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© Alberto Sánchez

"Hará falta al menos un año más en relación con la zona euro para volver a niveles comparables a los de finales de 2019". Es lo que prevén para España desde Bank of America (BofA), que sitúan sus estimaciones de crecimiento económico para nuestro país en el 5,7% para 2022 y en el 3,5% para 2023. En cuanto a 2021, creen probable que el Producto Interior Bruto (PIB) haya crecido un 5%.

Según explican desde la entidad en un reciente informe, "España se ha quedado rezagada respecto a sus pares en lo que respecta a la convergencia a los niveles previos a la pandemia". Y hay varios factores que explicarían esta situación.

La estructura económica es uno de ellos. "Un factor claro fue que la economía española aún no se ha normalizado, y el turismo, especialmente el internacional, juega un papel importante en su estructura. Aún así, economías con una dependencia similar del turismo extranjero, como Grecia y Portugal, han logrado recuperarse mucho más rápido. Por lo tanto, si bien la estructura económica puede desempeñar un papel, no puede ser toda la historia", destacan en BofA.

La respuesta política sería otro de los factores. "Durante mucho tiempo hemos argumentado que la respuesta fiscal en la zona del euro fue imperfecta e incompleta", dicen, a lo que hay que añadir que la ejecución de los fondos NGEU "ha tenido un comienzo que parece lento". El apretón de la energía se colocaría como un factor destacable también. Como señalan, el crecimiento español es bastante sensible a los precios de la energía, como refleja la inflación del 6,5% en diciembre.

Sin embargo, en BofA destacan que hay indicadores que sí apuntan a una recuperación más rápida de lo que sugeriría el PIB: "Las cifras de empleo han vuelto a los niveles previos a la pandemia".

Con este escenario, esperan que la economía se mantenga débil en los primeros meses del año debido a los cuellos de botella. A medida que se vayan aliviando lentamente y los precios de la energía se corrijan a la baja, "esperaríamos que la economía se acelere en el segundo semestre, ayudada también por una ejecución más rápida de los fondos NGEU". De hecho, consideran que el despliegue de los fondos NGEU será clave en 2022 y 2023.

En cuanto a la inflación, prevén una reducción significativa en el segundo semestre de 2022 y aún más en 2023.

¿Y LOS DESAFÍOS?

"El primero es minimizar las cicatrices duraderas", expresan. La combinación de una reapertura más lenta y un apoyo más pequeño que otros países puede provocar el riesgo de sufrir daños graves, con lo que "se necesita un apoyo fiscal más fuerte mientras persista la incertidumbre pandémica", opinan.

El segundo desafío es el despliegue eficiente del fondo de recuperación. "Queda por ver si España puede aprovechar al máximo esta oportunidad. Las reformas importantes requieren un amplio consenso, algo que no se ha logrado ni durante la pandemia. Por lo tanto, seguimos preocupados por el medio plazo", reconocen desde la entidad.

"Los hitos de NGEU en términos de reformas a lograr este año deberían ser cada vez más difíciles, incluido el mercado laboral y el sistema de pensiones. Como muestran los desarrollos recientes en parte de la reforma del mercado laboral, la implementación con una mayoría parlamentaria frágil está lejos de ser segura. También podría crear tensiones entre los socios gubernamentales. Eso corre el riesgo de generar inestabilidad política o ralentizar el desembolso del dinero de NGEU hacia fin de año", concluye BofA.

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