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Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.

El gran salvavidas de la Comisión Europea contra la crisis del coronavirus ya va tomando forma. Según informa este viernes el diario El País, citando los documentos elaborados para la cita virtual del próximo martes a los que ha tenido acceso, el plan pasa por arrancar “una respuesta fuerte y coordinada frente a unos desafíos económicos sin precedentes”. Y sin pedir a cambio medidas económicas a los países que se acojan a el, como sí ocurrió en el rescate de 2012.

Para ello, Europa tiene planeado activar el Mede (Mecanismo Europeo de Estabilidad) y lanzar un fondo de rescate alumbrado durante la citada crisis de deuda soberana. Este permitiría a los países acogerse a un nuevo instrumento de financiación al que llaman Rapid Financing Instrument y cuenta con una capacidad de hasta 80.000 millones de euros.

Esta línea de crédito estará disponible durante 12 meses y otorgará a cada país un fondo proporcional a su aportación en el capital del Mede. No obstante, Europa contempla incluir como criterios la propia gravedad de la pandemia y el impacto económico de esta en cada país. En el caso español, al contar con una cuota del 11,8% en el Mede, puede optar hasta a 9.440 millones de euros.

Lo novedoso de la propuesta es que, como se ha mencionado anteriormente, estará disponible para todos los países miembros sin condiciones previas ni requisitos posteriores. La única gran condición que pone sobre la Comisión sobre la mesa es el respeto a las normas del Pacto de Estabilidad y los compromisos del Semestre europeo, conocido como el sistema de vigilancia macroeconómica.

Los créditos tendrán una duración de entre 3 y 5 años, periodo que desde la Comisión consideran "suficiente para la absorción del shock económico" provocado por el brote. Además, el coste de la financiación será reducido al mínimo para que los países que opten a ella sigan viéndolo como un recurso atractivo para el que solo deben abonar las comisiones ineludibles.

Otro de los ases que baraja Europa es "una línea de crédito reforzada ligada a la pandemia”, que partiría del Mede y, sin ser nueva, nunca antes había sido utilizada. Aquellos países que opten por acogerse a ella se comprometen a destinar los recursos exclusivamente a cuestiones vinculadas a la crisis sanitaria y a respetar como en el caso anterior tanto el Pacto de Estabilidad como los compromisos asumidos en el Semestre europeo.

En total, esta otra línea de financiación puede llegar a proporcionar un crédito equivalente de hasta el 2% del PIB del país solicitante. En el caso español, la cifra ascendería a los 25.000 millones de euros. La fecha de caducidad de este crédito es de un año, aunque la Comisión estudia prolongarlo durante seis meses y que se pueda devolver en un plazo que va de los 5 a los 10 años. En esta alternativa también se contempla la posibilidad de que el Mede compre deuda pública al país solicitante.

TAMBIÉN SE CONTEMPLAN AYUDAS A LA EMPRESAS

Finalmente, Europa abre la puerta a "un Fondo paneuropeo de garantías en respuesta al Covid-19”, que estaría gestionado por el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y a través del cual inyectaría hasta 200.000 millones a las compañías basadas en territorio europeo. El plan estaría avalado "de forma conjunta" por los propios Estados, que deberían comprometerse a dotar al fondo de 25.000 millones.

Todas estas medidas se sumarían a la ya anunciada y bautizada como Sure, una propuesta de reaseguro de empleo que consiste en proporcionar subsidios públicos respaldados por la UE para el mantenimiento del empleo en los países más golpeados por el virus.

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