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Las distintas alternativas a la medicina tradicional siempre han tenido adeptos, en la búsqueda de tratamientos naturales contra las enfermedades. Sin embargo, su uso no es sinónimo de curación. José Miguel Mulet, profesor de biotecnología de la Universidad Politécnica de Valencia, carga contra estos tipos de medicina alternativa en su libro 'Medicina sin engaños'.

En una entrevista con ABC, José Miguel Mulet arremete en especial contra la homeopatía. Este método de medicina alternativa tiene más de dos siglos de historia (su precursor es Samuel Hahnemann). Se basa en el argumento de que la sustancia que cause síntomas de enfermedad en una persona sana también debiera curar una afección similar en los enfermos. Sin embargo esta pseudociencia, aunque cada vez tiene más adeptos, no goza de una gran efectividad en su tratamiento. “La homeopatía es la que está de moda y la que más presencia mediática tiene. Es inocoa porque no tiene que demostrar eficacia pero si tienes una enfermedad grave y tomas productos homeopáticos estás perdiendo el coste de oportunidad: si haces el tratamiento que no funciona es peligroso porque te hace perder tiempo”, arguye en declaraciones a ABC.

Es decir, para un enfermo que padece una afección grave, el hecho de seguir un tratamiento no efectivo, aunque no le cause daño, puede estar perdiendo la oportunidad de acudir a la medicina tradicional e intentar salvarse con tratamientos científicos. En este sentido, el autor del libro 'La medicina sin engaños' pone el ejemplo de uno de los personajes más relevantes de nuestro tiempo, Steve Jobs. “Él tenía un cáncer de páncreas, que son muy graves pero el suyo era operable. Se trató con zumos naturales en vez de cirugía y cuando quiso operarse ya era tarde”.

En contra de estas opciones alternativas, Malet pone encima de la mesa un argumento claro. Si fueran efectivas se habrían incorporado a la práctica médica. Algo que sí se ha hecho con algunas prácticas tradicionales, como el uso de la corteza de la planta chinchona, usada por los indígenas en el Amazonas, ya que de ella se extrae la quinina, que era el principal compuesto empleado en el tratamiento de la malaria.

El profesor de biotecnología deja claro que no es médico, aunque sí científico. En su libro, no obstante, realiza un riguroso repaso a las prácticas médicas no convencionales. También acusa a algunos médicos y farmacéuticos de prácticas indebidas. “Puedes tener un título y tener determinadas creencias... y en el caso de las farmacias, vender un producto homeopático es mucho más caro y por ende, más rentable que un remedio genérico”, asevera en ABC.

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