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Si bien es cierto que lo más probable es que el ‘hermano menor’ del oro rebote con fuerza, fruto de la importante sobreventa alcanzada, los niveles clave se encuentran mucho más arriba.
Concretamente, en la directriz bajista que une los sucesivos máximos decrecientes desde abril de 2017.
Desde entonces tenemos una impecable recta directriz bajista que une los máximos decrecientes y que pasa en el momento actual por los aproximadamente 17 dólares.
Por lo que la operativa es sencilla, a priori: o abrimos cortos en los niveles de precio más cercanos posibles a la directriz bajista con stop loss en precios de cierre por encima de la misma, o bien esperamos a que la plata salte por encima de la directriz, con holgura y en velas semanales, para adoptar posiciones alcistas con objetivo de subida en los 18,6 dólares y por encima los máximos de 2016 en los 21 dólares.
