• La debilidad económica se está convirtiendo en una plaga global
  • La ayuda de emergencia desde los bancos centrales puede no ser suficiente
  • Los bancos comerciales vuelven a ser fuente de incertidumbre, especialmente en Europa
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La economía mundial está en peligro. Eso es lo que piensan muchos inversores, que vigilan desde hace meses varias banderas rojas que han asomado por el mercado.

Han pasado ocho años desde la crisis financiera, pero la debilidad económica se está convirtiendo en una plaga global y, en estos momentos, la ayuda de emergencia desde los bancos centrales puede no ser suficiente, según señala un artículo de AP.

La corrección de las bolsas, la baja inflación y el fenómeno de los tipos de interés negativos se han mezclado con un parón económico en los mercados emergentes, lo que impulsa la idea de que la economía afronta problemas que no pueden ser resueltos por los bancos centrales.

Tenemos un crecimiento débil a nivel global, escasa inflación y mucha incertidumbre

Mientras tanto, los bancos comerciales vuelven a ser fuente de incertidumbre, especialmente en Europa. “Tenemos un crecimiento débil a nivel global, escasa inflación y mucha incertidumbre”, ha comentado David Lebovitz, estratega de JP Morgan Funds.

No obstante, parte de las caídas en las bolsas pueden ser una sobrerreacción por parte de los inversores y el desempleo es muy bajo en economías como las de Estados Unidos y Alemania (menor al 5%). Además, el FMI prevé que el crecimiento mundial se acelere hasta el 3,4% en 2016 desde el 3,1% en 2015. No obstante, la cifra está lejos del 5,1% registrado en 2007, antes de la crisis.

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En el mercado, comienza a instalarse la hipótesis de que el crecimiento será así de débil en el futuro

En el mercado, comienza a instalarse la hipótesis de que el crecimiento será así de débil en el futuro, y que la volatilidad de las bolsas es ahora lo normal en los mercados. Aunque el hecho de que la rentabilidad de la deuda pública de muchos países se haya situado en negativo alarma y desconcierta a muchos analistas. Sobre todo porque tipos de interés negativos no anticipan un crecimiento económico a nivel global.

“El mundo parece peor que hace seis meses. Las previsiones de crecimiento se han reducido y los riesgos han aumentado”, ha señalado Eric Lascelles, economista jefe de RBC Global Asset Management.

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LAS CINCO SEÑALES DE PELIGRO PARA LA ECONOMÍA GLOBAL

El desplome del petróleo ha afectado a las compañías energéticas a nivel global y a los productores de crudo de esquisto en Estados Unidos

China es la primera gran señal de peligro para la economía global. Su cambio de modelo productivo, de una economía centrada en las exportaciones y el gasto público a otra orientada por el consumo interno, ha provocado a su vez una brusca caída de las materias primas.

El desplome del petróleo ha afectado a las compañías energéticas a nivel global y a los productores de crudo de esquisto en Estados Unidos. Además, las compañías mineras también se han visto muy afectadas por la caída de otras materias primas.

Pero no solo hay menos crecimiento en China. Otras economías como las de Brasil, Rusia o Sudáfrica también tienen graves problemas, lo que ha provocado una gran salida de fondos a nivel global.

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Otro problema es el posible parón económica de Estados Unidos, que las bolsas ya están anticipando

Otro problema es el posible parón económica de Estados Unidos, que las bolsas ya están anticipando. Los débiles datos de manufacturas y el anémico crecimiento del cuarto trimestre (0,7%) han hecho saltar las alarmas. Además, la fortaleza del dólar afectará a los beneficios de muchas compañías exportadoras.

El cuarto problema para los inversores está en el sector bancario, que se enfrenta a un escenario de bajos tipos de interés que comprimirá aún más sus márgenes. Las miradas se centran en la banca europea y en la banca japonesa, que se enfrentan a un escenario de tipos de interés negativos, lo cual preocupa a los inversores.

Por último, el quinto problema para las bolsas es que los inversores empiezan a notar una cierta fatiga en los bancos centrales, como demuestra la decepción que causó el BCE a los mercados en su reunión de diciembre. Habrá que ver cuál es la reacción de las bolsas a las medidas que tiene previsto anunciar Mario Draghi a principios de marzo. Puede suponer una piedra de toque muy importante para el futuro de las bolsas europeas en 2016.

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