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El índice Ifo de clima empresarial de Alemania ha bajado a 92,3 puntos en junio, frente a los 93 puntos registrados en mayo, lo que demuestra que el ambiente de la economía germana se está nublando. "El Ifo sigue contando una historia de condiciones macroeconómicas deprimidas en la economía alemana", dicen los expertos.

Y es que la cifra que ha marcado el Ifo está también lejos de los 92,9 puntos previstos por el consenso. Las empresas se han mostrado en el sexto mes del año algo menos satisfechas con la situación actual, y ahora la amenaza de una escasez de gas es una de las principales preocupaciones junto a la inflación, que sigue frenando el optimismo.

Según ha explicado Clemens Fuest, presidente del Instituto Ifo, en el sector manufacturero el índice recibió un "importante revés". Las empresas evaluaron la situación actual de forma algo menos favorable, y también son bastante más pesimistas sobre la segunda mitad del año. La industria química, en particular, "está muy preocupada".

Por contra, en el sector de los servicios el clima empresarial mejoró notablemente. Se debe a unas expectativas "mucho menos escépticas". Evaluaron la situación actual algo mejor, dado que el sector de la hostelería está viviendo un buen verano. El transporte y la logística, por su parte, se muestran pesimistas respecto al segundo semestre del año.

En el comercio, el indicador de clima empresarial ha descendido notablemente. Los comerciantes están claramente menos satisfechos con el negocio actual. De hecho, el indicador de expectativas cayó a su nivel más bajo desde abril de 2020. Tanto los mayoristas como los minoristas están "muy preocupados por los próximos meses".

Y en el sector de la construcción, el clima empresarial continuó su tendencia al alza. Las empresas evaluaron la situación como mejor y también revisaron al alza sus expectativas, pero siguen siendo pesimistas.

Según los expertos de Pantheon Macroeconomics, "el Ifo sigue contando una historia de condiciones macroeconómicas deprimidas en la economía alemana, un mensaje que ahora se ve cada vez más respaldado por los PMI, que cayeron aún más en junio". En su opinión, "la buena noticia es que el descenso de las expectativas parece estabilizarse", aunque la mala es que "el repunte parece lejano, lo que significa que las expectativas parecen estabilizarse en niveles firmemente consistentes con la recesión".

"No vemos ninguna razón para cambiar nuestra opinión de que Alemania está entrando en recesión, sobre todo a la luz de la última reducción del flujo de gas procedente de Rusia, que parece dirigirse hacia una completa paralización. El racionamiento de energía, ya sea forzado o voluntario debido a la subida de los precios al por mayor, es ahora un riesgo real. De hecho, ahora es nuestro caso base, ya que Rusia redobla su amenaza de detener el flujo de gas", concluyen.

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