• Holanda, Austria y Dinamarca defienden que una UE más pequeña debe suponer unos presupuestos más reducidos
  • Berlín defiende un reparto más justo de la carga financiera entre las potencias del bloque
  • Francia considera un "riesgo sin precedentes" los recortes en agricultura propuestos
jean claude juncker europ comission
Jean-Claude Juncker, Presidente de la Comisión Europea

Las negociaciones serán complicadas. Tras el anuncio de los nuevos presupuestos para el periodo 2021-2027 de la Unión Europea (UE) este miércoles, varios han sido los Estados miembros que han mostrado su descontento y contrariedad sobre la propuesta de gasto de la Comisión Europea (CE) una vez Reino Unido haya hecho efectiva su salida. Concretamente, el organismo presentó un gasto del 1,11% del Producto Interior Bruto (PIB) combinado del bloque, frente al 1% de entre 2014 y 2020.

París tomó la delantera. El Ministerio de Agricultura francés apuntó directamente a uno de los principales recortes de Bruselas, la reducción del 5% del programa agrícola común, señalando que "un corte tan dramático, masivo y arbitrario es simplemente inimaginable" a través de un comunicado posterior al anuncio. "Francia no aceptará ningún recorte en la renta directa de sus agricultores", añadió el ministerio, en un "riesgo sin precedentes" para un sector altamente subsidiado y tradicionalmente defendido por el poder político del país en las negociaciones comunes.

Otro de los principales puntos de desacuerdo es el volumen de gasto. El primer ministro holandés, Mark Rutte, rechazó la propuesta de la Comisión Europea para elevar la factura de la Unión Europea, y contradecir su visión de un bloque europeo más pequeño tras la marcha de Reino Unido, al que debe seguir "un también menor presupuesto". Los Países Bajos son uno de los mayores contribuyentes de los planes comunes, entregando siempre más de lo que ingresan, una realidad a la que Rutte se ha opuesto desde su llegada al poder.

Dinamarca y Austria también se sumaron a las protestas. El primer ministro danés, Lars Lokke Rasmussen, se apoyó en su cuenta de Twitter para refrendar las quejas de su colega holandés. "Una UE más pequeña debe significar un menor presupuesto", la Comisión Europea "no puede pedir a los contribuyentes que paguen el Brexit", escribió. Por su parte, el canciller austriaco, Sebastian Kurz, se unió a este mensaje alegando que la propuesta "está lejos de ser una solución aceptable" y auguró "duras negociaciones" en el futuro. Sin embargo, el mandatario austriaco mostró su apoyo a un mayor nivel de inversión en defensa de la UE, una medida que catalogó como "positiva".

Alemania tampoco celebró la propuesta. A través de un comunicado conjunto, los ministros de Exteriores y Economía, Heiko Mass y Olaf Scholz, advirtieron de que la propuesta "aumentará considerablemente" la carga financiera del país. En concreto, 10.000 millones de euros más. "Estamos dispuestos a cumplir con nuestras responsabilidades para fortalecer la UE, pero ello requiere un reparto justo de la carga entre los Estados miembros", rezaba el escrito de ambos ministros.

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