• El dólar libre o paralelo contra el peso argentino romperá el máximo de 13,15
  • El cruce dólar paralelo/peso argentino podría tocar la zona de los 16 a mediados de septiembre
  • Adrián Aquaro, director de Trader College nos habla sobre el segundo default de Argentina en 13 años

A menos de 24 horas de decretado el default de Argentina, al menos desde la baja en la nota de las principales calificadoras de riesgo, aunque no reconocido por el Gobierno local, la economía del país sudamericano se llena de incertidumbre para el corto, mediano y largo plazo.

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Análisis Técnico

La caída en default estaba prácticamente anunciada desde varios meses atrás. El Gobierno actual, que busca tomar rédito político interno tratando de culpar de la situación a factores externos, está en estas horas tomando como un triunfo el haber dejado al país fuera de carrera en el contexto de las finanzas internacionales. Es por ello, precisamente, que a pesar de que Argentina aún se mantiene dentro del grupo de países del G20, lo cual equivale a que pertenece a un conjunto de naciones en desarrollo y con un nivel de PBI importante, su nueva caída en default, la segunda en 13 años, no genera impacto alguno en los mercados financieros globales.

Desde su anterior default, a fines de 2001, Argentina quedó aislada del mercado voluntario de crédito, y solo en los últimos meses logró, muy a regañadientes, arreglar sus cuentas pendientes con el Club de París y con Repsol, empresa que fue confiscada en su oportunidad por el Estado argentino, y con la cual mantenía, por tanto, una importante deuda. La apuesta era entonces llegar a un acuerdo sobre un remanente de acreedores que no ingresó en los canjes de deuda implementados por el gobierno en los años 2005 y 2010, y que no representan una suma significativa en la deuda total, solo unos 1500 millones de dólares.

El Gobierno argentino se encuentra cómodo con el actual default

Sin embargo, las idas y vueltas, y una pésima negociación, llevada a cabo por un gabinete económico semi amateur, frente a un conjunto de acreedores que vive de ejecutar sus acreencias en la forma que intenta hacerlo con Argentina, terminaron el jueves 30 de julio con este nuevo default. De todas formas, al Gobierno parece no caerle del todo mal esta situación. De no producirse ahora, esta caída tendría lugar fatalmente en los próximos meses. Entre importaciones de energía y servicios de deuda, desde ahora hasta diciembre de 2015, Argentina debe abonar unos 25 mil millones de dólares, que sí o sí deberá conseguir de su hipotético superávit comercial. Con los precios de las materias primas en baja, por el fortalecimiento del dólar, y siendo que los principales ingresos del país provienen de las exportaciones de granos y productos derivados de ellos, se hará muy difícil que dicha cifra sea alcanzada. De modo que aparece más cómodo caer en default en estas horas, en las que un conjunto de acreedores luce como el culpable, que hacerlo el año próximo por incapacidad propia.

QUÉ ESPERAR DEL PESO ARGENTINO

El peso argentino sufrirá aún más presión que la actual desde ahora. Con el tipo de cambio ante el dólar intervenido desde hace varios años, con el mercado de cambios totalmente controlado y con absoluta restricciones de compra de moneda extranjera para particulares, todo está dado para una explosión del dólar en los próximos meses. El tipo de cambio oficial se ubica en 8,20 pesos por dólar, aunque es solo una referencia que se toma en cuenta para las exportaciones, lo cual perjudica notoriamente la competitividad de la economía argentina frente al mundo.

El tipo de cambio oficial del peso podría alcanzar los 10 dólares a finales de 2014

El verdadero tipo de cambio es el del dólar libre o paralelo, el cual, si bien representa una porción menor del mercado, es el termómetro de lo que los mercados sienten día a día. Dicho tipo de cambio, que se ubicaba en la zona de 3,80/4 pesos por dólar antes de las restricciones impuestas para el acceso a la moneda norteamericana en octubre de 2011, tocó dos máximos similares en enero pasado, y el viernes 25 de julio, ambos en 13,15. Como suele suceder con todos los pares de monedas, el quiebre de dicho máximo, que se aguarda en estas horas, disparará el precio del dólar, con un techo desconocido.

No extrañaría ver la llegada del precio a la zona de 16 pesos por dólar para mediados de septiembre, tomando en cuenta el retraso del tipo de cambio por un índice de inflación que se ubica por encima de 40% anual desde hace por lo menos 3 años, y por la emisión sideral de pesos, que vienen cubriendo a duras penas el aumento sin límites del gasto público. Tampoco extrañaría que el propio Gobierno implemente una nueva devaluación del tipo de cambio oficial, que muchos analistas ven por encima de los 10 pesos para fin de 2014. Una medida de esta naturaleza también contribuirá para que el tipo de cambio paralelo crezca aún más en el corto plazo.

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