fisher investments europe analyse les actions a dividende eleve pour un investissement a long terme reussi 20221114074014

Los datos del índice PMI de noviembre aportan algunas novedades tentativamente positivas para la zona euro, con la contracción económica moderándose y las presiones de los precios atenuándose. Sin embargo, la actividad empresarial cayó por quinto mes consecutivo, lo que aumenta las posibilidades de que la economía de la eurozona caiga en territorio de recesión.

Pese a que el ritmo de declive siguió siendo el segundo más agudo desde 2013, sin contar los meses de confinamiento, la intensidad de la desaceleración se ha moderado en respuesta a una menor tasa de pérdida de nuevos pedidos, menos problemas de suministro y un aumento de la confianza empresarial respecto a los próximos doce meses.

De todos modos, los datos del PMI para el cuarto trimestre del año hasta ahora ubican a la economía de la zona euro en vías de registrar su contracción trimestral más profunda desde finales de 2012, con excepción de los meses de confinamiento por la pandemia.

Según la estimación preliminar, el índice PMI compuesto de la actividad total de la zona euro, elaborado por S&P Global y ajustado estacionalmente, aumentó de 47,3 registrado en octubre a 47,8 en noviembre, situándose por debajo del nivel de ausencia de cambios de 50, que indica niveles decrecientes de actividad empresarial, por quinto mes consecutivo.

SECTOR MANUFACTURERO Y SERVICIOS

El sector manufacturero siguió encabezando la desaceleración y la producción industrial cayó por sexto mes consecutivo. Aunque la tasa de declive de la producción se ha atenuado, esta última caída igualmente fue la segunda más intensa registrada en la última década (si no se toma en cuenta el punto álgido de la pandemia). La actividad del sector servicios también se redujo, al caer por cuarto mes consecutivo y contraerse al mismo ritmo que en octubre. No obstante, no se había observado un ritmo tan intenso de declive (fuera del periodo de confinamientos por la pandemia) desde junio de 2013.

El análisis sectorial revela que el escaso crecimiento estuvo confinado a las firmas de servicios industriales, de software, de medios de comunicación y a las de productos farmacéuticos y de biotecnología. La caída más pronunciada se produjo en la industria de productos químicos y plásticos, mientras que además se registraron declives notablemente intensos en los recursos básicos (vinculados en parte a los altos costes de las energías). También se siguieron observando disminuciones especialmente marcadas en el sector inmobiliario, de automoción, de transporte, y de turismo y ocio.

Por otra parte, los nuevos pedidos de productos y servicios cayeron por quinto mes consecutivo, señalando una nueva y marcada disminución de la demanda. Pese a que la tasa de pérdida de pedidos se atenuó con respecto a la de octubre, la caída del volumen de pedidos fue la segunda más importante de los dos últimos años. Mientras que los nuevos pedidos cayeron a una tasa menor en el sector manufacturero, la tasa de pérdida se intensificó ligeramente en el sector servicios.

La caída de los nuevos pedidos hizo que las empresas nuevamente dependieran de los pedidos pendientes en cartera para contribuir a mantener los niveles de actividad empresarial, lo que llevó a que los pedidos por realizar cayeran por quinto mes consecutivo y al ritmo más intenso de los dos últimos años. Nuevamente se registró una caída especialmente notable en el sector manufacturero, aunque los trabajos pendientes también demostraron un renovado declive en el sector servicios.

La situación de creciente deterioro de las carteras de pedidos llevó a que las firmas se mostraran cada vez más reacias a expandir las plantillas, por lo que el empleo aumentó al ritmo mensual más deslucido desde marzo de 2021. La ralentización de la contratación fue encabezada por el sector servicios, pero el crecimiento de las plantillas industriales también se mantuvo moderado.

Una de las consecuencias positivas de la reducción de la demanda fue una intensa disminución de los retrasos en las cadenas de suministro, puesto que la actividad de compra volvió a caer con gran intensidad. Los plazos medios de entrega de los proveedores que enfrentan las fábricas de la zona euro se alargaron en la menor proporción registrada desde agosto de 2020.

Además de facilitar un aumento de la producción en algunos casos, la mejora de la situación en cuanto al suministro, combinada con una menor demanda, siguió reduciendo la presión de los precios. En consecuencia, los precios medios pagados por los fabricantes aumentaron a un ritmo marcadamente reducido e indicaron la menor alza mensual desde diciembre de 2020. La inflación de los costes de los insumos del sector servicios también se moderó, cayendo a su segundo nivel más bajo de los últimos nueve meses. La inflación de los costes de los insumos medida en ambos sectores en su conjunto se atenuó hasta su mínima desde septiembre de 2021, pese a que, a juzgar por los niveles históricos, permaneció elevada, principalmente debido a los altos costes energéticos.

