• El Banco Nacional de Suiza no cree que las criptodivisas pongan en riesgo la efectividad de las políticas monetarias
  • El BCE sí cree ahora que la UE debe implementar un conjunto de normas para las monedas virtuales
  • La FCA avisa que los inversores deben estar preparados para "perder todo su dinero"
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Ewald Nowotny

Los bancos centrales, gobiernos y supervisores de los mercados financieros cuentan, desde esta semana, con 500.000 millones de razones para multiplicar su vigilancia sobre las criptodivisas. La capitalización del mercado de las monedas digitales ha alcanzado la histórica marca del medio billón de dólares, la barrera que los expertos habían ubicado como la línea roja para que las autoridades monetarias empezaran a mostrar su interés en este emergente mercado.

Y lo hacen para lo bueno y para lo malo. A medida que el valor de los más de 1.300 tokens digitales se ha apreciado este año hasta el estratosférico 2700% que acumulan desde el mes de enero, se han sucedido los avisos por parte de las autoridades sobre los riesgos de estas inversiones.

El más reciente el de Andrew Bailey, CEO de la Financial Conduct Authority (FCA) británica. En una entrevista a la 'BBC' ha avisado que los inversores en bitcoins deben estar preparados para “perder todo su dinero”. La falta de respaldo de los gobiernos y los bancos centrales a la moneda digital más popular del mundo evidencia que “poner dinero en el bitcoin no es una inversión segura”. También ha comparado la compra de la reina de las criptomonedas al juego porque tiene “el mismo nivel de riesgo”.

Pero, por otra parte, según Tom Lee, jefe de investigaciones de Fundstrat Global Advisors, el interés inversor de las autoridades monetarias en estos activos se espoleará a partir de la marca de los 500.000 millones de dólares. En una nota para clientes, aseguraba que las máximas autoridades monetarias “ya han valorado esta posibilidad”. Un giro de los acontecimientos que puede “cambiar las reglas del juego, que dotará de mayor legitimidad a las criptodivisas y acelerará el proceso de reemplazo entre los inversores del oro por las monedas de cifrado”, avisaba Lee.

El BCE sí cree ahora que la UE debe implementar un conjunto de normas para las criptodivisas que incluyan el control del blanqueo de capitales

Matthew Spoke no es optimista en este sentido. El CEO de AION opina que los Gobiernos deben responder a la triple cuestión de “cómo regular y controlar estos activos, cómo usarlos y cómo combinarlos con los bancos centrales tradicionales”. Argumenta que actualmente hay un miedo subyacente ante una riqueza que está directamente “en manos de la gente” y que se halla “fuera de los canales habituales por dónde circula el dinero”. Por lo tanto, la reacción visceral es la prohibición.

El inversor Mohamed El-Erian también echa un jarro de agua fría a las expectativas de los inversores en bitcoins, que esperan una adopción generalizada, “pero quienes piensan que las instituciones y los bancos centrales comenzarán a aceptarlos podrían estar equivocados”, apunta el consejero económico jefe de Allianz.

MÁS DISPUESTOS A REGULAR QUE A ACEPTAR

Hasta la fecha, los comentarios de los guardianes del dinero han ido de la tibieza el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, quien ha dicho que no se puede regular este mercado, a la contundencia del Banco Popular de China, que ha prohibido directamente las criptomonedas.

En un término medio, la Reserva Federal (Fed) ha advertido del peligro para la estabilidad financiera de las monedas virtuales o el banco central ruso también ha reflejado su incomodidad con las criptodivisas. Sin embargo, todos coinciden en el mismo camino a seguir, que no es otro que la creación de normas que controlen la inversión en estos activos, al menos para evitar el blanqueo de capitales.

Así se ha pronunciado el miembro del BCE Ewald Nowotny esta semana, tras el último cónclave del año del supervisor. El momento no es casual porque ha coincidido con el salto en la capitalización de las monedas de cifrado. Así, ha corregido la anterior declaración de Draghi al asegurar que el regulador europeo está contemplando un conjunto de medidas que vayan encaminadas a sujetar el lavado de dinero y la creación de una burbuja financiera. Según ha dicho, competiría a la Comisión Europea proponer una reglamentación que casara con la existente en la Unión Europea (UE) sobre lavado de dinero y pagos instantáneos.

A juicio del banco central, el tamaño de este mercado es aún pequeño y su entrada en el mercado de futuros, donde ha debutado esta semana, “no dice nada sobre su valor intrínseco”. “También hay contratos futuros de mitades de panza de cerdo”, ha ironizado Nowotny, advirtiendo que el bitcoin es un producto “para especuladores, pero no es una moneda”.

La bitcoinmanía también se ha colado en la conferencia de prensa del Banco Nacional de Suiza, ofrecida tras su reunión de diciembre. Su presidente, Thomas Jordan ha descartado que las criptomonedas entrañen peligro alguno para la política monetaria “hoy o en el futuro”.

Por supuesto, también hay riesgos de valoración, porque puede haber grandes ganancias o pérdidas", ha dicho Jordan. Pero ha indicado que "es más una cuestión de proteger al inversor que un tema de política monetaria". Al igual que su homólogo europeo, ha relativizado el volumen de este mercado, que “todavía es relativamente pequeño”, por lo que no vemos ningún riesgo de estabilidad financiera”, ha añadido.

Estas declaraciones son sólo el síntoma de que algo se cuece en las cocinas de los creadores de política monetaria mundiales. Y llegará en forma de cisne negro para este mercado en 2018, apuntan los expertos.

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