• Grasso ya fue presidente interino de la República Italiana en 2015, después de la renuncia de Giorgio Napolitano
  • La incógnita está en si Mattarella convocará elecciones en 2017 o aguantará hasta 2018
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Tal y como era ampliamente esperado, Italia ha rechazado la reforma constitucional propuesta por el primer ministro, Matteo Renzi, que ya ha anunciado su dimisión. La serie de acontecimientos que se pueden desencadenar provoca que Bruselas contenga la respiración y amenaza la integridad misma de la zona euro y de la 'moneda única'. La incógnita está en saber si el presidente de la República, Sergio Mattarella convocará elecciones en Italia en 2017, que podrían ganar los partidos antieuropeístas del país, con el Movimiento Cinco Estrellas a la cabeza. Y también conocer el nombre del sustituto de Renzi.

Los italianos han decidido que no quieren terminar con el 'perfecto bicameralismo' de su sistema político y Congreso y Senado seguirán teniendo el mismo poder. Éste era uno de los cambios que las reformas impulsadas por Renzi pretendían instaurar. Lo que no se esperaba es que la participación, de casi el 70% (69,30%) fuera tan alta (la más elevada de la historia en una votación de estas características). Los expertos de Barclays ya advertían la semana pasada que, de registrarse una participación superior al 40%, Matteo Renzi dimitiría y además el presidente de la República, Sergio Matterella, aceptaría su dimisión -que con toda probabilidad se hará efectiva esta misma tarde- y designaría a otro primer ministro, probablemente Pier Carlo Padoan, actual ministro de Economía y Finanzas, o Pietro Grasso, presidente del Senado.

Padoan, de 66 años, es un economista italiano, al frente del Ministerio de Economía y Finanzas del país transalpino desde el 22 de febrero de 2014. Ha sido también director del Fondo Monetario Internacional por Italia de 2001 a 2005. El 1 de junio de 2007, se convirtió en el vicesecretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

La incógnita está en si Mattarella convocará elecciones en 2017 o aguantará hasta 2018

Grasso, por su parte, ya fue presidente interino de la República Italiana en 2015, después de la renuncia de Giorgio Napolitano. Permaneció en el cargo hasta el el 31 de enero del año pasado, cuando fue sustituido por Sergio Mattarella. Además, es presidente del Senado del país desde marzo de 2013.

¿AGUANTARÁ HASTA 2018?

En manos de Mattarella está ahora la difícil tarea de sortear la profunda crisis política que los acontecimientos han sumido a Italia. La disyuntiva: mantener un Gobierno provisional de coalición hasta las elecciones previstas en 2018 o ceder a la presión de los movimientos de la izquierda radical y antieuropeísta del país transalpino, encabezados por Beppe Grillo y su Movimiento Cinco Estrellas y convocar elecciones en la primavera o verano de 2017. Grillo, con todas las encuestas a favor, y después de la elevada participación en el referéndum por la reforma de la Carta Magna, que se ha interpretado como un plebiscito sobre el actual gobierno, someterá al presidente de la República a una intensa presión para que disuelva las Cortes y convoque elecciones lo antes posible, para aprovechar el 'tirón'.

La clave, en los mercados. Analistas de Danske Bank creen que la reacción de los inversores dependerá en gran medida “de la senda política que el país adopte después de que Renzi pierda la votación”. Otros expertos consultados opinan que Matarella hará todo lo posible para acabar la legislatura y lograr así que la calma vuelva al país, para mandar un balón de oxígeno al débil sistema bancario italiano, que es el sector que más está sufriendo las repercusiones de la inestabilidad política en Italia.

Pero no se puede descartar el escenario de que los italianos acudan nuevamente a las urnas en la primavera o verano de 2017. En este caso, el humorista Beppe Grillo lo tiene todo a favor para hacerse con el poder en la tercera potencia de la zona euro. La promesa de un referéndum sobre la permanencia del país en la 'moneda única' está sobre la mesa, con la probabilidad de que se acabe en 'Italexit' (la salida de Italia de la zona euro). Un acontecimiento que supondría "la muerte misma de la moneda única", tal y como escribió el columnista de Forbes, John Mauldin.

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