• 'La corrupción no es precisamente un fenómeno novedoso que haya aterrizado ahora por primera vez...'
Rajoy-Rivera-Cataluna

El pasado día 2 de mayo, la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, hizo unas declaraciones que pueden marcar la pauta de la estrategia popular de esta campaña con respecto a Ciudadanos, que puede terminar siendo el inexorable compañero de viaje del PP si, como esperan, las dos formaciones del centro derecha alcanzan conjuntamente la mayoría absoluta o se aproximan grandemente a ella.

Hay, en efecto, argumentos de mucho peso para no pactar con Rajoy, y el más relevante es la evidencia de que, después de cuatro años de recortes llevados a cabo por el gobierno de Rajoy con gran insensibilidad política y social, una clara mayoría ciudadana ha apostado por el cambio.

Cospedal afeó a Albert Rivera que haya denigrado a Rajoy estos cuatro meses de forcejeo con el argumento de que debería marcharse para hacer posible la gobernabilidad. Cada cual es prisionero (más o menos, en nuestra degradada ceremonia política) de sus palabras, y efectivamente esta ha sido la postura del líder de Ciudadanos, con el argumento de que no puede ser presidente del gobierno quien no ha sido capaz de extirpar la corrupción en su propia casa.

Sin embargo, si se diera el resultado que acaba de mencionarse, es dudoso que Rivera pudiera sustraerse a las presiones en el sentido de lograr el acuerdo. Hay, en efecto, argumentos de mucho peso para no pactar con Rajoy, y el más relevante no es el que acaba de mencionarse (y que ha sido el más utilizado) sino la evidencia de que, después de cuatro años de recortes llevados a cabo por el gobierno de Rajoy con gran insensibilidad política y social, una clara mayoría ciudadana ha apostado por el cambio, aunque la heterogeneidad del mensaje haga muy difícil plasmar ese cambio en una opción concreta de gobierno.

EL PROBLEMA DE LA CORRUPCIÓN

Las referidas presiones no serán solo las del Ibex o de los financiadores del partido de Rivera –esta clase de influencias suelen ser más imaginarias que reales- sino las de la propia sociedad civil, incluida la militancia de C’s. Porque la realidad es que la corrupción no es precisamente un fenómeno novedoso que haya aterrizado ahora por primera vez. Es cierto que nunca hasta ahora un partido, el PP en este caso, se había enfangado hasta los extremos actuales, pero hay cifras asombrosas del pasado que nadie quiere traer a colación.

Veamos por ejemplo la memoria de la Fiscalía General del Estado de 2009, siendo titular de la institución Cándido Conde-Pumpido y gobernando Rodríguez Zapatero. En la presentación al Congreso, Conde-Pumpido
reveló que de las 730 causas abiertas en estos momentos por corrupción política, 268 afectaban al PSOE y 200 al PP.

La lista se completaba con 43 procedimientos contra Coalición Canaria, 30 hacia CiU, 24 del Partido Andalucista, 20 de IU, 17 del GIL, 7 de Unió Mallorquina, 5 de ERC, 3 del BNG y del PNV y 1 de ANV y Eusko Alkartasuna, respectivamente. A ellos se habían de añadir 67 investigaciones contra miembros de partidos de implantación local, 16 contra imputados independientes y 72 en los que no se conocía la filiación política de los encausados. El fiscal general señaló que en Extremadura había 15 casos que afectan al PSOE y uno al PP.

Conde-Pumpido no pudo concretar los cargos públicos imputados, al ser un dato "extraordinariamente difícil de precisar", aunque es evidente –dijo- que la cifra es muy superior al de causas abiertas, al implicar estas a varios individuos. De hecho, la suma de los procedimientos de cada partido era superior (772) a la que ofreció inicialmente el fiscal ya que, aclaró, "hay asuntos en los que están imputados cargos de dos o más partidos". El fiscal general quiso relativizar la contundencia de las cifras vinculándolas a la "acción demoledora" de la justicia contra la corrupción, y recordó que los casos abiertos "no llegan al 1% del total de cargos públicos". Pese a la minuciosidad de la exposición, el diputado Trillo acusó ferozmente a Conde-Pumpido de parcialidad a favor del PSOE. Hay cosas que no cambian, aunque lo hagan los actores.

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Informaciones como esta, que inexplicablemente no se han traído a colación, relativizan a la fuerza la situación actual y obligarían seguramente a Rivera a buscar vías intermedias de conciliación, que podrían consistir, por ejemplo, en firmar con Rajoy un gran pacto anticorrupción mucho más riguroso, que obligara a algunas personalidades relevantes en activo del PP a asumir responsabilidades políticas por las tropelías cometidas durante sus mandatos ejecutivos.

Otra cosa es que la suma de los diputados de PP y C’s no alcance y siga siendo necesario el tripartito, es decir, la colaboración del PSOE para consolidar la mayoría de gobierno… Esta hipótesis es mucho más compleja y requiere un análisis detallado pero ya puede avanzarse que srá muy relevante la posición del PSOE con relación a Podemos. Si el PSOE conserva la segunda plaza en el ranking de partidos, el tripartito será muy difícil. En cambio, si descendiera al tercer lugar, sería más probable que permitiese con su abstención un gobierno de centro-derecha que cualquier otra opción.

Antonio Papell

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