Los precios medios cobrados por los productos y servicios también aumentaron a un ritmo reducido, a pesar de que igualmente siguieron incrementándose con intensidad, por lo que la tasa de inflación se redujo por segundo mes consecutivo hasta registrar el aumento más bajo desde agosto pasado. Las tasas de inflación de los precios de venta se atenuaron tanto en el sector manufacturero como en el sector servicios, aunque la caída registrada en el sector industrial cayó notablemente, hasta su nivel más bajo en los últimos 20 meses.

Las expectativas empresariales para los próximos doce meses se mantuvieron moderadas, mejorando ligeramente por segundo mes consecutivo, pero de todos modos siguieron situándose en el tercer nivel más bajo desde los confinamientos del comienzo de la pandemia. La confianza siguió siendo afectada por la preocupación por las perspectivas del crecimiento, el creciente coste de vida y la crisis energética, relacionada a su vez con la guerra en Ucrania, además del aumento de los tipos de interés.

No obstante, el pesimismo respecto a los próximos doce meses se ha atenuado considerablemente en el sector manufacturero en comparación con los niveles históricamente sombríos observados en septiembre y octubre, debido a la esperanza de menos limitaciones relacionadas con las energías y una mejora en las cadenas de suministro de componentes, mientras que el optimismo mejoró ligeramente en el sector servicios, lo que por ahora sugiere que el grado de preocupación sobre las perspectivas en su conjunto ha empezado a disminuir.

ALEMANIA SIGUE REGISTRANDO LA DESACELERACIÓN MÁS MARCADA

En el análisis por países, un panorama menos sombrío en Alemania contrastó con una perspectiva menos positiva, aunque de todos modos optimista, para los próximos doce meses en Francia. Mientras tanto, se observó un mayor optimismo en el resto de la región.

Dentro de la zona euro, Alemania de nuevo indicó la desaceleración más marcada. Su índice PMI Compuesto se situó en 46,4, registrando la quinta caída mensual consecutiva de la actividad total. Pese a que el último declive fue el más débil desde agosto, de todos modos fue el tercero más intenso desde 2009, con excepción de los confinamientos por la pandemia. Aunque tanto el sector manufacturero como el sector servicios de Alemania registraron tasas de contracción similarmente agudas, en el sector industrial se señaló una marcada atenuación del ritmo de declive.

Entretanto, la actividad total cayó en Francia, cuyo índice PMI Compuesto registró 48,8 y señaló la primera caída de la actividad empresarial desde febrero de 2021. La actividad del sector servicios se contrajo por primera vez desde marzo de 2021 y la producción manufacturera cayó por sexto mes consecutivo, pese a que su tasa de declive se moderó hasta la más baja desde agosto pasado.

En el resto de la zona euro, la actividad total cayó por tercer mes consecutivo, aunque el declive de noviembre fue el menor observado durante este periodo. Un ligero retorno al crecimiento de la actividad del sector servicios contrastó con una creciente caída de la producción industrial, que se redujo a un ritmo no observado desde marzo de 2013 (con excepción de los meses de confinamiento por la pandemia).

HABRÁ RECESIÓN, AUNQUE LOS ÚLTIMOS DATOS OFRECEN ESPERANZAS

"Parece probable que se producirá una recesión, aunque los últimos datos ofrecen esperanzas de que la escala del declive quizás no sea tan intensa como se temió inicialmente", señalan en S&P Global Market Intelligence, que detallan que "una nueva caída de la actividad empresarial en noviembre aumenta las posibilidades de que la economía de la zona euro caiga en territorio de recesión".

Hasta el momento, "los datos para el cuarto trimestre apuntan a una contracción del PIB a una tasa trimestral de poco más de 0,2%. No obstante, los datos del PMI de noviembre también aportan algunas novedades tentativamente positivas".

En particular, "la tasa conjunta de declive se ha moderado en comparación con la de octubre. Aún más alentador resulta observar que los problemas en las cadenas de suministro están mostrando signos de atenuación, puesto que el comportamiento de los proveedores hasta mejoró en Alemania, que es el principal centro industrial de la región. El clima cálido también ha disipado algunos de los temores en torno a la escasez de energías en los meses de invierno", explican.

Sobre las presiones de los precios, cuya reciente subida abrupta ha causado un nuevo endurecimiento de la política monetaria del BCE, comentan que "también muestran indicios de moderación en estos momentos, más notablemente en el sector manufacturero. Ello no solo debería contribuir en cierta medida a contener la crisis del coste de vida sino que el panorama más positivo respecto de la inflación debería también reducir la presión de la necesidad de adoptar nuevos endurecimientos agresivos de la política monetaria".

"No obstante, queda claro que el sector manufacturero continúa en una desaceleración alarmantemente pronunciada y que la actividad del sector servicios también sigue bajo intensa presión, debido en ambos casos principalmente a la crisis del coste de vida y al reciente ajuste de las condiciones financieras", concluyen.

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