Las caídas con sus rebotes de las últimas semanas no significan nada, no se trata de un deterioro estructural de los precios. Se trata solo de una fase de reacción/ajuste proporcional de las importantes subidas previas. Acción-fase de reacción. De manera que una caída hacia la zona de los 150-155 euros se correspondería con un ajuste/retroceso del 61,8% de Fibonacci de toda la subida previa.
Y la experiencia me dice que muchas de las correcciones de los precios encuentran soporte en torno a esa zona. E incluso, en muchas ocasiones, lo encuentran a medio camino entre el 50% y el 61,8% de ajuste. Pero ahora mismo no es momento de entrar en el título. Vamos a dejarle que termine de caer y cuando tengamos alguna figura de vuelta nos subiremos al tren de las compras. Pero no lo haremos en zona de nadie, ya que no sabemos dónde colocar ningún stop efectivo y determinante.
A finales de julio conocimos que Aena obtuvo un beneficio atribuido de 559 millones de euros en el primer semestre, lo que supone un incremento del 8,6% con respecto a los 514,5 millones del mismo periodo del ejercicio anterior. Los ingresos totales sumaron 2.100 millones de euros, lo que supone un 6,9% más que los alcanzados los primeros seis meses de 2018. De estos ingresos, 1.356,9 millones (+4,5%) corresponden a ingresos de la actividad aeronáutica, 578,1 millones (+10,5%) a la actividad comercial, 36,3 millones (+7,6%) a los servicios inmobiliarios y 128,5 millones (+15,2%) a la actividad internacional. El beneficio bruto de explotación (Ebitda) reportado alcanzó los 1.189 millones de euros, un 5,6% más, mientras que el beneficio operativo ascendió a 195,9 millones de euros, con un aumento del 9,8%. El flujo de caja de la compañía fue de 1.111,6 millones de euros, lo que supone un aumento del 10,1%. Por su parte, la deuda financiera neta alcanzó los 6.481 millones de euros, lo que supone un aumento del 2,3% en relación a la del año 2018.