- Los dos excursionistas permanecen en el anonimato
- Las autoridades mantienen en secreto la investigación
La localidad de Walbrzych, al suroeste de Polonia, se encuentra en estado de incertidumbre después de que dos excursionistas hayan afirmado haber encontrado un tren con oro nazi sepultado bajo una montaña, lo que ha generado una gran expectación sobre el posible botín que contiene.
Las autoridades quieren evitar problemas de seguridad y llevan el caso con discreción
Este hallazgo, que recogen algunos medios británicos como The Guardian, así como algunos de Polonia, daría vida a la leyenda existente en la zona que cuenta que los nazis, en su retirada para huir de sus enemigos al final de la Segunda Guerra Mundial, depositaron buena parte de sus riquezas en un convoy blindado que desapareció para siempre bajo la montaña al atravesar un túnel.
Una historia que permanecía en la memoria de los habitantes de esta región del suroeste de Polonia y que ahora, dos excursionistas cuya identidad no han querido revelar, pueden haber revelado. Según datos que ofrece el medio local polaco Wiadomości Wałbrzyskie, los dos implicados contactaron con las autoridades para saber cuál sería su parte del botín, que finalmente ascendería a un 10% de las 300 toneladas de oro que contendría.
Este hallazgo, según informa el diario regional polaco Super Express, está siendo llevado con mucha discreción, ya que se quiere evitar problemas de seguridad por la multitud de población que podría acercarse a la zona. "El caso parece serio, por eso lo tratamos con suma seguridad", ha explicado Jacek Cichura, gobernador de Wałbrzych, en declaraciones que recoge ABC.
La información, no obstante, va mucho más allá, ya que según la prensa polaca los descubridores habrían señalado que el convoy cuenta con varios cañones autopropulsados y está recubierto de placas blindadas. Una historia cercana a la ficción que cuenta con el apoyo de la historiadora Joanna Lamparska, quien ya habría advertido en repetidas ocasiones sobre la existencia de este tren y otros misterios similares.
Una situación que recuerda al descubrimiento del Titanic a 3.800 metros de profundidad en las aguas del Atlántico Norte en septiembre de 1985 en una misión desarrollada por la marina de Estados Unidos, que permitió adivinar todos los rincones y objetos de valor contenidos en el popular transatlántico.
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