una por trimestre-, se han ido atemperando hasta alcanzar cierto consenso en que el banco central sólo llevará a cabo dos aumentos más el año próximo.

El indicador FedWatch de CME Group muestra un 97% de posibilidades de que la Reserva Federal acabe con el dinero casi gratis este miércoles y establezca los tipos de interés en una horquilla situada entre el 0,50% y el 0,75%, con un repunte de un cuarto de punto. Sin embargo, el interés real de la cita está en la conferencia de prensa posterior de la presidente de la Fed, Janet Yellen, y en el tono que adopte, que será el próximo catalizador para el dólar. Por este motivo, las palabras de Yellen actuarán de guía para un mercado que ha puesto toda la carne en el asador en el lado largo de la moneda estadounidense y que bien podría ser testigo de cómo la presidente de la Fed aprieta el gatillo, sí, pero para matar a los alcistas del dólar.


Las apuestas alcistas (o largas) en la moneda estadounidense alcanzaron la pasada semana su nivel más alto desde agosto de 2015

Según el informe semanal de la Comisión del Comercio en Futuros sobre Mercancía de EEUU (CFTC por sus siglas en inglés), las apuestas alcistas (o largas) en la moneda estadounidense alcanzaron la pasada semana su nivel más alto desde agosto de 2015, en una clara muestra de que los operadores del mercado de las divisas esperan demasiado de la presidente de la Fed. Estos datos revelan algo más también: que la memoria del mercado de las divisas es casi tan volátil como lo ha sido su operativa en este 2016, ya que una vez más se repiten las circunstancias que han marcado el compás del dólar los dos últimos años, con los inversores dejándose llevar por el deseo de que llegue la tan ansiada y escurridiza normalización monetaria.

LA FED, EXPERTA EN HACERLE QUIEBROS AL MERCADO

La presidente de la Fed se ha mostrado muy hábil en el arte de llevarle la contraria a las perspectivas de los operadores desde su nombramiento en febrero de 2014. Bajo su mandato, el banco central de EEUU ha visto como el dólar ha fluctuado movido más por lo que los operadores esperaban de la Reserva Federal, que por sus propias actuaciones. De hecho, la misma Yellen reconoció en febrero de 2016, ante el comité del Senado, que la extensión de la fortaleza del dólar durante la segunda mitad de 2014, que persistió en los primeros meses de 2015, no había sido anticipada por el Comité de Operaciones de Mercado Abierto de la Fed (FOMC por sus siglas en inglés).

El rally del ‘billete verde’, desde el cambio de los 1,40 dólares contra el euro de mayo de 2014, hasta los máximos recientes de marzo de 2015 en los 1,0462 dólares, “se vio apuntalado por la perspectiva de que la Fed iniciaría una subida progresiva de los tipos en 2015”, recuerdan analistas de Rabobank. “Esta situación se exacerbó por las previsiones que se ofrecieron de que se activarían las divergencias entre las políticas monetarias entre la Fed y el resto de bancos centrales del mundo -en especial el Banco Central Europeo (BCE)”, añaden.

Mientras la autoridad monetaria de EEUU se embarcaba en la normalización de sus medidas, el resto de bancos centrales seguían en el camino de la flexibilización monetaria. O eso es lo que todos esperaban, pero de las subidas de tipos no hubo ni rastro: siguió el dinero gratis hasta diciembre de 2015, cuando el banco central decidió aumentar el precio del dinero por primera vez desde 2006 y acabar, así, con siete años sin movimientos -concretamente desde 2008, cuando las tasas quedaron congeladas entre el 0,25% y el 0%.

¿Les suena de algo? El 'déjà vu' no es sólo una sensación en este caso: el incremento de las tasas de hace un año debía ser el primero de una serie de cuatro subidas en 2016. De nuevo, hemos estado 364 días sin que la Fed dé el paso y se ha demostrado que aquel incremento fue un hecho aislado. Ahora, cuando vuelven a sonar cantos de sirena sobre que 2017 es el año cuando, de verdad, el banco central estadounidense se comprometerá a finalizar la era de la flexibilización y endurecerá, por fin, su política, muchos analistas alzan sus voces y llaman a la cautela.

El rally del ‘billete verde’, desde el cambio de los 1,40 dólares, hasta los máximos recientes de marzo de 2015 en los 1,0462 dólares, “se vio apuntalado por la perspectiva de que la Fed iniciaría una subida progresiva de los tipos


En este sentido, Boris Schlossberg, analista de BK Asset Management cree que hay buenas razones para mostrarse escépticos ante que el banco central inicie una agresiva subida de tipos en 2017 y señala que Janet Yellen bien podría seguir los pasos de Draghi y adoptar una “subida de tasas prudente”, de la misma manera que el banquero central europeo inició una “prudente retirada de los estímulos” e indicar “que la Fed podría quedarse a la espera después de la subida de tasas de este 14 de diciembre”. En este caso, el nivel de los 1,05 dólares seguiría aguantando y pospondría la tan vaticinada paridad entre el euro y el dólar.

