• Antes, en el segundo trimestre se redujo la diferencia entre los datos de desempleo de la Seguridad Social y de la EPA hasta mínimos desde el inicio de la crisis
  • El descenso de esta brecha es el reflejo de las caídas de forma paralela del paro y de la población activa, lo que supone un descenso de 18 personas cada hora

Las sombras que empañan la mejoría del empleo, que se desaceleró en julio, se han enquistado. El paro disminuyó en 26.887 personas con la campaña turística hasta los 3,3 millones de desempleados, la cifra más baja en ocho años. Mientras, se mantienen los altos niveles de temporalidad, de peso de los contratos a tiempo parcial y la caída de la población activa. Lo último contribuye a que se vaya cerrando la brecha entre el desempleo registrado en las oficinas del Servicio Público de Empleo (SEPE, antiguo INEM) y el estimado por la Encuesta de la Población Activa (EPA).

La diferencia -el paro estimado por la EPA supera en un 13% al registrado en el SEPE- retrocedió en el segundo trimestre hasta las 448.000 personas, tomando como referencia el promedio mensual entre abril y junio de los datos de la Seguridad Social y la EPA que publicó el Instituto Nacional de Estadística (INE) la semana pasada. Se trata de la cifra más baja desde el cuarto trimestre de 2008, cuando se evidenció el inicio de la destrucción de puestos de trabajo con en los albores de la crisis.

El pico de esta brecha fue de 1,24 millones en el tercer trimestre de 2013, con 6,3 millones de parados en la EPA y más de 5 millones en la Seguridad Social. De hecho, estuvo instalada por encima del millón de personas entre el segundo trimestre de 2012 y el segundo de 2014. Desde entonces, la tendencia continua ha sido de una reducción de esta divergencia que, antes de la crisis, era casi nula.

DIFERENTES CÁLCULOS

La divergencia se basa en el cálculo. El paro registrado contempla únicamente a las personas inscritas como demandantes de empleo en las oficinas del SEPE el último día hábil del mes. La EPA es una investigación de muestra dirigida a las viviendas familiares, en la que participan 63.000 hogares. Hay varias diferencias sobre cuándo considerar a una persona en desempleo, pero la más importante es que la estadística del INE incorpora a aquellas personas de 16 o más años que están sin trabajo y en búsqueda activa de empleo aunque no estén registradas en el antiguo INEM.

La principal razón que explica este comportamiento estadístico es, precisamente, el descenso generalizado del desempleo, que ayer desde el PP se volvió a calificar como “datos históricos”, en este caso por parte del coordinador general, Fernando Martínez-Maíllo, en línea con el tuit de la semana pasada en el que la formación comparó la EPA con Picasso, la llegada del hombre a la Luna o la caída del Muro de Berlín. Los secretarios de Estado de Empleo y de Seguridad Social, Juan Pablo Riesgo y Tomás Burgos respectivamente, calificaron también las cifras como de “récord”.

Lo cierto es que España rebajó en el segundo trimestre su tasa de paro al 17,22%, en línea con su media histórica si se utiliza la serie de datos del Fondo Monetario Internacional (FMI) desde 1980 a 2016. El desempleo estimado por la EPA se ha reducido en casi 2,4 millones desde el máximo alcanzado en el primer trimestre de 2013 de 6,3 millones, con un descenso del 38%. En este periodo, la caída del paro registrado es 1,6 millones o, en porcentaje, en un 31%.

“Parte de la caída de la brecha entre las dos variables se debe al descenso del desempleo, pero también se produce por la disminución de la población activa”, advierte María Carmen Barrera, secretaria de Políticas Sociales, Empleo y Seguridad Social de UGT. En efecto, el descenso más abrupto de los datos de paro que figuran en la EPA respecto a los demandantes de empleo que recopila la Seguridad Social tienen que ver también con una menor población activa. La cifra de ocupación actual, con la población activa de hace cinco años, implicaría una tasa de paro del 20%.

El número de personas en edad de trabajar que están ocupadas o en búsqueda activa de un empleo se ha reducido en 764.300 personas en los últimos cinco años. Ha pasado así desde el pico de 23,49 millones del tercer trimestre de 2012 a los 22,73 millones del segundo trimestre de 2017, que mostró el dato más bajo en un periodo entre abril y junio de la última década. La pérdida de activos asciende a una media de 40.226 menos en cada uno de los 19 últimos trimestres, una pérdida de 13.000 cada mes y 18 menos por hora.

El Gobierno destacó que en julio se generaron 151.998 contratos indefinidos a tiempo completo, lo que implica un total de 42 meses consecutivos de contratación indefinida

La evolución demográfica es una de las razones que está detrás de la caída de la población activa. El total de población pasó de 46,8 millones a 46,4 millones entre 2012 y 2016, según las estimaciones del INE. Esto se puede achacar al envejecimiento y, también, a los flujos migratorios. El número de personas con nacionalidad española residentes en el extranjero alcanzó los 2.406.611 el 1 de enero de 2017, un 4,4% más que el año anterior. El 63% de ellos está entre los 16 y los 64 años.

A lo anterior hay que sumar los ‘desanimados’, es decir, personas que tras un largo periodo en desempleo dejan de contar en la estadística por no ser ya demandantes activos de un puesto de trabajo. No en vano, el 40% de los 3,9 millones de parados que mostró la última EPA -un total de 1,6 millones-, lleva más de dos años en búsqueda activa, aunque estos todavía se contabilizan. “La recuperación del empleo no está llegando a todos los colectivos. Hay muchos que se están quedando fuera, especialmente mayores de 55 años y jóvenes, además de los que han emigrado”, recuerda Barrera.

RALENTIZACIÓN DEL CRECIMIENTO DEL EMPLEO

Volviendo a los datos de julio que publicó este miércoles el Ministerio que dirige Fátima Báñez, la mejoría de los datos que tradicionalmente ocurre en julio con la campaña turística se desaceleró en esta ocasión. El aumento desestacionalizado se estancó, con un crecimiento de 32.000 ocupados -56.222 más respecto a junio, sin tener en cuenta el calendario-. “El tercer trimestre arrancó con una mejora del mercado laboral menor que la esperada. La afiliación a la Seguridad Social perdió tracción en julio y el descenso del paro se moderó”, arguyen Juan Ramón García y Camilo Ulloa, economistas de BBVA Research. “El dato es positivo pero está alejado de los meses de julio en los que se superaban los 100.000 nuevos ocupados”, señalan en Asempleo.

Asimismo, continúa el mal endémico del mercado laboral español con la temporalidad. El Gobierno destacó que en julio se generaron 151.998 contratos indefinidos a tiempo completo, lo que implica un total de 42 meses consecutivos de contratación indefinida. Pero también es cierto que apenas representan el 8% de los casi 2 millones de contratos firmados durante el último mes. Ya en la última EPA, los empleos temporales alcanzaron los 4,2 millones, con una tasa de temporalidad del 26,8%.

También hay un volumen importante de contratos a tiempo parcial. Entre los firmados en julio, suponen el 34,14% de los temporales y casi el 40% de los indefinidos. En el ‘informe laboral’ del INE entre abril y junio, el porcentaje ascendió al 16,6% de los ocupados, con un récord de 2,6 millones de personas. El problema es que, según estas estadísticas, el 64% trabaja a tiempo parcial por no haber encontrado un empleo a tiempo completo. Y esto sí que es un aspecto negativo, otro más, de la recuperación del empleo.

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