ep billetes de 5 dolares
Billetes de 5 dólarespicture alliance / dpa - Archivo
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Tras un año 2022 complicado para las divisas, el dólar estadounidense (USD) ha levantado la cabeza. El resurgimiento de la preocupación de los mercados por una inflación más prolongada y la mejora de las previsiones de los datos macroeconómicos estadounidenses han hecho que el billete verde recupere todas las pérdidas sufridas a principios de año. Pese a ello, la situación dista de ser positiva ya que, aunque en el corto plazo parece que mantendrá este rumbo, en el horizonte solo se vislumbra más debilidad para el dólar.

“El dólar de Estados Unidos sigue siendo caro en varias métricas (valor razonable, PPA, tipo de cambio efectivo real), pero también sigue en territorio de sobreventa frente a la incertidumbre política”, explica Thomas Hempell, responsable de macro e investigación de mercados en Generali Investments. Según este experto, las recuperaciones en Europa y China “harán mella en los refugios seguros” como el dólar estadounidense.

La firma italiana cree que es “poco probable” que el reciente rebote del USD marque un “cambio de tendencia”. “Con los tipos de la Fed alcanzando niveles máximos durante el verano y la desinflación avanzando lentamente, la disminución de la incertidumbre sobre los tipos y unos datos de crecimiento mundial más sólidos erosionarán la demanda del dólar como refugio”, indican.

En este sentido, el índice del dólar estadounidense, que mide la fortaleza del billete verde frente a una cesta de otras seis divisas, incluidos el euro y el yen japonés, ha caído menos de un 1% en lo que va de año, lo que algunos expertos consideran que es una señal de una resistencia mayor de la esperada.

En el lado contrario, Hempell ve “más fuerza genuina” para el euro. El experto de la gestora transalpina estima que se reducirá “la brecha de rendimiento transatlántica (sobre todo en los plazos más cortos)”, impulsada por la diferencia de postura entre la Fed y el Banco Central Europeo (BCE).

Cabe señalar que el banco central estadounidense prevé recortes de tipos más tempranos y mayores en 2024 que el organismo presidido por Christine Lagarde, la cual ha asegurado que no cree que sea probable que haya recortes y ve “camino por recorrer”.

“Dado que Europa ha escapado de forma más sostenible a la tan temida crisis energética y que los precios de la energía han retrocedido considerablemente, el choque de los términos de intercambio revertirá parcialmente, mientras que es probable que las entradas de capital sigan cobrando impulso”, explican desde Generali Investments.

Al otro lado del planeta, en cambio, el ascenso del yen japonés será más “gradual y volátil” debido a dos factores: el repunte de los rendimientos en Estados Unidos y la oposición del nuevo gobernador del Banco de Japón (BOJ), Kazuo Ueda, a una “rápida” relajación del control de la curva de rendimientos.

“Sin embargo, dado que es probable que los salarios cobren impulso en primavera, seguimos esperando que el BOJ continúe con una salida gradual de su todavía fuerte acomodación”, apunta Hempell.

Por otro lado, el experto de Generali Investments considera que una salida “acelerada” se ha vuelto “menos probable” tras las recientes declaraciones del gobernador del banco central nipón, pero “aún conlleva el riesgo de un fuerte rebote de los rendimientos y del tipo de cambio”.

“El yen también podría beneficiarse de un estrechamiento del déficit comercial al aliviarse la factura de las importaciones de petróleo y gas. Sin embargo, la subida de los tipos en EEUU y la incertidumbre sobre la transición política del Banco de Japón pueden hacer que la subida del yen sea más gradual y volátil de lo previsto”, sentencia.

HSBC: DEBILIDAD PALPABLE A MEDIADOS DE 2023

Esta tesis es la misma que defienden los expertos de HSBC Global Private Banking dirigidos por Willem Sels, los cuales estiman que será a mediados de año, entre el segundo y el tercer trimestre, se comenzará a observar la debilidad del billete verde.

“La ralentización del crecimiento en EEUU y los máximos de los tipos de interés deberían provocar que el dólar vuelva a registrar una tendencia a la baja”, apuntan estos expertos, los cuales pronostican una nueva pausa en las subidas de tipos por parte de la Fed.

De hecho, la herramienta FedWatch de CME calcula en estos momentos una probabilidad del 45% de que el banco central no mueva ficha en su próximo cónclave el 3 de mayo.

HSBC también espera que el crecimiento de la primera economía se aplane durante el resto de 2023, a medida que la economía comience a sentir el efecto completo de las subidas de tipos que la Fed ha llevado a cabo en el último año. Esta debilidad, indican, podría lastrar al dólar.

“A corto plazo, las persistentes presiones inflacionistas podrían mantener la atención en el tono duro de la Fed, aunque las recientes turbulencias en el sector bancario e informático estadounidense han reducido el número de subidas que el mercado espera a partir de ahora”, apuntan los analistas dirigidos por Sels.

Por otra parte, desde la firma londinense consideran que “el gran endurecimiento acumulado de la política monetaria” y “el impacto de la mayor incertidumbre sobre la confianza empresarial” deberían comprimir el crecimiento estadounidense en el largo plazo. “Creemos que será más difícil que la economía de Estados Unidos siga superando a otras economías occidentales”, concluyen.

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