Kathleen Brooks, analista de Forex.com, espera prudencia por parte de Yellen y que la banquera central no se comprometa a futuros aumentos de las tasas. No es la única: el consenso de mercado ya se ha retractado de su postura más agresiva y “sólo otorga ahora un 10% de posibilidades de que las tasas del 'billete verde' se sitúe entre el 1,5% y el 1,75% para finales del año que viene, lo que significaría una subida por cada trimestre”, explica la experta.

EL CONSENSO ESTÁ EN DOS SUBIDAS EN 2017

Llegados a este punto, los expertos consultados por Bolsamanía se sienten cómodos con la previsión de que en 2017 la Fed sólo aumentará el precio del dinero en dos ocasiones. “El crecimiento económico de EEUU ha rebotado en la segunda mitad de año, después del primer débil semestre de 2016. El mercado laboral sigue mejorando, los salarios van aumentando y los mercados financieros se mantienen en calma”, señalan analistas de Danske Bank. En 2018, estos analistas también creen que el banco central subirá la tasa de interés dos veces más, mientras el consenso del mercado habla de hasta tres incrementos.

Las previsiones de para el próximo año están en línea con lo que consideran apropiado muchos de los miembros del FOMC -nueve, por ahora, ya que dos sillas permanecen vacías hasta que Trump se siente en la Casa Blanca-, indica David Kohl, estratega de divisas de Julius Baer. “Hay buenas razones por las que la Reserva Federal podría querer esperar antes considerar un enfoque más agresivo. Por nombrar sólo una, todavía existe mucha incertidumbre en cómo se ejecutarán las medidas fiscales del nuevo presidente de los EEUU y faltan detalles acerca de la implementación de recortes de impuestos o programas de gastos”, indica el experto. La fortaleza del dólar se sustenta en la esperanza de que se acometa una normalización monetaria rápida, explica Kohl, para quien la misma apreciación de la moneda, junto al aumento de los rendimientos de los bonos y las tasas de hipotecas, también dan motivos a Yellen para que “ofrezca una evaluación cuidadosa del momento y adopte un enfoque prudente”.

En el más aguerrido de los escenarios, la presidente del banco central va a comprometerse a dos subidas en 2017, pero no va a ir más allá en ningún caso, opina Francois Rimeu, analista de La Française AM y da tres razones. En primer lugar, “la Fed dijo durante meses que el ritmo de subidas dependerá de los datos y creo que Yellen lo reiterará en su mensaje”, explica el analista. Se muestra de acuerdo con Kohl al opinar que “el plan de flexibilización republicano sigue siendo demasiado difuso como para darlo garantizado”. Por último, el experto de La Française AM piensa que “la Fed no quiere asustar al mercado, especialmente con el momentum que ya tenemos en el mercado de renta fija”.

“En caso de todo transcurra como se espera, la reacción del mercado debe ser positiva para la renta variable y los mercados emergentes y ligeramente negativa para el dólar y los tipos”, avanza Rimeu.

¿Y SI EN 2017 LA FED SÓLO ANUNCIA UNA SUBIDA?

De hecho, uno de los objetivos de Yellen puede ser precisamente el de sujetar el dólar, ya que la fortaleza de la divisa no es un plato del gusto de todos. Y menos de las empresas del país. Volviendo a los paralelismos con 2014, la aguda apreciación de la moneda estadounidense de hace más de dos años y medio resultó en numerosas quejas de las compañías de EEUU sobre el impacto en sus ganancias en los mercados internacionales, recuerdan expertos de Rabobank.

Sin ir más lejos, en enero de 2015, Apple informó que el “efecto divisa” podía representar una mordida de 2.000 millones de euros en sus resultados trimestrales. En abril de ese mismo año, Financial Times informaba de que el fulgurante dólar había barrido 20.000 millones de euros de las ventas de las principales compañías del país. Y aunque el mercado de las divisas no haya aprendido la lección, los miembros del FOMC, a quienes el rally de 2014 pilló con “el pie cambiado”, sí tienen muy claro que deben ser cautelosos con los riesgos asociados a una apreciación del dólar en 2017 que lo lleve al empate con el euro, o incluso a rebasar la paridad con la ‘moneda única’, como apuntan algunos estrategas en divisas.

La Fed tiene muy claro que debe ser cautelos con los riesgos asociados a una apreciación del dólar en 2017 que lo lleve al empate con el euro

“Este hecho podría tener una notable influencia en el tono que Yellen elige para su comparecencia ante los medios después de la decisión del FOMC”, aseguran desde Rabobank, y “es posible que la Fed considere necesario templar el espíritu de los alcistas en el dólar”, subrayan. En cualquier caso, “anticipamos que las presiones salariales contenidas en los EE.UU. contribuirán a que la Fed finalmente suba las tasas sólo una vez durante el transcurso del próximo año”, pronostican los expertos del banco holandés.

“En este escenario, 2017 podría desplegarse de manera similar a 2015 y la mayor parte de 2016, con el entusiasmo por las posiciones largas en el dólar perdiendo gas a medida que nos adentramos en el próximo año”. Por todos estos motivos, los expertos del banco de inversión van contracorriente en un mercado que se posiciona por la paridad entre las dos principales divisas del mundo y ofrecen la siguiente previsión para el euro/dólar en un rango temporal de tres meses: la moneda única se cambiará a 1,08 dólares a finales del primer trimestre de 2017.

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