La desigualdad económica, es decir, la distribución diferente entre la población de los ingresos y la riqueza, está "indiscutiblemente más extendida ahora que en cualquier momento desde la Revolución Industrial" y está aumentando en todo el mundo pese a que la pobreza extrema sí que ha disminuido en los últimos años, según un informe elaborado por Allianz Global Investors.

La plataforma de inversión considera que, entre los principales problemas que la desigualdad económica puede provocar, además del coste humano, es que reduce el crecimiento económico y desestabiliza los sistemas sociales, lo que puede impactar en los gastos de los gobiernos y las fuentes de ingresos.

Pero el causante de esta desproporción no es solo uno, aunque quizá todo empieza por la globalización, que en los últimos años ha dado lugar a una fabricación de los productos a nivel mundial, lo que ha permitido que los bienes sean producidos en centros de bajo coste, aumentando que los bienes de consumo sean cada vez más asequibles, incluidos bienes de alta tecnología, explica Allianz GI.

Esto, unido a la inclusión de la robótica, la automatización y la inteligencia artificial en los procesos de fabricación ha reducido las oportunidades de trabajo tradicionales que aglutinan a grandes segmentos de la población, lo que a su vez ha generado que la desigualdad de ingresos y riqueza se empeore. Un fenómeno que ha creado, además, una creciente brecha de oportunidades, especialmente para la próxima generación y que también amenazará los empleos convencionales en el futuro.

La gran cantidad de personas que no invierten en los mercados financieros se han ido quedando cada vez más atrás

Los mercados financieros también tiene su parte de responsabilidad puesto que ha ayudado a que aquellos que ya tienen riqueza a aumentarla. "Los que pudieron invertir en los mercados financieros desde la década de 1980 lo han hecho extremadamente bien, particularmente en los últimos 10 años, gracias a la política monetaria acomodaticia de los bancos centrales que ha empujado el precio de los activos en todos los ámbitos. Por el contrario, la gran cantidad de personas que no invierten se han ido quedando cada vez más atrás", considera la gestora.

CONSECUENCIAS PARA LOS PAÍSES

El estudio también refleja que en los países emergentes, donde la mayoría de los salarios son bajos, la desigualdad de la riqueza es el mayor quebradero de cabeza para los gobiernos. No hay suficientes personas que sean dueñas de sus hogares o que tengan suficientes ahorros o pensiones.

En los países desarrollados, las personas que soportan la mayor carga tributaria está descendiendo, lo que ocasiona que cada vez se esté estirando más la red de la seguridad social. Además, la proporción de población que no puede ahorrar de cara a la jubilación es cada vez mayor.

CÓMO REPARAR ESTA DESIGUALDAD

La proporción de población que no puede ahorrar de cara a la jubilación es cada vez mayor

La solución a este problema global no depende únicamente del gobierno de turno, sino que todas las partes de la sociedad pueden desempeñar un papel importante a la hora de atajarlo.

Para elevar el nivel de ahorro personal e inversión, Allianz GI considera que los gobiernos deberían ampliar las políticas de educación sobre los mercados financieros y fomentar la inversión. Por su parte, la industria financiera puede mejorar la inclusión promoviendo un mayor acceso a servicios financieros de una manera sostenible y responsable. "La educación financiera debe ser mejorada para permitir que una porción más grande de la población, especialmente las generaciones más jóvenes, para elevar su posición económica".

Además, la regulación y la reforma fiscal deben ser más justas y menos politizadas, y los bancos centrales deben poder concentrarse en los intereses a largo plazo de sus economías, libres de consideraciones políticas a corto plazo. Las políticas fiscales más progresivas pueden redistribuir la riqueza de manera útil.

Los gobiernos deben mejorar la red de Seguridad Social, utilizando nuevas tecnologías para hacerlo más eficiente, menos propenso al abuso y mejor en la recaudación de ingresos.

En cuanto a las empresas, deben poner atención en la capacitación, inversión y apoyo de las fuerzas de trabajo, y los equipos de gestión deben moverse en un enfoque más cooperativo hacia la retención de empleados. Mejorar la remuneración ofrece una mejor productividad.

Los inversores pueden presionar a los equipos de administración de las compañías para que centren sus medidas en factores particularmente relacionados con el pago de sus ejecutivos, que puede ayudar a reducir esta desigualdad.

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