• Se espera que Draghi prepare a los inversores para la reunión clave de septiembre, pero que lo haga con moderación
  • La mayoría de expertos cree que el BCE detallará la 'hoja de ruta' para comenzar con el tapering el 7 de septiembre
Mario Draghi
Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE).

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, se enfrenta este jueves a una dura tarea. Deberá 'nadar entre dos aguas', defendiendo los estímulos del banco central pero, al mismo tiempo, apuntando hacia la normalización monetaria. En teoría eso es lo que ha venido haciendo en los últimos tiempos y eso es lo que esperan de él los inversores: que vaya preparando el camino para 'detallar' el comienzo del tapering (disminución gradual de los estímulos) en la reunión de septiembre, pero que lo haga sin poner nerviosos a los mercados. Para ello, Draghi tendrá que contener el entusiasmo que mostró en su discurso en el simposio de bancos centrales celebrado a finales de junio en Sintra (Portugal), cuando sus palabras catapultaron al euro y pusieron en alerta a las bolsas.

Draghi se ha mostrado siempre considerablemente 'libre' en sus palabras. Esto quiere decir que, cuando todo el mundo espera prudencia este jueves, no es descartable que ocurra todo lo contrario y se desmarque replicando las palabras de Sintra

Desde esa comparecencia en Portugal, el BCE ha tratado de calmar los ánimos. "Necesitamos paciencia y persistencia, porque la convergencia de la inflación necesita más tiempo para mostrar datos convincentes", dijo el economista jefe del BCE, Peter Praet, en un discurso pronunciado el 6 de julio en París. En la misma comparecencia explicó que la recuperación en la zona euro "parece haber cobrado mayor impulso".

El crecimiento económico de la zona euro, mostrado a través de los datos y de los indicadores de sentimiento, apunta a una recuperación que los expertos califican como sólida. Sin embargo, la inflación continúa lejos del objetivo del BCE de situarse cerca pero por debajo del objetivo del 2%. La inflación de junio cayó ligeramente, hasta el 1,3% desde el 1,4% en mayo, con la inflación subyacente registrando un ligero aumento de 0,2 puntos porcentuales, hasta el 1,1%.

"El BCE continuará enfrentándose a pequeñas presiones inflacionarias domésticas", señala Carsten Brzeski, economista jefe para Alemania y Austria de ING-DiBa, en una nota. "En todo caso, la caída de los precios del petróleo, la recuperación de los rendimientos de los bonos y el fortalecimiento del euro han deteriorado aún más las perspectivas inflacionarias del BCE", añade.

ARREGLAR EL "DESAGUISADO"

"Será interesante observar cómo el presidente del BCE intenta 'arreglar' el desaguisado", apuntan los analistas de Link Securities en referencia a las palabras de éste en Sintra. Para muchos, su discurso mostró un "abrumador optimismo" sobre la situación económica de la zona euro, con expresiones del tipo "cambio considerable" en la escena política; "la nube de incertidumbre" ha dado paso a un momento de "confianza" o "los vientos políticos se están convirtiendo en vientos de cola".

Con todo, Draghi se ha mostrado siempre considerablemente 'libre' en sus palabras. Esto quiere decir que, cuando todo el mundo espera prudencia este jueves, no es descartable que ocurra todo lo contrario y se desmarque replicando las palabras de Sintra. El italiano es 'una caja de sorpresas' y, de hecho, podría dar la próxima en Jackson Hole a finales de agosto (entre el 24 y 26 del próximo mes). Tras tres años sin acudir a esta reunión de banqueros centrales en Wyoming, Draghi ha anunciado que asistirá este año. Resulta interesante este hecho porque en 2014 aprovechó su intervención para señalar que había que hacer más para impulsar la economía de la zona euro. Unos meses más tarde, el BCE comunicó sus medidas de estímulo. En esta ocasión, se especula con que pudiera ocurrir algo similar pero al contrario: es decir, que el banquero central ahonde en la fortaleza económica de la zona euro para preparar la reunión del 7 de septiembre.

"Nuestro escenario base es que el BCE anunciará una salida 'lenta y extendida en el tiempo' de su QE (quantitative easing o programa de compra de activos) en septiembre. Una salida lenta es consistente con los comentarios de Sintra de Draghi, la señal de nuestra Regla de Taylor y las perspectivas para la inflación subyacente", señalan los expertos de Deutsche Bank.

Julien-Pierre Nouen, economista jefe de Lazard Frères Gestion, se suma a esta opinión generalizada que apunta que será en ese encuentro cuando el BCE presentará la 'hoja de ruta' (aunque tal vez no excesivamente detallada) del tapering y que, en la primera parte de 2018, se reducirán gradualmente las compras de activos. "Creemos que el organismo seguirá el ejemplo de la Fed: en primer lugar, reducirá gradualmente sus compras, probablemente en el primer semestre de 2018. En segundo lugar, empezará a aumentar los tipos de interés, siempre y cuando la inflación se mueva hacia el objetivo del 2%. Finalmente, después de varias subidas de tipos, comenzará a reducir el tamaño de su balance".

En diciembre del año pasado, el BCE redujo el volumen mensual destinado a la compra de deuda desde 80.000 millones de euros a 60.000 millones y extendió el programa hasta diciembre de este año. Esta reducción del volumen comenzó a hacerse efectiva en abril de este año. Hay analistas que van más allá y esperan para esta reunión una nueva modificación en el contenido del comunicado del BCE relacionada con esta cantidad. En su opinión, igual que en el último encuentro el banco central retiró de su comunicado la referencia a la posibilidad de seguir bajando los tipos de interés, en éste podría eliminar la referencia que señala la posibilidad de que, de ser necesario, incremente el importe mensual de compra de activos. "De cumplirse esta hipótesis, algo que dudamos, los mercados financieros volverían a sufrir nuevas tensiones", advierten desde Link Securities.

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