Los analistas están pendientes de la reunión de dos días de la Reserva Federal, que comenzará este martes, y de las conclusiones de la misma, que la presidenta Janet Yellen presentará el miércoles. La economía estadounidense ha sufrido grandes cambios desde que el organismo monetario emitió sus últimas proyecciones: los precios del petróleo se han desplomado, el dólar se ha fortalecido y 800.000 personas han encontrado empleo.

Estos datos serán relevantes de cara a las decisiones que pueda tener el banco central y sus planes para 2015. ¿Qué hará entonces la Fed?

La caída en los precios del petróleo beneficia al consumidor pero añade más presión sobre la caída de los precios, lo que podría alejar aún más el objetivo de inflación de la Fed del 2% anual. Si el banco central presta más atención a la caída de los precios, la subida de tipos de interés, prevista para mediados de 2015, se retrasará. Sin embargo, la fortaleza económica recomienda mantener la fecha o incluso adelantarla.

LA FED SEGUIRÁ CON SUS PLANES

“Los precios en declive de la energía son beneficiosos para nuestra economía”, explicó el presidente de la Fed de Nueva York, William Dudley, en un discurso este mes. Además, el vicepresidente de la Fed, Stanley Fischer, dijo en un evento reciente de The Wall Street Journal que “si el mercado laboral sigue fortaleciéndose y si vemos algunas señales de que la inflación empieza a aumentar, entonces lo natural es subir los tipos de interés”.

Según Paul Edelstein, director de economía financiera de IHS Global Insight, si el petróleo marca un precio medio de 60 dólares por barril en 2015, la economía crecería un 2,72% y la tasa de desempleo cerraría el año en el 5,5%, informa The Wall Street Journal. Sin embargo, la inflación sería cercana a cero.

La Reserva Federal ha aguantado antes oscilaciones en el precio del petróleo: en 2008 y 2011, el precio del crudo se disparó, impulsando el IPC hasta el 5,6% y el 3,9%, respectivamente. En estas ocasiones, el organismo monetario optó por ignorar las voces que pedían acciones para frenar el aumento de precios.

La respuesta de la economía mundial al bajo precio del petróleo puede convertirse en otro reto para la Fed. El resto de economías, y en especial la zona euro, no tendrán los mismos beneficios que Estados Unidos de la caída de los precios. “El petróleo es más importante para nuestra economía que para Europa”, señala, Jay Bryson, economista global de Wells Fargo, en declaraciones a The Wall Street Journal.

La baja inflación y la caída del precio del petróleo sumarán presión a los bancos centrales de Japón y Europa para mantener los tipos en niveles bajos con la esperanza de reanimar el crédito. La Fed se moverá en sentido contrario y subirá los tipos. Esta diferencia podría impulsar el valor del dólar, algo que afectaría a las importaciones estadounidenses.

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