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La economía de la zona euro es más resiliente a la guerra de Ucrania de lo que se esperaba. Comienzan a salir los primeros datos macroeconómicos en los que queda reflejado su impacto y, aunque la eurozona muestra un debilitamiento, no es tan pronunciado como se vaticinó en un principio. Eso sí, el panorama futuro sigue presentándose nublado, con el debilitamiento de las perspectivas, el aumento de la inflación y las nuevas interrupciones en el suministro como fondo.

El índice PMI de la zona euro cayó levemente en marzo, siendo la primera vez que esta encuesta tiene en cuenta la guerra de Ucrania. Esto "apunta a una mayor resistencia de la producción de lo esperado. Sin embargo, nuevas interrupciones en el suministro, la caída de la demanda extranjera, el debilitamiento sustancial de las expectativas y el aumento de la inflación empañan las perspectivas", señalan desde Barclays.

En concreto, el PMI compuesto descendió 0,9 puntos, hasta 54,5, sorprendiendo al alza en relación con el consenso (53,8) y su previsión (51,7). Tanto los servicios (54,8) como la producción manufacturera (53,6) cayeron, pero el sector industrial fue el más afectado. Por países, la periferia lideró las caídas, seguida de Alemania, mientras que el PMI francés subió gracias al dinamismo de los servicios. "Pero la sorpresa positiva al alza de los índices principales oculta una serie de desarrollos negativos en los subcomponentes".

"Los índices PMI principales sugieren más resiliencia de lo que esperábamos, pero los detalles de las publicaciones son bastante negativos, lo que confirma la evidencia de otros datos de encuestas de que la guerra está teniendo un fuerte efecto negativo en la confianza y un impacto sustancial en el comercio mundial", añaden, destacando que una pequeña caída en la producción estuvo acompañada de nuevas interrupciones en el suministro, lo que hundió la demanda externa y debilitó las expectativas.

"A pesar de la crisis más grave de la Europa de la posguerra, el ánimo de la economía de la eurozona se mantiene sorprendentemente alto. Mientras muchos esperaban un desplome drástico, el descenso es muy moderado", declaran en DWS.

Como detalla Barclays, la guerra de Ucrania afectó a la producción, pero todavía no en gran medida. Los servicios fueron especialmente resistentes y se mantuvieron en niveles históricamente elevados, mientras que también se podría haber esperado que la manufactura cayera más dada la magnitud de la nueva disrupción. Por su parte, la demanda externa se desplomó más que en cualquier momento desde el primer semestre de 2020, cayendo hasta territorio de contracción (49,5). La débil demanda exterior arrastró también a la baja el componente de nuevos pedidos.

Además, los cuellos de botella de la cadena de suministro se intensificaron significativamente, ​​con los tiempos de entrega empeorando, y los precios de insumos y productos aumentaron tanto en la manufactura como en los servicios. Finalmente, las expectativas de las empresas para el futuro empeoraron drásticamente ya que la producción futura se redujo en casi 15 puntos en la manufactura y casi 10 puntos en los servicios. De su lado, el empleo cayó en manufactura pero subió en servicios.

"En el sector manufacturero, el deterioro sustancial de la demanda externa, los nuevos cuellos de botella y el debilitamiento de las expectativas no presagian nada bueno para la producción en los próximos meses. De manera similar, en los servicios, una gran caída en la confianza del consumidor de marzo a casi el mínimo pandémico sugiere que la producción podría verse afectada, confirmada también por una gran disminución mensual en el negocio esperado", dicen.

Pronostican que el crecimiento de la zona euro se desacelerará al 0,1% intertrimestral en el primer trimestre y se quedará en el 2,4 % interanual en 2022. En cuanto a la inflación, aseguran que el pico de los precios está aún por venir y prevén que se mantendrá en el 5% o por encima durante 2022, con un promedio del 6,2% interanual.

LA ECONOMÍA PARECE RESISTIR... HASTA AHORA

"Es probable que las fuertes presiones inflacionarias evidentes en las últimas encuestas aumenten aún más", apuntan desde EY ITEM Club. "Los precios más altos de las materias primas, la interrupción de las cadenas de suministro y el aumento de la incertidumbre significan que el impacto en el crecimiento es casi seguro", afirman en relación a los datos del PMI de marzo

Consideran que la zona euro se ha enfrentado a dos vientos en contra en el tercer mes del año. Uno fue el desvanecimiento del impulso a la actividad de los servicios por el hundimiento provocado por la variante Ómicron. El segundo está relacionado con el impacto en el sentimiento empresarial como resultado de la guerra en Ucrania y las consecuencias económicas. Aunque "la economía parece haber resistido bien estas presiones, hasta ahora".

"Dada la importancia de Rusia y Ucrania como fuentes de materias primas y algunos componentes de fabricación, han surgido nuevas interrupciones en la cadena de suministro. La energía y los productos básicos más caros reducirán los márgenes de beneficio de las empresas y reducirán el poder adquisitivo de los consumidores. También se sumarán a las presiones inflacionarias ya muy evidentes en las encuestas del PMI de marzo, donde precios alcanzaron o se acercaron a máximos históricos". "Una desaceleración en el crecimiento es un riesgo creciente", avisan.

La economía europea está navegando de una crisis a otra "con un enorme viento de cola". Hasta ahora, el repunte debido a la alta demanda reprimida tras la pandemia mundial está compensando con creces las dificultades que están surgiendo. "Sin embargo, con la guerra entre dos países responsables de partes muy importantes del suministro mundial de materias primas, no es nada seguro que esto continúe. Las cadenas de suministro mundiales vuelven a estar bajo presión", concluye DWS.

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