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Ante la pregunta de si puede haber sobrecalentamiento en los precios del mercado inmobiliario, la respuesta del departamento de análisis de Bankinter es clara: no. Pese al crecimiento del valor de la vivienda el año pasado, cuyo incremento fue del 6,4%, la entidad prevé una desaceleración, estimando un alza del entorno del 1% tanto para 2022 como para 2023.

Prevén que los precios de la vivienda podrían subir "de forma muy moderada" tanto en este año como en el siguiente y continúan sin ver "señales de sobrecalentamiento" en los precios de este mercado inmobiliario, tal y como se refleja en su último informe sobre el sector, ya que están "bien soportados" con tasas de esfuerzo todavía por debajo de la media histórica y equilibrio entre oferta y demanda.

Por un primer lado, en cuanto a la oferta y demanda, el departamento de análisis de Bankinter aprecia cierto equilibrio. Como explican, calculan que hay una demanda estructural de vivienda de unas 100.000 unidades al año, distribuidas entre las 70.000 que vendrían por creación de hogares y las 30.000 por demanda extranjera. En el caso de la oferta, el número de viviendas iniciadas se sitúa en un nivel similar y la previsión es que se supere ese umbral en 2022 y 2023 para cubrir el déficit de oferta de los últimos años.

Por un segundo lado, sobre la tasa de esfuerzo de las familias a la hora de pagar una hipoteca, es decir, el porcentaje de renta disponible que dedican a abonar la cuota, recuerdan que al cierre del año pasado se situaba en el 33%. La previsión apunta a que se mantendrá en niveles del 35%, siguiendo la media histórica de los últimos años.

Tras una tendencia alcista del precio de la vivienda que se inició en el pasado año y que se ha acelerado en el primer trimestre de 2022, según los principales indicadores de precios, CaixaBank Research considera que el repunte de los precios puede tener cierta continuidad, "sobre todo debido al alza de los costes de construcción, agravados por la guerra en Ucrania y los cuellos de botella en las cadenas de valor globales".

Creen que, a corto plazo, el dinamismo de la demanda respecto a la oferta y el encarecimiento de los costes de construcción seguirán presionando los precios al alza, especialmente el precio de la obra nueva. Sin embargo, a medida que la demanda se vaya moderando, los costes de construcción dejen de repuntar y los tipos de interés vayan aumentando, el crecimiento del precio de la vivienda también tienda a ralentizarse.

A medio plazo, la perspectiva es que el mercado inmobiliario tienda a ralentizarse. Así, después de avanzar por encima del 6% en 2022, desde la entidad vaticinan que se ralentice a cotas cercanas al 2% en 2023.

Por ahora, los datos publicados por Eurostat fijan que, en el primer trimestre de 2022, los precios de la vivienda aumentaron un 9,8% en la zona euro y un 10,5% en la Unión Europea (UE) en comparación con el mismo trimestre del año anterior. Supone el aumento anual más alto para la zona euro desde 2005, cuando comenzaron a recopilarse los precios de la vivienda, y desde el cuarto trimestre de 2006 para la UE. En comparación con el cuarto trimestre de 2021, los precios de la vivienda aumentaron un 1,7% en la zona euro y un 2,1% en la UE.

En España, las compraventas de viviendas registraron en junio un aumento anual del 18,8%, hasta sumar 58.010 operaciones, según los últimos datos disponible en el Instituto Nacional de Estadística (INE). Respecto a mayo, la cifra que supone un descenso del 3,4%. En el primer semestre de 2022, la compraventa de viviendas en España creció un 23,1% frente al mismo periodo del año pasado. La compraventa de viviendas encadena 16 meses consecutivos de tasas positivas.

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