jeremy corbyn

El principal partido de la oposición del Reino Unido, los laboristas liderados por Jeremy Corbyn, propuso este lunes en el Parlamento británico una enmienda destinadas a evitar un Brexit sin acuerdo y que incluye, entre las soluciones al atolladero en el que se encuentra el proceso, un "voto público sobre un acuerdo".

Aunque resulta muy improbable que la enmienda sea aprobada, se trata de un gesto de gran importancia al ser la primera ocasión en la que el líder laborista se muestra, al menos, abierto a la posibilidad de celebrar una nueva votación sobre la salida del país de la Unión Europea.

La enmienda será votada el próximo 29 de enero junto al conocido como Plan B de la primera ministra Theresa May, al que se dan muy pocas opciones de ser aprobado y que consiste básicamente en continuar negociando con Bruselas para tratar de salvar un acuerdo que fue abrumadoramente rechazado la pasada semana en el Parlamento de Westminster.

Tras la ajustada derrota de la moción de censura lanzada por Corbyn un día después de esta votación, quedó claro que cualquier propuesta del líder laborista lo tendrá complicado para ser aprobada y nada hace pensar que esta será una excepción. Sin embargo, el cambio de postura de Corbyn frente a un segundo referéndum podría abrir la puerta a que otras propuestas similares puedan pasar gracias al apoyo de su partido.

"Este es un paso enorme y muestra el compromiso de la dirección del partido laborista para frenar lo que sería un desastroso Brexit sin acuerdo", defiende, en declaraciones recogidas por Bloomberg, Mike Buckley, directos de la organización laborista pro europea Labour for a People’s Vote. "Aún se necesita claridad sobe la posición del partido laborista sobre un segundo referéndum y sobre si, como quieren los afiliados, defenderemos con fuerza nuestra continuidad en la Unión Europea".

OBSTÁCULOS Y ALTERNATIVAS

Los principales obstáculos para la celebración de un segundo referéndum siguen siendo la ausencia de una mayoría clara, la falta aparente de plazo - según el Gobierno se requeriría hasta un año para organizarlo - y la preocupación entre los diputados de que la decisión les haga perder apoyo en las numerosas circunscripciones electorales inglesas donde se impuso el "Sí" a la salida de la salida de la Unión Europea en el referéndum de julio de 2016.

May ha rechazado públicamente esta opción que, en su opinión, "dañaría la cohesión social al hacer que los votantes pierdan la fe en la democracia".

La enmienda se enmarca en la paulatina toma de control sobre el proceso que está llevando a cabo el Parlamento británico y que alcanzará su culmen con la previsible nueva derrota de la primera ministra el próximo martes, que la dejará en una posición aún más delicada y sin apenas crédito político con el que continuar pilotando la salida del país de la UE.

Entre las opciones más probables, además de la celebración de un segundo referéndum, se maneja la posibilidad de que se produzca un Brexit en términos mucho más suaves que los negociados inicialmente con Bruselas, como el mantenimiento del Reino Unido en la unión aduanera europea, o un Brexit sin acuerdo, que tendría unas consecuencias económicas muy negativas tanto para el Reino Unido como para el resto de la Unión Europea.

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