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Continuidad pero con ganas de imprimir su personalidad en el rumbo que tome el Banco Central Europeo (BCE) a partir de 2020. Así se podría resumir el sentimiento del mercado sobre el debut de la nueva presidenta del regulador monetario, Christine Lagarde, quien a los mandos del banco central no tomará una ruta esencialmente diferente a la de su antecesor, Mario Draghi, pero sí marcará perfil como una pensadora poco convencional. El mercado pone el acento en la estrategia del BCE, intacta desde 2003.

"Esperamos una actualización de las previsiones económicas y el anuncio de una revisión de los objetivos e instrumentos estratégicos", indica Martin Moryson, economista jefe para Europa de DWS. Esta reformulación “debe ser vista como un proceso normal en los bancos centrales", apunta por su parte Konstantin Veit, gestor de carteras de PIMCO, y añade que "el resultado final probablemente no se hará público antes de la segunda mitad de 2020”. Pero sí que este 12 de diciembre, Lagarde puede desvelar cuándo se iniciará, puntualiza Florian Hense economista de Berenberg, "probablemente a inicios de 2020".

El mandato de estas posibles emiemdas, si las hay, será bastante amplio con un calendario generoso, quizás hasta el próximo verano. Así, por el momento, el BCE puede continuar sus compras de bonos sin tener que tomar nuevas decisiones, por lo que se producirá un respaldo de facto de "las políticas de Draghi mientras la flamante presidenta se instala en su cargo, aunque puede querer abordar la baja inflación a largo plazo”, escribe Franck Dixmier, director global de Renta Fija de Allianz Global Investors, en una nota. "En ausencia de desarrollos macroeconómicos importantes desde la última reunión en octubre, no hay justificación en esta etapa para ir más allá", argumenta.

Este jueves, el BCE publicará sus primeras expectativas sobre 2022, para las que PIMCO espera un IPC armonizado del 1,7%, "una cifra de compromiso que no cuestiona en ningún sentido la política monetaria actual”. Veit considera considera que “el BCE está indicando a los responsables políticos que la política monetaria ha alcanzado sus límites, pero que las compras de activos estará ahí para apoyar la política fiscal tanto tiempo como sea necesario”.

Sin embargo, las proyecciones de inflación para dentro de dos años, pueden empezar a dar forma a las expectativas de mercado para un abandono futuro de la senda ultraflexibilizadora en la que se halla el instituto emisor europeo. Aquí es donde confluyen la revisión de la estrategia con las metas del banco central, ya que PIMCO asevera que el nuevo marco del BCE incluirá "la redifinición de la inflación para reflejar mejor el gasto de los hogares, ya que el diseño actual no lo captura correctamente". "Una nueva definición de inflación llevará el índice de precios más cerca del objetivo, lo que reduce la necesidad de más política monetaria acomodaticia”, explica.

En resumidas cuentas. el BCE ya ha ampliado considerablemente su gama de instrumentos en los últimos años. En este sentido, no tendrá más remedio que centrarse en "más de lo mismo" y esperar pacientemente a que sus acciones surtan efecto.

VERANO DE 2020, ¿PUNTO DE INFLEXIÓN?

En cuanto a las tasas, el mercado se posiciona para un probable recorte en los tipos de los depósitos en el primer semestre de 2020, de cuatro puntos básicos como máximo, y un probable deterioro en el contexto macroeconómico. "Bajar los tipos de los depósitos es el elemento más consensuado en un Consejo de Gobierno altamente dividido. Por otro lado, las compras de activos netos, que han sido muy controvertidas y discutidas por algunos, deberían mantenerse al nivel actual de 20.000 millones de euros al mes", declara Franck Dixmier, director global de Renta Fija de Allianz Global Investors.

PIMCO no espera cambios radicales a lo largo de 2020 "a no ser que haya algún apocalipsis zombie, o un milagro con la inflación. Por último, la gestora destaca cómo cada presidente del BCE ha terminado con los tipos de interés por debajo del nivel en el que comenzó su mandato: “Duisemberg comenzó con una política del 3% y concluyó su mandato en el 2%. Su sucesor Trichet terminó en el 1,5%. Draghi finalizó en el -0,5%. Va a ser interesante ver dónde termina Lagarde dentro de ocho años”.

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