• La fallida salida a bolsa de Telxius ha condenado finalmente la retribución de los accionistas
  • Antes, la Comisión Europea bloqueó la venta de su filial británica O2
jose maria alvarez pallete telefonica

Telefónica se rinde. La 'teleco' ha decidido meter la tijera al dividendo de 0,75 euros que ha repartido en los últimos tiempos en cada ejercicio y que este mismo año César Alierta y José María Álvarez-Pallete prometieron que estaba asegurado. El bloqueo de Bruselas primero a la venta de O2 y la fallida salida a bolsa después de Telxius han dejado a la operadora sin margen de maniobra.

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Las acciones de la compañía responde al anuncio de la poda de la retribución como era previsible: con caídas. Eso sí, las ha reducido durante la jornada, puesto que ha llegado a bajar más de un 4%, finalmente han cerrado con un retroceso del 1,04% hasta los 9,15 euros.

El pasado 26 de febrero el entonces aún presidente de Telefónica, César Alierta, fue claro: "El dividendo está garantizado para los próximos cinco o diez años". Palabras que pronunciaba ante la incertidumbre que había sobre si iba a poder ejecutar la venta de O2 al grupo de Hutchison por 12.500 millones de libras. Finalmente, la Comisión Europea vetó la operación en mayo, asestando un duro golpe a la 'teleco'.

A los precios actuales, los 0,55 euros que abonará en 2016 conducen a una rentabilidad por dividendo del 6%, por debajo del 8,2% anterior, pero aún por encima del 4% del Ibex

Esta decisión estaba más que descontada por el mercado, y no impidió que José María Álvarez-Pallete, poco después de ser nombrado presidente y semanas antes de la decisión de Bruselas, reivindicara los objetivos de la empresa. Entre ellos, el dividendo. El siguiente paso en la hoja de ruta de la operadora para aliviar su abultado nivel de endeudamiento sin poner en peligro la retribución a los accionistas fue la salida a bolsa de una participación importante de Telxius, su filial de infraestructuras. Sin embargo, se echó atrás al considerar que se estaba infravalorando este activo en el proceso previo a la oferta pública de venta (OPV).

ASÍ SERÁN LOS CAMBIOS EN EL DIVIDENDO

Para el año 2016 Telefónica pasará a repartir 0,55 euros por acción, 20 céntimos menos que los 0,75 euros previstos inicialmente. De esta cantidad, 0,35 euros se ejecutarán en noviembre de 2016 mediante un scrip voluntario y los otros 0,20 euros se entregarán en efectivo en el segundo trimestre de 2017. A los precios actuales, estos 0,55 euros conducen a una rentabilidad por dividendo del 6%, todavía por encima de la media del Ibex 35, situada en torno al 4%, pero por debajo del 8,2% que ofrecía hasta ahora y representaba el rendimiento por retribución más alto del índice de referencia de la bolsa española.

En lo correspondiente al ejercicio de 2017, el dividendo ascenderá a 0,40 euros por acción, de los que 0,20 euros se repartirán en el cuarto trimestre de 2017 y 0,20 euros en el segundo trimestre de 2018. Ambos tramos pagados en efectivo.

Telefónica explica que uno de los objetivos que han impulsado esta decisión es fortalecer su balance, "acelerando sustancialmente la reducción de deuda por la vía orgánica, en un entorno de crecimiento del flujo libre de caja (FCF)".

REDUCCIÓN DE DEUDA

La compañía elige así apostar por recortar el endeudamiento. A pesar de que el nivel de deuda neta es mayor que el equivalente al tercer trimestre de 2015, la empresa reduce drásticamente el pasivo con respecto al trimestre anterior, pasando de los 52.588 millones de junio a los 49.984 millones en septiembre. Como consecuencia, la deuda pasa a equivaler 3,05 veces el beneficio bruto (oibda) de la empresa, por debajo de las 3,20 veces de junio, pero por encima de las 2,84 veces de septiembre de 2015.

En este tercer trimestre, Telefónica señala que ha "acelerado significativamente" la generación de caja, ayudando al desapalancamiento orgánico y haciéndolo más sostenible en el tiempo. Así, el flujo de caja libre ha alcanzado los 2.315 millones de euros en los nueve primeros meses del año, un 91,9% más que en 2015.

Precisamente esto, el recurso a la generación de caja y su propia actividad, es lo que Telefónica quiere utilizar para seguir aligerando su deuda. De hecho, ha prescindido de su objetivo de reducir la ratio deuda/oibda hasta las 2,5 veces en 2017. No es que no quiera rebajarla; es que quiere hacerlo de manera más orgánica y sin que se sienta presionada a tener que vender sus activos a cualquier precio.

Es el nuevo rumbo con el que Telefónica pretende continuar rebajando su carga financiera. Porque la empresa sostiene que siguen "comprometidos" en mantener su rating crediticio en Baa2/BBB con un ratio de endeudamiento compatible con esta nota.

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